miércoles, 16 de marzo de 2022

EL CORAZÓN DE SŌSEKI

  


[Natsume Sōseki, Kokoro, trad.: Carlos Rubio, Satori ediciones, 2021, págs. 336] 

          Como escribió Fredric Jameson, la novela y la era Meiji (1868-1912) personifican lo mismo. Natsume Sōseki (1867-1916) es el escritor por excelencia de ese período trascendental de la historia moderna japonesa. Sōseki escribió poesía y prosa, viajó a Londres con una beca gubernamental para estudiar la lengua y la literatura inglesas, impartió clases de literatura inglesa en la Universidad de Tokio, ocupando la cátedra vacante de Lafcadio Hearn, dictó conferencias entre 1903 y 1905 sobre su idea de la literatura como expresión de las emociones humanas más profundas y se convirtió en 1907 en el primer escritor profesional de la literatura japonesa a sueldo del diario matutino más importante de su tiempo (“Asahi Shimbun”).

Las cuatro antinomias de la compleja personalidad de Sōseki, según Carlos Rubio, gran especialista y traductor de literatura japonesa, son estas: sufrimiento moral (traumas infantiles, problemas matrimoniales) y sufrimiento físico (dolencias y enfermedades varias); esquizofrenia cultural entre Oriente y Occidente; profesor académico y escritor de ficción; preferencia por temas de la tradición japonesa y formas y técnicas narrativas occidentales. La misión moral y estética de la novela para Sōseki consistía en poner orden en el caos de la vida moderna. Con todas sus paradojas e ironías, las novelas de Sōseki son alegorías del deseo de acceder a la modernidad plena y de la imposibilidad de hacerlo sin pagar un alto precio psíquico o moral.

“Kokoro” es la cumbre creativa de su prolífica carrera como novelista, publicada dos años antes de su prematura muerte. Ninguna de sus novelas expresa con tanta agudeza el conflicto entre modernidad y tradición, libertad individual y orden comunitario, que sostiene su proyecto literario. “Kokoro” fue publicada por entregas en “Asahi Shimbun”, entre abril y agosto de 1914, atrayendo la atención de millones de japoneses. El título no admite una traducción simple (“corazón”) ya que se refiere también al corazón delator o núcleo traumático de la realidad, a la esencia de la vida afectiva y el nudo carnal de las relaciones humanas. La estructura tripartita de la novela, calculada por Sōseki con inteligencia para producir efectos indelebles en la mente del lector, es sancionada desde la perspectiva narrativa por el uso múltiple de la primera persona del singular.

En la primera parte (“Sensei y yo”), compuesta de 36 capítulos, un joven desorientado, de sexualidad aún inmadura, narra las intensas relaciones de amistad que establece con un hombre adulto al que considera un maestro y que, tras una apariencia discreta, oculta un pasado doloroso: un episodio trágico de juventud relacionado con un amigo suicida, llamado K., y Shizu, la esposa del “Sensei”. En la segunda parte (“Mis padres y yo”), el yo anónimo nos narra en solo 18 capítulos sus complicadas relaciones familiares con un padre enfermo y una madre dominante que pretenden orientar su vida hacia la normativa tradicional y la normalidad social. En la tercera parte (“El testamento de Sensei”), la más conmovedora, el “corazón” palpitante de la novela, la voz narrativa pasa del yo del discípulo al del maestro infeliz para que este le transfiera a aquel, mediante la lectura de una extensa carta de 56 capítulos, los secretos de su culpa interior y el deseo expiatorio de acabar con su vida tras años de sufrimiento silencioso.

Durante mucho tiempo, predominó una exégesis conservadora de la novela, causada por malas lecturas de esta última parte hechas en clave nostálgica. Desde fines del siglo XX, los críticos más sagaces y polémicos, como Yōichi Komori, revolucionaron dicha interpretación al sostener que la trama de “Kokoro”, dotada de significativas resonancias históricas y políticas, representaba el colofón de la era Meiji: una alegoría sexual del final de una cultura y un mundo de valores en crisis y el tránsito a una nueva era. El testamento del “Sensei” simbolizaría así el propio testamento de Sōseki. 

1 comentario:

Villano dijo...

David Peace, sin duda un profundo conocedor de la literatura japonesa, antes declaraba el "Caballos desbocados" de Mishima como su novela japonesa preferida. Años después, en un diálogo con otro David novelista inglés, David Mitchell, afirmó que desde entonces su gusto se había desplazada hacia este "Kokoro".

Me preguntaba qué cosas explicaría esa novela, así que encuentro muy interesante y jugoso esta reseña. Gracias!