miércoles, 20 de noviembre de 2024

SIMULACRO TOTAL

 [Catherine Lacey, Biografía de X, Alfaguara, trad.: Núria Molines Galarza, 2024, págs. 450] 

Hubo una época en que se abogó por una literatura en la que se introdujeran factores de impureza y desestabilización, efectos cercanos al malestar, la perplejidad o el vértigo. Es interesante recordar esto, precisamente, al aparecer en español uno de los fenómenos recientes de la literatura norteamericana. Si hay una obra contemporánea que responda a esta estética de la ambigüedad y la turbación, es esta excéntrica y exuberante biografía novelesca de una artista imaginaria. Una artista que personifica en su devenir polifacético las vertiginosas metamorfosis del arte americano de la segunda mitad del siglo XX. De un modo tan enigmático como su sobrenombre, X sería así la hipóstasis ficcional de una multitud de artistas singulares como Cindy Sherman, Sherrie Levine, Kathy Acker, Laurie Anderson y tantas y tantas otras mujeres artistas que marcaron su tiempo con la impronta de la creatividad más original y provocativa.

Es irónico que Lacey se propusiera, en primer lugar, la biografía como género en el que prodigar sus deseos de contar la vida de una mujer notoria y que, tras discutirlo con una profesora de escritura creativa, llegara a la conclusión de que sus pretensiones desbordaban los límites de una escritura biográfica convencional. Como si reconociera, en cierto modo, que para ponerse a escribir sobre la vida de una artista que correspondiera a las dimensiones que su imaginación le imponía necesitara recurrir a los poderes plenos de la invención y la ficción, añadiendo la metaficción como marco donde esta extraordinaria historia cobraría todo su sentido.

De ese modo, surge esta novela espléndida concebida como la biografía apócrifa de un personaje múltiple nacido en un mundo que es y no es el mundo americano del siglo XX, pero que podría acabar siendo la América fracturada del siglo XXI. No contenta, pues, con fundir en la identidad de su artista prodigiosa las peculiaridades de sus modelos históricos, Lacey sintió la necesidad artística de trastocar las coordenadas espaciotemporales de su país en el siglo pasado, rediseñando la geografía conforme a una triple división política: el Territorio del Norte, democrático y progresista, el Territorio del Sur, reaccionario y racista, y el Territorio del Oeste, equidistante y autárquico. Las murallas ideológicas y culturales que separan los tres territorios citados permiten cartografiar un espacio estadounidense reinventado para conformarse a las exigencias de la ficción. La biografiada X sería así una rebelde nativa del mundo sureño huida en su juventud a causa de un acto terrorista y acogida al mundo libre del Norte bajo una identidad múltiple que no deja de mutar a lo largo de su exitosa vida en una de sus capitales más creativas y vibrantes (Nueva York).

Creado el personaje y recreado el entorno nacional, Lacey procede a inventar la figura idónea para narrar su historia personal y seguir los pasos de la protagonista desde el origen. C. M. Lucca, la narradora de la tortuosa vida y personalidad mutante de X, es su esposa legal, la compañera fiel antes de su muerte y perseverante investigadora de sus misterios existenciales tras su muerte. Finalmente, la novela que lee el lector es doble: la que firma Lacey no es sino el producto de las revelaciones que va acumulando la narradora de ficción a lo largo de la trama sobre una mujer a la que no ha conocido de verdad hasta que ya era demasiado tarde. Esta primera novela, fechada en 2005, es una novela de amor, descubrimiento y desengaño. La segunda novela, en cambio, la novela de Lacey de 2023, es una brillante novela sobre el arte y la vida de ingeniosa fabulación y lucidez total. 

2 comentarios:

Ramón Buenaventura dijo...

Creo que en BIOGRAPHY OF X hay un exceso de fantasía impuesta por la autora sin molestarse en convencer un poco al lector: me costó mucho trabajo encajar la narración dentro de un mundo en que los Estados Unidos están partidos en tres facciones. También me costó aceptar que X fuera un gran talento creativo, porque la autora tampoco se molesta en convencerme… Inconvenientes menores, quizá carencias mías, que no llegan a deteriorar la gran calidad literaria del libro. Cuesta leerlo, pero vale el esfuerzo.

JUAN FRANCISCO FERRÉ dijo...

Estoy de acuerdo, querido Ramón, la reconfiguración geopolítica es tan arbitraria como la de INFINITE JEST de David Foster Wallace, modelo probable, y el valor como artista de X es exactamente el mismo que el del mundo artístico neoyorquino que le confiere ese valor de cambio, ni más ni menos, ya me entiendes, ahí está la ironía del artefacto, o el juego de Lacey, si lo prefieres, nada simple...
Un placer tenerte de nuevo por aquí...