El libro “O”, que algunos llaman “Cero” sin entender el componente irónico de divergencia de opinión encerrado en el provocativo título, se publicó en 1975 como una colección de ensayos de temática pop y, como tal, tuvo un éxito inesperado. El programa del libro, entre sicalíptico y sicodélico, como diría Cabrera Infante, contenía el nivel de polémica cultural que cabía esperar de un autor que había hecho de la irreverencia y la disidencia marxianas sus marcas de fábrica desde su revolucionaria novela “Tres tristes tigres”. Sea cual sea el tema abordado, Cabrera Infante exhibe en sus brillantes páginas una sensibilidad opuesta a toda norma de seriedad, orden, contención, dogmatismo, conformismo y pureza. Enmarcados entre dos crónicas agónicas de la vibrante vida del Swinging London, se suceden aquí ensayos sagaces e innovadores sobre Lewis Carroll y Corín Tellado, las “formas de la poesía popular” de la tradición hispánica e inglesa, el vicio de los juegos nominales, la censura literaria en materia sexual y política, el polémico concurso de bellezas de Miss Mundo visto por televisión, la sexología indócil y la pornografía siempre inocente, como el devenir. Por encima de todos, deslumbra la evocación entrañable e ingeniosa de la vida de Offenbach, su gato siamés, muerto dos años después de publicado el libro.
“Exorcismos de esti(l)o” (1976) también exige que
comencemos a leerlo por su extraño título para entenderlo como un homenaje
tropical a los famosos “Ejercicios de estilo” de Raymond Queneau, reescritos
con humor estival y sensibilidad caribeña para la cultura vudú y el poderío de
los espíritus desbocados que pueden llevar a la locura a quien no sabe
mantenerlos bajo control. Este libro divertido y explosivo es un paseo por el
laboratorio de un mago de las palabras que muestra al desnudo todos sus trucos,
parodias y retruécanos al tiempo que demuestra que la lengua es un artificio
trucado y engañoso, cargado de ideas anticuadas e idearios peligrosos y también
de infinitas posibilidades de juego. Como escritor, Cabrera Infante buscó siempre
apropiarse del mundo a través de las palabras y transfigurar la realidad y los
cuerpos en verbo contaminado de la impureza y vulgaridad de la vida. En este
libro fascinante, fuerza al lenguaje a mirarse en el espejo de la literatura (y
viceversa).
“Puro humo” se publicó en inglés como “Holy Smoke” en 1985 y es el primer libro escrito directamente en esa lengua de acogida por el autor exiliado como incorporación a una cultura anglosajona que le pertenecía por voluntad estética y decisión política. El título original hace suyo uno de los eufemismos más graciosos del cine clásico de Hollywood para celebrar la unión de dos de sus pasiones vitales: el tabaco y el cine. En español, sin embargo, se convierte en un agudo juego semántico que hace del humo y la ceniza una metáfora barroca de la nada. Más allá de los centenares de referencias fílmicas y la sugestiva descripción de la historia y cultura del puro cubano, sobresale la memorable antología final (“Ta vague littérature”, citando al gran fumador de puros Stéphane Mallarmé) en que Cabrera Infante casa tabaco y literatura, en una ceremonia envuelta en fastuosas volutas de palabras y de humo, con infinita inteligencia, erudición y placer. Una joya única en su género.
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