lunes, 5 de diciembre de 2016

LA CASA NEGRA


 [Ishmael Reed, Mumbo Jumbo, La Fuga Ediciones, trad.: Inga Pellisa, págs. 330]

Nacido en la ciudad sudista de Chattanooga (Tennessee) en 1938, Ishmael Reed es el gran cazador negro de esa Moby-Dick blanca, protestante, anglosajona que ha mantenido a su pueblo en la esclavitud y luego en la opresión durante siglos y que, aún hoy, con un presidente afroamericano al frente de la Casa más Blanca de Washington, el sepulcro blanqueado de América del Norte, tiene a los miembros de esa raza maldita como víctimas preferentes de las peligrosas patrullas policiales y sus cuerpos armados de exterminio callejero.
 Con “Mumbo Jumbo” (1972) Reed culmina una larga década caracterizada por las luchas por los derechos y las libertades civiles. Reed escribe “Mumbo Jumbo” tras un viaje iniciático a Haití en 1969 y la novela encierra una considerable cantidad de datos sobre la historia de la isla, la espiritualidad pagana del vudú y el hudú, psicología e historia occidental, incluidas sus secciones más ocultas y sus episodios ocultistas, el judeocristianismo y su conexión espiritual con la esclavitud, la historia mundial y la historia americana, la historia de la música y el baile o la danza popular, y todo ello enfocado bajo el prisma de las revelaciones haitianas.
La magia literaria de “Mumbo Jumbo” toma su fuerza creativa de la invocación descarada de diversos factores genuinos: una exégesis revisionista de los mitos y arquetipos del antiguo Egipto (Isis, Osiris, Moisés), las prácticas de la magia vudú de los vivos y los muertos de las Indias Occidentales (Haití, Bahamas, Jamaica), los poderes elementales, los ritmos irresistibles y los mitos aborígenes de los negros africanos transmutados en tierras americanas.

La  trama invertebrada se ambienta, en gran parte, en el Renacimiento del Harlem de los años veinte, un momento detonante y expansivo de la cultura afroamericana del siglo XX, y se centra en la lucha de un personaje carismático, Papa LaBas, detective metafísico de atribulada existencia y practicante de los conjuros vudú y la brujería Neohudú (esto es, vudú oriundo de Nueva Orleans), reivindicada por Reed como energía primigenia de su literatura, contra las tentativas de la sociedad americana de los WASP (judeocristiana, monoteísta, capitalista, laboriosa, tecnócrata, puritana, etc.) por exorcizar y controlar el espíritu libérrimo de los negros (pagano, politeísta, lúdico, humorístico, musical, hedonista, etc.).
“Mumbo Jumbo” parodia el formato narrativo clásico transformándolo en polifonía carnavalesca que recicla todos los géneros y documentos (ficción detectivesca, ciencia-ficción, prosa y poesía, dibujos, carteles, anuncios publicitarios, bibliografías, poemas y artículos del Renacimiento de Harlem, mitologías griegas y egipcias, textos bíblicos, sagas germánicas, historia europea y americana, etc.) hasta conformar una sátira menipea de gigantescas proporciones y ambición desmesurada, cuyo fin último es la reescritura irónica de toda la cultura y la historia desde una perspectiva afroamericana.

La  operación subversiva de Reed en el seno de esta gran novela consiste en reinventar la mitología negra a fin de liberar a los negros de la mitología occidental de sus amos blancos. Mientras eso no ocurra, parecería decir Reed, no sirve de nada la supuesta libertad política que desde el fin de la esclavitud se les prometió como derecho inalienable.
“Mumbo Jumbo” es, de ese modo, un manifiesto político en pro de la libertad que es también una fiesta de la negritud entendida como jolgorio integral de la mente y el cuerpo en movimiento, como juego paródico de textos y paratextos y como gran carnaval de ideas excéntricas y situaciones desaforadas.
En definitiva, una valiosa reliquia de una época en que la literatura se creía omnímoda y aspiraba a revolucionar el mundo, en que su poder simbólico era tomado por eficaz sobre la realidad circundante. 

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