[Entrevista con Alfredo
Valenzuela de la agencia EFE]
1--¿Cuál
es la principal diferencia entre los 'milenials' y la gente de su generación?
La
edad, las experiencias, la mentalidad, las facilidades, los mimos, la
condescendencia, la tecnología. Ellos son los hijos preferidos del mundo del
capitalismo hipertecnológico y de consumo de nuestro tiempo, pero también
podrían ser mis propios hijos. Mis personajes nacieron en 1996 y viven la
experiencia de la novela en 2037, una época no tan alejada como parece. Pero
los que más me interesan son sus hijos, que nacerán dentro de una década y
conocerán un futuro que ni imaginamos…
2--¿La
literatura está para experimentar?
La
literatura existe para hacer con ella lo que nos dé la gana: la historia y la
tradición nos han concedido esta libertad enorme de la que disfrutamos a la
hora de crear. Escribir es como jugar, que es lo que más me gusta en la vida,
jugar con las formas y los contenidos para el disfrute de mis lectores, mis
cómplices y mis acompañantes. En este sentido, mi estética literaria es
altamente paradójica y se podría definir, dado mi gusto por jugar con los
referentes de la cultura popular, como culteranismo
de masas…
3--¿Usted,
en literatura, prefiere los saltos sin red?
En
literatura la única red que me interesa es la de la ficción y con ella ya puedo
dar todos los saltos mortales, piruetas peligrosas, acrobacias arriesgadas y
tirabuzones que se me antojen…
4--¿Qué
es lo que le gusta provocar con sus libros?
Cualquier
cosa menos indiferencia, desde luego. Pero sobre todo placer y goce, goce y
placer, y, de vez en cuando, un destello de inteligencia y alguna emoción
inconfesable, por qué no, la vida es muy corta como para escatimar estímulos y
excitación…
5--¿El
lector está para exigirle o para complacerlo?
El
lector está para lo que quiera, como escritor no me gusta imponer ninguna
disciplina, no soy una dominatriz sadomasoquista, mis clientes eligen con
entera libertad sus placeres y sus castigos, a menudo tan gozosos como los
anteriores…
6--¿A
qué puede aspirar alguien después de que lo definan como "Un 'hacker'
literario con mentalidad de aristócrata libertino"?
¿A
desmentirlo? Las etiquetas están para alejarse de ellas lo más posible, no para
demostrar que están en lo cierto, ni mucho menos plegarse a ellas como si
fueran un programa electoral.
7--¿Tiene
fe (o esperanza) en la inteligencia artificial, por la poca 'natural' que
encuentra a su alrededor?
La
fe no es uno de mis vicios, no tengo creencias fuertes, ya sea en la
Inteligencia Artificial o en la divinidad inteligente. Pero en Revolución me lo
he pasado en grande inventando una inteligencia artificial femenina, una
matriarca cibernética con la que mi personaje establece una relación muy íntima
y con la que mantiene unos diálogos muy jugosos e instructivos hasta el mismo
final de la novela.
Una
vez dije que escribía para ser leído por una Inteligencia Artificial del
futuro. Quizá sea esta Inteligencia Artificial llamada “Madre” la lectora ideal
de la novela. Todo es irónico en la novela, hasta lo más serio. Un lector sagaz
me dijo hace poco que las siglas de Inteligencia Artificial son como la
onomatopeya del rebuzno: IA…
8--¿Lo
que más valora en un autor es que no se repita? ¿Cuáles son sus favoritos y a
cuáles reconoce como maestros?
Si
me gusta un autor me gusta hasta la náusea y me importa poco que se repita o
que cambie de traje en cada libro. Allá él. Por citar maestros masculinos que
me han ayudado a hacer la Revolución de esta novela: Cabrera Infante, Nabokov,
Pynchon, DeLillo, Arno Schmidt, Philip K. Dick, Ballard, Carroll. Todo lo bueno
viene de ellos, lo malo me pertenece en exclusiva…
9--¿El
delirio forma parte sustancial de la realidad?
El
delirio y la locura, como experiencias que limitan con la fantasía y lo
fantástico, forman parte de las relaciones del cerebro humano con la realidad
y, por tanto, son fundamentales para la literatura al menos desde Cervantes, si
no antes. En un mundo tan racional como el de las máquinas superinteligentes,
los grandes datos y los algoritmos, el delirio, aunque suene paradójico, es un
signo de salud mental…
10--En
el plano narrativo ¿cuándo la imaginación se convierte en excesiva?
La
imaginación nunca es excesiva sino imprescindible para traspasar los límites de
lo que damos por conocido. Me aburren las novelas sin imaginación ni inventiva,
que se apegan al ego del autor o se escriben como un reportaje cultural para un
suplemento dominical de prestigio. Las ficciones desbordantes de fantasía e
ingenio narrativo, transgresoras, insurrectas e incorrectas, como Revolución,
son más necesarias hoy que nunca…
11--La
tecnología es asunto central en varias de sus novelas ¿por qué?
La
tecnología es central en la vida de los seres humanos desde sus comienzos,
desde el hacha de sílex hasta el último móvil Galaxy que Samsung quiere
venderme para mejorar mi vida y la de los que me rodean. La tecnología ha
revolucionado la vida humana hasta límites inimaginables y lo va a seguir
haciendo hasta que todos nos volvamos máquinas o nos pongamos en sus manos sin
rechistar. La revolución es la actividad diaria del capitalismo y de tanto dar
vueltas y vueltas vamos a terminar todos
por marearnos.
Por
otra parte, he querido también abordar el experimento de que somos objeto los
individuos en un mundo que juega con nosotros, como animales de laboratorio, un
mundo que es como un campo de experimentación, que nos somete a vigilancia y
control constante, se alimenta de nuestra vida y energía, y al mismo tiempo
extrae información valiosa sobre nuestras expectativas, necesidades y deseos,
ilusiones y sueños, a fin de proporcionarnos productos que respondan a ellos.
Este es el capitalismo inteligente que se revoluciona a diario y revoluciona
nuestras vidas al mismo tiempo…
12--Su
novela está situada en el futuro, pero descarta lo utópico y los distópico...
No
es una novela distópica ni utópica ni tópica. Es una novela atípica en el
panorama actual. Una novela sobre el futuro visto desde el presente y sobre el
presente visto desde el futuro. A través de mis personajes y su aventura
iniciática he querido escribir la intrahistoria del futuro desde los entresijos
del presente. Ya es hora de que pensemos la realidad contemporánea en términos
de ciencia ficción. En este aspecto, es una novela futurista sobre el presente
y una novela realista sobre el futuro. Por lo que también la puedes leer como
un trampantojo sobre el presente o una broma macabra sobre la vida futura. La
ironía y el humor favorecen la ambigüedad y esta abre las posibilidades de la
novela para la inteligencia del lector.
Al
fin y al cabo, como al final de 2001 de Kubrick, Revolución es sobre todo una
experiencia de lectura muy intensa: el viaje de una familia humana a un planeta
oscuro donde habitan las máquinas, los monstruos y los fantasmas, no todos
mentales…
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