jueves, 27 de enero de 2011

MEA CULPA


MIS 21 “GUILTY PLEASURES” DE LA DÉCADA (2001-2010)


Ton style c´est ton cul, c´est ton cul, c´est ton cul.

-Léo Ferré-


Auto Focus (P. Schrader)

Amanecer de los muertos (Z. Snyder)

Bug (W. Friedkin)

El caballero oscuro (C. Nolan)

Choses Secrètes (J. C. Brisseau)

Cloverfield (M. Reeves)

La dalia negra (B. De Palma)

Domino (T. Scott)

Dumplings (F. Chan)

Fantasmas de Marte (J. Carpenter)

Gamer (Neveldine/Taylor)

La isla (M. Bay)

Jennifer´s Body (K. Kusama)

Miami Vice (M. Mann)

Piraña 3D (A. Aja)

Resacón en las Vegas (T. Phillips)

Rollerball (J. McTiernan)

A Snake of June (S. Tsukamoto)

Sweeney Todd (T. Burton)

La última casa a la izquierda (D. Iliadis)

La venganza del Sith (G. Lucas)


PD1: En mi lista A de la década debía haber incluido, y se me pasó, Auto Focus, de Paul Schrader, uno de los directores más subestimados del Nuevo Hollywood, la incluyo ahora en primera línea de esta lista alternativa (saltándome el orden alfabético que la rige) como provocación junto con otras que así mismo podrían haber estado allí pero ocupan aquí un puesto meritorio. Es una gran película y también un jubiloso “placer culpable” por algo que entenderán sin esfuerzo todos los que la hayan visto y la recuerden. Como lo es también A Snake of June, de Shinya Tsukamoto, una fantasía erótica masculina bastante extrema sobre la mujer como sujeto deseante (y no sólo como objeto de deseo) digna de la literatura de Tanizaki, Bataille o Klossowski (por eso elijo la imagen de la bellísima Asuka Kurosawa en pleno orgasmo pluvial para ilustrar esta dudosa categoría del (mal) gusto). No en vano, el miedo al placer del otro es uno de los motivos recurrentes de la vida contemporánea…

PD2: Elogio del francés, sí. Culpable, sin duda. En estos tiempos puritanos, o de puritanismo rampante, solapado, insidioso, es inevitable sentirse culpable por todo, o fantasear con la impunidad imposible, con la libertad inimaginable ya como horizonte colectivo. El francés, el cine francés, el estilo francés (“c´est ton cul, c´est ton cul, c´est ton culte”, como este Ferré se atreve a corregir al gran Ferré cantante) es la norma creativa europea. Lo siento, pero no hay comparación. Quizá por eso, como dicen en voz baja algunos malintencionados, parecería existir una conspiración de productores, distribuidores, gestores y exhibidores para dejarlo fuera de juego. Para imponer una imagen de marca francesa que no compita en el mercado local con (ni haga mella en) la imagen de marca española (con lo que cuesta ya venderla). Una versión importable que no hace daño, que tipifica y empobrece la imagen interna del producto extranjero. Excluyendo por sistema lo más creativo de su producción. No me pronuncio, sólo constato. Fracaso de la política cultural europea, encierro nacional de las mónadas territoriales que componen el mapa adocenado de la UE. El estilo del mejor cine francés, en efecto, pervirtiendo de nuevo a Ferré: “ton cul c´est ton coeur”. Y es ése, en gran parte, su atractivo, su encanto y seducción, al menos para mí. Magníficas películas que nunca se verán en salas españolas, infinitamente mejores que muchas de las que se estrenan sin problemas. Una pequeña muestra: Tiresia, Sombre, Trouble Every Day, Twentynine Palms, De la guerre, À ma soeur!, Le pornographe, Lady Chatterley, Choses secrètes, Enter the Void, Reyes y reinas, Tournée, Les anges exterminateurs, Les derniers jours du monde... Esta última, un prodigio narrativo absorbente, la acabo de ver, con asombro, y no sé si se estrenará alguna vez y eso que se presenta como coproducción franco-española e incluye al gran Sergi López en su espléndido reparto. [Me indican los más enchufados a la maquinaria de los estrenos que se acaba de estrenar, lo desconocía. De todos modos, su estreno debe de ser tan clandestino que apenas si refuta mi opinión.]

PD3: Entre tanto, me espera Bad Biology, lo último del rey del gore barato de los ochenta y noventa, Frank Henenlotter. La historia de una psicópata asesina con múltiples clítoris que encuentra, tras no pocas desventuras sexuales, su explosiva media naranja en otro asesino psicópata de pene teratológico. Era inevitable. Dos décadas de corrección política a ultranza sólo podían acabar produciendo este retorno brutal de lo reprimido. Los que están al mando y toman decisiones no conocen la verdadera naturaleza humana, o la niegan, que es peor. Están jugando con fuego…

PD4: Dígalo si no Louis-Ferdinand Céline, que es en realidad quien me procura el título del post, ahora vituperado de nuevo en Francia por la ideología higiénica que infecta como un virus por igual los idearios de la derecha de Sarkozy y la izquierda de Ségolène Royal. Y yo me alegro de lo que está pasando: jamás un escritor como Céline debe ser recuperado por el estado, por la cultura, por las instituciones, por los políticos, por el poder. Su grandeza es simétrica a su infamia, a su vileza, a su abyección (pace Kristeva), a su genialidad maléfica, a su escandalosa intransigencia, a su corrosiva (falta de) moral, a su odio (totalitario) y su infinito desprecio al (mezquino) género humano. Todos los que lo admiramos, si este verbo cabe aplicarlo al caso sin incurrir en descrédito inmediato, lo queremos salvaje, inasimilable, indócil, intratable, asocial, patológico (elija cada cual, según sus gustos, el adjetivo más adecuado). Leer a Céline ha de ser una experiencia revulsiva, incluso repulsiva, emética, visceral, desagradable, perturbadora, radical. El día en que le erijan en la plaza pública un monumento socialdemócrata, nacional-católico o neoliberal, importan cada vez menos las diferencias, ese día su fuerza negativa comenzará a desinflarse, a perder el poder de trastornar con su terrible franqueza nuestras pequeñas categorías, nuestros ridículos consuelos, nuestro miedo atávico a la amarga verdad de nuestra (sobrevalorada) condición. Nuestra expansiva y contagiosa cursilería, en suma, nuestro idealismo degradado, pequeño-burgués, demagógico. Con Sade no se atreven, desde luego. A este energúmeno no hay forma de domarlo ni, por supuesto, de acomodarlo al no-pensamiento dominante…


CODA (con re-coña): Prosiguen las denuncias de los imbéciles contra este blog, y la vigilancia ceñuda de Blogger, mientras su influencia crece en la red y se expande el número de sus lectores y seguidores. Así da gusto enfrentarse a la canalla…

13 comentarios:

El Doctor dijo...

Sigo sus post tan necesarios y tan elocuentes.
Vivimos en tiempos de silencios sospechosos,y,cualquier reflexión,pensamiento o todo lo que cuestione,bien argumentado,nuestro atolondrado mundo,surge una legión de zombis dispuestos a comerte.
Hace muchos años que leo al divino Marqués de Sade,gracias a mi torpe juventud emocionada por el surrealismo,ellos fueron los que me lo dieron a conocer.Creo que poseo todo lo que se ha traducido en este país,incluso una biografía estupenda.
Viaje al fin de la noche es una novela para ir releyendo de vez en cuando.Celine hoy juzgado injustamente.Quizá el fue de derechas,no lo se,no me gusta juzgar,pero de lo que sí estoy seguro es que su literatura no lo es.Creo que hay que leer tres libros imprescindibles de Milan Kundera:El arte de la novela,Los testamentos traicionados y El telón.
En defensa estoy de su blog,amigo.Y sobre todo de sus novelas,de sus grandes novelas.
Un fuerte abrazo.

JUAN FRANCISCO FERRÉ dijo...

Muchas gracias, Francisco, por tu apoyo y aprecio. No pongo lo del blog para quejarme, muy al contrario. Me sorprende que, cada semana y a veces dos veces al día, Blogger vigile mis pasos por denuncias anónimas. Vivimos ya un tiempo de denuncias naturalizadas. Veo que conoces bien a Sade, otro motivo de complicidad entre nosotros...

En cuanto a Céline, sí, por desgracia se comprometió con el horror, con lo abominable, de un modo difícil de entender, o de aceptar. No hay que eludir esa verdad desagradable, como Hamsun lo hizo y algunos más, cuando se leen sus novelas. El asco y el odio a la pequeña burguesía condujeron a Céline al fascismo. Es cierto que los que se comprometieron con el estalinismo no pagaron el mismo precio. La historia es así de arbitraria, aunque desde luego los nazis representaron un límite en el exterminio y la abyección ideológica. Los libros de Kundera que recomiendas son imprescindibles, me alegra saber que tú también los consideras así. Y eso que Kundera no aprecia mucho a Céline, y no ha leído a Faulkner, asombroso, ¿no?...

Un placer contar con tu amistad.

Un fuerte abrazo,
JF

El Doctor dijo...

Creo que En los testamentos traicionados Kundera sale en su defensa aludiendo que a Céline le critican cuando su vagaje como persona es una fuente de enseñanza.Creo que también Kundera habla de Faulkner,sobre todo en Las palmeras salvajes,por esa relación amorosa,es decir,cuando él está en la cárcel y no quiere morir.Sabe que su recuerdo la mantiene viva.En El libro de la risa y el olvido existe una escena en donde una mujer ha perdido a su hijo y su nuevo compañero le recomienda que lo olvide y ella decide abandonarlo.También en Los testamentos traicionados,Kundera habla sobre la preciosa historia del peral,ese árbol que plantó una vez un padre y que el hijo debe cuidarlo en memoria de su padre.La memoria en Kundera es tan importante como lo fue la obra de Kafka,el primer poeta del siglo veinte que nos advirtío sobre el mundo sin memoria.

De Sade me gusta su antropología.Diseccionaba a sus personajes como un entomólogo.No es un escritor para entrenerse con su lectura,ya que su literatura es repetitiva,casi,sin argumentos.Lo que me fascina de él es ese repaso descomunal del ser humano.Hoy,lamentablemente,vemos a través de los medios de comunicación tantos crímenes sexuales y la gente se sorprende como si dichos actos fueran actuales.Por otro lado,existe lo "sadiano",se confunde la ficción del divino marqués con su persona.Sade fue un hombre normal,uno de los primeros que iba en contra de la pena de muerte.Era sensible.Fue encarcelado,y,más tarde,internado en un manicomio sólo por lo que fue capaz de imaginar o,describir sobre la conciencia humana.Las ciento veinte jornadas de Sodoma me parece su libro capital,mas que por las descripciones,por su brillante comienzo y reflexión sobre el interés de las guerras y las religiones.En fin,podríamos estas aquí departiendo sobre temas muy interesantes.Ya ve usted lo que da su blog.
Un fuerte abrazo.

JUAN FRANCISCO FERRÉ dijo...

Sé por un amigo común que Kundera no conoce más que superficialmente a Céline y a Faulkner, que haya hojeado Voyage o Mort à crédit, o que leyera por recomendación de este amigo, gran apasionado de Faulkner, Las palmeras, no contradice en absoluto mi afirmación, que no es caprichosa sino producto de confidencias. Por otra parte te agradezco que me refresques esos dos libros, revisando ahora El telón me parece incluso mejor que cuando hace cinco años lo leí por primera vez. Qué magnífico tratado sobre el espíritu de la novela como único ideario válido para el escritor, ahondando aún más los postulados de El arte de la novela y Los testamentos...
En cuanto a Sade comparto tu punto de vista, sin duda, pero nunca encontré aburridas ni reiterativas sus novelas sino muy divertidas, en el sentido más expansivo de la palabra, sobre todo esas delicias narrativas llamadas Juliette y La filosofía en el tocador...
El corolario de su literatura venía a decir algo así: Aprende a amar lo que teme tu corazón...

Mario Domínguez Parra dijo...

Sigo su blog con mucho interés, y no entiendo esas denuncias.

Una pregunta sobre otro maldito: ¿para cuándo una traducción de la novela de Lucien Rebatet, "Les deux étendards"?

shangrilaediciones dijo...

Debo aclarar que la lista de Shangrila está elaborada por dos miembros de la revista y en ella hay divergencias de uno y otro sobre algunas películas. Por tanto, este comentario lo firmo a título individual.
Confieso que es la primera lista que hago. Siempre he sido muy reticente a ellas. Cuando me hiciste la propuesta, Juan Francisco, dudé, pero bueno, siempre hay una primera vez, y el lugar y espacio donde iba a aparecer invitaba a ello.
Como supongo siempre debe suceder, al poner las películas del año y década, no se tarda mucho en darte cuenta de olvidos importantes. Al final, con todas las ausencias que hay por mi parte, decidí no rectificarla y dejar las obras que primero recogió la memoria.
Es interesante, mucho, comparar las listas de los que hemos participado y ver las coincidencias, leer la disparidad de criterios que quedan reflejados en los muy interesantes comentarios que hay hasta ahora. Por ejemplo, dos coincidencias contigo que me parece oportuno resaltar: “La cinta blanca”, de Haneke y “Copia conforme”, de Kiarostami. Suscribo y comparto lo que dices sobre ellas. No llego a odiar la película del iraní, pero sí lo que te lleva a no incluirla. Sobre la obra del alemán, no tengo nada más que añadir a lo ya dicho por ti. Ahora, es curiosa una divergencia con otro director que intuyo tenemos. De Haneke dices que es la consagración (después de unas cuantas películas anteriores que ya iban dejando constancia de ello) como “director académico”, que “ha ido tendiendo a ocupar el sitio vacío de los grandes autores europeos con imposturas de alta cultura cada vez más insoportables”, que “te fastidia el academicismo ‘autoral’ de “La cinta blanca”, y lo comparas con Von Trier. No voy a entrar en lo que comparto contigo sobre el danés ya que tengo muchas dudas sobre su obra, en cambio sí que una película como “Anticristo” que me parece, vaya por delante, una de las películas más revulsivas que se han hecho en mucho tiempo. Ahora bien, quería aplicar, y aquí creo que sí que hay una sana disparidad de criterio, lo mismo que dices sobre Haneke a Egoyan. Porque para mí, éste, después de hacer unas primeras películas que son de lo mejor de los años 80: “Family Viewing” y “Speaking Parts”, y otra de los 90: “El liquidador”, al llegar a “Exótica,” comienza a dar un giro donde parece más preocupado en dejar constancia de unas huellas autorales que lo reconozcan como tal. Algo que parece congénito de un determinado cine.
No quiero enrollarme mucho más. Únicamente resaltar que en muy pocas listas, no solo las que este blog ha publicado, se incluye una película como “Poesía”, de Chang-dong Lee que, a pesar de tener motivos para achacarle algunas cosas que no comparto, me parece que es una obra importante y muy destacable, principalmente porque recupera y centra la atención sobre lo que la mayoría del cine contemporáneo “expulsa” del centro del encuadre: al personaje. En cierta manera, es lo que me hizo recordar, recupera la tradición de un cine humanista que parece no sé si ya casi perdido, cuyo uno de sus máximos exponentes, sería Rosselllini.
En fin, un placer pasar por “La vuelta al mundo”.

Jesús Rodrigo
Shangrila Ediciones

JUAN FRANCISCO FERRÉ dijo...

Mario: te agradezco el comentario. El compromiso con el fascismo, de un modo u otro, suele dar pésima imagen. Eso explicaría el silencio en torno a tantos escritores, Rebatet, que no he leído, es uno de ellos. De todos modos, Céline para mí como escritor es punto menos que genial y eso lo salva de cualquier error ideológico que pudiera cometer. Nadie le achaca crímenes de sangre ni otra connivencia con el horror que la puramente mental. Por fortuna su inmensa literatura, a pesar de todo lo que se diga, le garantiza una atención que muchos otros "colaboracionistas" no tendrán nunca. Y no seré yo quien lo lamente. En general, si no me equivoco, no hubo grandes escritores en ese bando: ¿Drieu? ¿Brasillach? ¿Rebatet?... No sé, no sé. En muchas bibliotecas de gente de extrema derecha jamás ha entrado Céline. Demasiado corrosivo, demasiado satírico, demasiado rabelesiano y guarro para el pudibundo e idealizante gusto fascista (una degeneración burguesa, o del gusto burgués por la pompa y la grandilocuencia, en el fondo).Céline siempre me pareció un anarquista igualitario, un populista genial, no hay nada aristocrático o burgués en su visión de la vida o en su actitud mundana. Un verdadero escritor del siglo XX. Y eso, como comprenderás, me gusta mucho...

JUAN FRANCISCO FERRÉ dijo...

Me encantan tus aclaraciones, Jesús, y que te hayas decidido a intervenir por fin en el debate de las listas (no olvido que estamos en período preelectoral)...

Me alegra que estemos de acuerdo con respecto a Haneke y a Kiarostami. Lo de Haneke era inevitable si lo piensas bien, visto el ideario expuesto sin rebozo a lo largo de los años en entrevistas. Tarde o temprano tenía que ser coherente con su ideario algo reaccionario y dejar de profesar la ambigüedad que le permitía pasar entre el público más informado por un Egoyan alto-europeo y disimular así, tras una pantalla de reflexión tecnológica y social de última hora, la apolillada moralina humanista de sus películas. No quiero, sin embargo, enfatizar más mi crítica a sus últimas películas, hay directores detestables que merecerían mucho más mi encarnizamiento que Haneke, a quien con todo respeto y aprecio. Por el contrario, Von Trier es un director consciente de la situación de bancarrota de la autoría y explota su imagen de demiurgo con un punto paródico que no le impide mostrarse creativo al máximo nivel en cada proyecto que emprende. La toga de la autoría no debe eximir de la obligación de mostrarse inventivo, innovador, audaz en los planteamientos, etc. Así, cada película de Von Trier, desde El elemento del crimen hasta Anti-Cristo, me muestra a un director que cree en la potencia de la imagen cinematográfica y que no la traiciona aceptando compromisos de bajo nivel con el medio o la cultura en los que se ve obligado a desenvolverse (a pesar de sus errores). Mutatis mutandis, sus únicos equivalentes en el cine americano serían Lynch y Tarantino...
Completamente de acuerdo en el caso de Egoyan, cuyas primeras películas tanto me impresionaron y que a partir de Exótica dio un viraje que, aunque le llevó a hacer películas interesantes aún (como El dulce porvenir), cayó por desgracia en el agotamiento temático, la repetición hueca y en la explotación de los peores estigmas de lo "indie" made in Canadá (llegó a tener un discípulo, Podeswa, que heredó, como suele decirse, sus peores vicios y que tampoco levanta cabeza desde hace una década). Sus incursiones hollywoodienses, como la enjoyable Where the truth lies, me parecen bastante mejores que sus patéticas tentativas de autoría (más que "indie") indispuesta consigo misma...
En Chloe me alegró reencontrarlo en una historia sensual narrada con una elegancia visual deslumbrante y con un elenco de actrices irresistible. Que haya hecho un remake de una película francesa superando en erotismo y refinamiento al original me llenó de gozo cuando la vi en un cine americano hace muchos meses y aún hoy me demuestra que su condición de remake no es baladí en el acierto de la empresa, con todo lo que esta paradoja pueda implicar sobre la situación de Egoyan, ¿no?...

Isabel Mercadé dijo...

Mis amigos de Shangrila me han recomendado este blog. Tenian razón. Muy interesante. Lo seguiré.
Saludos.

Isabel Mercadé dijo...

Por cierto, se me olvidaba, en una reunión de amigos jugamos a votar las mejores películas de la década del 2000 al 2009 (no del 2001 al 2010 como has propuesto tú) pero por si te interesa, como curiosidad, el resultado fue éste (se votaba con 10 a 50 puntos, no es que fuéramos 250 personas votando):

1º. 4 meses, 3 semanas, 2 días (250 puntos)
2º. Sarabanda (250 puntos)
3º. Caché (250 puntos)
4º. Elephant (175 puntos)
5º. Código desconocido (150 puntos)
6º. Contra la pared (125 puntos)
7º. La eternidad y un día (125 puntos)
8º. La cuestión humana (125 puntos)
9º. Contra la pared (125 puntos)
10º. Antes que el diablo sepas que estás muerto (100 puntos)
11º. Nadie sabe (100 puntos)
12º. Dogville (100 puntos)
13º. Un cuento de Navidad (50 puntos)
14º. 13 tzameti (50 puntos)
15º. La pianista (50 puntos)
16º. Hierro 3 (25 puntos)
17º. Un hombre sin pasado (25 puntos)

Saludos.

JUAN FRANCISCO FERRÉ dijo...

Gracias Bel por tu visita y comentarios. La lista que propones es sugestiva y demuestra que a partir de la producción de la década es posible trazar muchos itinerarios distintos. Comparto algunas películas, otras no tanto, pero me parece indicativa de la vitalidad y pluralidad del cine contemporáneo. Echo en falta, no obstante, más presencia asiática (¿sólo Kore-eda?). En cualquier caso, ojalá que la nueva década nos ofrezca tantos placeres y sorpresas como la que dejamos atrás (por cierto que no hay ningún capricho en abrir y cerrar la década en los años señalados, me atengo a la estricta cronología; además, si la hubiera cerrado en 2009 no habría podido incluir una joya como Tío Boonmee ni confirmar la buena forma de Fincher)...

shangrilaediciones dijo...

Fincher y sus "Zodiac" y "La red social", uno de mis imperdonables olvidos junto a Tsai-Ming-liang y "El sabor de la sandía" y "Visage", Herzog y la magnífica "Teniente corrupto", en fin... Esto de las listas, no tiene fin y no sé si mucha cabeza.
Por cierto, nombras ahora "La isla", de Michael Bay. No sé aún muy bien por qué esta película me resulta tan inquietante y perturbadora, casi igual o más que "A Snake of June", de Tsukamoto. ¿Debería 'hacérmelo mirar'?
Un saludo.

Jesús Rodrigo
Shangrila Ediciones

Isabel Mercadé dijo...

Sí, sí, lo imagino que no era un capricho. Nosotros lo hicimos así, porque así lo decidió alguien y era sólo un juego. Y sí, de 2010, Tío Boonme, tal vez la mejor que he visto...
Tienes razón en lo de la no presencia asiática. Es que hay entre nosotros algunos defensores de cine clásico que tumban siempre estas votaciones, pero creo que poco a poco podremos con ellos.