[En el número de
julio de la revista Arquitectura se publica Learning from €UROVEGAS. Una Arqueología
del (no) Futuro, mi ensayo-ficción sobre el bluff financiero, político y arquitectónico bautizado como Eurovegas. He aquí un extracto.]
“El euro es la parte más importante de €urovegas.
Hasta el punto de que sin euro no hay Vegas”.
-Roberto Soldado, analista financiero de Mediaset-
Viva €urovegas
La historia ejemplar de €urovegas podría empezar en este
punto crítico. Érase una vez un viejo continente depauperado por la falta de
contenidos y dominado por la urgencia de reciclarse. Y unos gobernantes, muy
preocupados por la ausencia de perspectivas de su pueblo, que tomaron un día la
decisión financiera más adecuada a sus intereses políticos: construir en mitad
de la nada un no lugar donde la permisividad absoluta en materia fiscal y laboral
fuera la regla del juego. El no va más de la apuesta neoliberal. Una utopía
transgresora de signo ballardiano para tiempos de crisis (de pasta, sobre todo,
pero también de ideas y valores) donde se podían transgredir alegremente (en
nombre de la alegría de vivir y el disfrute del cuerpo) todos los códigos y
normativas vigentes en la periferia del complejo, violar impunemente las leyes
y los reglamentos, las licencias burocráticas y los contratos (comenzando por
el demasiado caduco “contrato social”). Ese fue desde el principio el encanto
libidinal de €urovegas. La razón de su atractivo inconsciente para el
consumidor. Su goce intransferible, en opinión de un psiquiatra consultado. La
revancha de lo prohibido sobre una cultura oficial baja en nutrientes y
calorías para el espíritu. El emporio €urovegas, enclavado en mitad de la
estepa mesetaria como un desafío monumental a los rancios valores del entorno,
fue creado por una corporación americana como una anomalía cultural con la
aprobación de los mismos gestores que imponían en la eurozona una legislación
cada vez más restrictiva. ¿Era €urovegas un simple emblema de la autarquía
estéril del euro sobre la realidad, como aún se preguntan algunos analistas
incisivos, o significaba en realidad algo muy diferente?
Resacón en €urovegas
En el
espacio americano, Las Vegas representa una excrecencia artificial de luz y
arquitectura, un subproducto nacido del cruce fantástico entre Hollywood y Wall
Street, las finanzas incalculables y el afán de lucro, los negocios sucios de
la mafia y el casino como blanqueador universal de pecados capitales (codicia,
lujuria, gula, soberbia, entre otros muchos). Cuando el gánster Bugsy Siegel,
en uno de sus sintomáticos arranques de misticismo, contempló en el desierto de
Nevada el espejismo de los hoteles y los casinos, el lujo y la lujuria del
dinero y los placeres más deseables, no vio algo muy diferente, en lo esencial,
a lo que entrevieron empresarios americanos y políticos locales en los terrenos
desertizados de Alcorcón. La oportunidad única de recrear un oasis capitalista
liberado de los controles socialdemócratas del estado. La fantasía arquitectónica
de €urovegas fue, desde su misma concepción, un capricho extravagante del mismo
calibre que Las Vegas originaria. Si los gánsteres americanos habían recreado
el sueño kitsch de sus noches de insomnio criminal usurpando el lugar de un
pueblo fantasma perdido en una tierra de nadie, las quimeras mostrencas de los
burócratas madrileños y los plutócratas americanos no se quedaban en la
retaguardia del gusto mayoritario.
En el
esquilmado espacio español, la originalidad histórica y geográfica de €urovegas,
como proyecto de un parque temático solo para adultos, suscitó grandes
polémicas partidistas y movimientos de oposición popular. Ni la América de los
cuarenta ni la España de la segunda década del siglo veintiuno estaban
preparadas para proyectos de esa envergadura moral. Para sus promotores,
€urovegas plasmaba la ambición colectiva de ir más allá de las posibilidades
reales del momento, la voluntad de vencer las resistencias materiales y superar
las limitaciones mentales de un país lastrado en su desarrollo económico por
una historia desastrosa. Para los adversarios, sin embargo, solo encubría una
fuga irresponsable de los problemas actuales, la máxima expresión de la
megalomanía de algunos gobernantes dispuestos a todo con tal de mantenerse en
el poder y seguir controlando los flujos del presupuesto…