miércoles, 5 de abril de 2023

EL GEN EGOÍSTA


 [Publicado ayer en medios de Vocento] 

        Los sexos andan revolucionados y la realidad cada día más incontrolable. No se puede parar el progreso de la sociedad posmoderna, embarcada en un proyecto de superación de mitos y tabúes en el que la ciencia y la tecnología actúan como motores de transgresión. En el mundo global del siglo XXI, el gran mercado donde todo se compra y se vende, es imposible imponer el imperio de la ley o la rancia moral sobre los deseos y los actos más humanos sin parecer una monja mojigata o un cura retrógrado. Pasada la Semana de Pasión, ya podemos cotillear sobre asuntos turbios sin que nadie nos perturbe.

Si la ciudadana García Obregón se ha salido con la suya en su plan de resucitar al hijo fallecido como niña sintética es por la misma razón que tantos Hamlets adolescentes pueden exigir una reasignación quirúrgica de su sexo. Las distinciones son hipócritas. Nos guste o no, es lo que tiene vivir la vida loca del capitalismo consumista, con sus identidades múltiples y fluidas y sus familias flexibles. La derecha y la izquierda más puritanas, opuestas al aborto y la prostitución, pretenden poner freno al desafuero y acotar el campo de lo posible con estrategias políticas inútiles.

En materia de manipulación genética estamos aún en pañales, nunca mejor dicho. Ahora es el vientre de alquiler, recurso con que hombres y mujeres obtienen de la ciencia un servicio que contraviene a la naturaleza, siendo lo más natural, por otra parte. Es así como el caso de la maternidad artificial de la ciudadana García Obregón se transforma en cuento de ciencia ficción con ramalazos ancestrales. En el futuro inmediato se impondrán técnicas de concepción y gestación de bebés customizados, impresos en 3D al gusto de clientes con ansias de reproducirse. Y más tarde, cuando las élites quieran, el doctor Frankenstein proveerá de clones pluscuamperfectos para conocer el goce de la vida eterna y la inmortalidad biológica con que la humanidad lleva soñando milenios.

Este es el mundo monstruoso que se perfila tras el escándalo de la veterana estrella del famoseo español que acaba de realizar, supuestamente, el milagro de que el semen de su hijo la haya hecho abuela sin copular con otra mujer. El negocio de la ciencia nació para hacer feliz a la especie humana y satisfacer sus deseos más primarios. Los más egoístas también, como los genes que multiplican el vacío de la vida al infinito. La madre dolorosa y el hijo muerto, una vez más, clonando su trágica historia por los siglos de los siglos. Amén. 

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