Desde hoy
mismo se encuentra en librerías el libro Batman
desde la periferia, editado por Alpha Decay, en el que se incluyen estupendos
textos de Blake Butler, Javier Calvo, Christophe Claro, Laura Fernández, Eloy
Fernández Porta o Slavoj Zizek, entre otros. Mi contribución al conjunto (El devenir murciélago) comienza así:
En el siglo veintiuno, la implantación del modelo económico neoliberal
en todos los ámbitos ha generado, como señala Dan Hassler-Forest en el estudio
más reciente y sagaz sobre el tema (Capitalist
Superheroes: Caped Crusaders in the Neoliberal Age), el fenómeno cultural del “renacimiento del superhéroe como figura
dominante del cine postclásico” (p. 5). Encarnación parcial o total del Imperio
global, es evidente que la reaparición estelar de estos “cruzados con capa” en
el marco de la cultura mainstream contemporánea
responde tanto a los desafíos morales padecidos por la población occidental
tras el 11 de septiembre como a las insuficiencias de dicha cultura para
restañar las heridas y disipar los temores generados por una situación agravada
de crisis múltiple, de bancarrota en todos los órdenes, desde el político y el
económico al familiar y sexual, desconfianza en las instituciones y en los
representantes así como inseguridad laboral, desempleo endémico, amenazas
externas magnificadas y un horizonte tecnológico inquietante. Como concluye
Hassler-Forest, el prestigio demagógico del superhéroe en la actualidad reside
en su capacidad para presentar la fuerza no como un rasgo de superioridad
innato a su carácter singular sino como un instrumento al servicio de la paz y
el orden de la ley.
De todos los superhéroes reciclados con éxito en las últimas
décadas, el septuagenario Batman, el más complejo y siniestro de todos ellos,
ha sido sin duda el que, con sus transfusiones semánticas y metamorfosis
espectaculares, ha alegorizado con más fuerza creativa las ambiguas condiciones
del presente.
Brillante reflexión sobre el Caballero Negro. Habrá que leer el resto pero difícilmente se puede sintetizar más la figura de este personaje de ficción que se ha adaptado mejor a los tiempos que vive que por ejemplo, ciertas doctrinas religiosas menos flexibles. La esencia del personaje ha seguido pero plenamente adaptada a esta época.
ResponderEliminarBuen artíclo, aunque sería de agradecer si cambiase el tipo de fuente o, al menos, el tamaño. No hace buen leer.
ResponderEliminarUn saludo.