Don DeLillo es uno de los novelistas norteamericanos sobre los que más he escrito a lo largo de esta década. He dedicado artículos y ensayos, además de menciones y citas, a casi todas sus novelas (en entradas anteriores se pueden leer mis reflexiones sobre dos novelas tardías como Cosmópolis y El hombre del salto). A DeLillo le tengo por un paradigma novelístico de lo que Benjamin Noys denomina “aceleracionismo”, esa tendencia intelectual y artística que funda su práctica, según Noys, en esta premisa radical: “if capitalism generates its own forces of dissolution then the necessity is to radicalise capitalism itself…What the accelerationists affirm is the capitalist power of dissolution and fragmentation”. Terrorismo simbólico, por así decir. No se olvide que ya en Mao II, uno de sus textos maestros, DeLillo trazaba la peripecia terminal de un escritor abrumado por los desafíos de la sociedad postmoderna y convencido de que el antiguo puesto que ocuparon los escritores en la conciencia pública lo ocupaban ahora los terroristas en su desafío a la realidad (si el novelista no es, desde luego, un “terrorista”, en su sentido más inhumano, sanguinario o cruel, sí sería, en cambio, un “mal ciudadano”, como DeLillo explica en el epígrafe que reproduzco más abajo y que debería ser el credo programático de todo novelista consciente de su papel en la sociedad del espectáculo, y más en tiempos de crisis, como los llaman en los medios, tiempos en que las diferencias sociales y económicas se agravan hasta la indecencia y la obscenidad y, por tanto, cualquier irresponsabilidad y, al mismo tiempo, cualquier reacción es pensable y/o posible en cualquier sentido). No es casual que en los años sesenta, más que ningún otro escritor, el cineasta Jean-Luc Godard (que ahora estrena la magistral Film Socialisme, una invitación intransigente a la insurrección ética y política contra el cinismo reinante) fuera uno de sus grandes maestros. Y se nota esa influencia carismática. No espere nadie, en este sentido, que DeLillo, con este currículo, gane alguna vez el Nobel. Como tampoco Pynchon. Con independencia del talento, este premio honorífico, como tantos otros, es para los buenos chicos, de izquierdas o de derechas, eso da igual. Los monaguillos del sistema imperativo y la cultura dominante.
En cualquier caso, como ya dije en mi reseña de la espléndida Jugadores, cada lectura o relectura de una novela de DeLillo me ratifica la sensación de que se trata del primer escritor de la historia que escribe sus novelas pensando en que uno de sus lectores potenciales podría ser, en un futuro no muy remoto, una inteligencia artificial. Como si intentara hacer visible y entendible para un cerebro informático las complejas implicaciones del juego literario: la experiencia abstracta y minuciosa de la escritura como metalenguaje de la realidad, el mecanismo inaprensible de las acciones humanas individuales y su integración en un contexto colectivo concebido como un vasto sistema de información en perpetuo cambio, etc. En cierto modo, la escritura literaria de DeLillo se postula como la más “posthumana”, en sentido estricto, con la que un lector contemporáneo podría encontrarse en formato narrativo. Una escritura secuencial, de la que no estaría excluido el lector humano, por tanto, pero cuyo grado de traslación del pormenor informativo o perceptivo al código algorítmico de la cibernética es de una exactitud inaudita y deslumbrante. La valiosa prosa de DeLillo podría caracterizarse así como la escritura altamente cifrada que una mente humana dirige en sus postrimerías a las mentes artificiales del futuro con objeto de traspasarles la lección tragicómica de su historia reciente. Confiemos en que les sirva para algo.
Aquí van, como muestras de esa escritura novelística y de las reflexiones que puede suscitar, textos sobre Punto Omega, su nueva novela, Ruido de fondo, quizá junto con Submundo su obra suprema, Libra, jamás se ha descrito las bases de la paranoia en estado puro con tanta lucidez, y Body Art, un apólogo estético aplastante. Para completar, en el margen izquierdo, se propone una encuesta con el fin de establecer un canon parcial en la vasta obra (traducida o no, ¿para cuándo Ratner´s Star en español?) de Don DeLillo.
"I don't take it seriously, but being called a 'bad citizen' is a compliment to a novelist, at least to my mind. That's exactly what we ought to do. We ought to be bad citizens. We ought to, in the sense that we're writing against what power represents, and often what government represents, and what the corporation dictates, and what consumer consciousness has come to mean. In that sense, if we're bad citizens, we're doing our job."
Don DeLillo
Me desasosiega como la protagonista de Body Art se convierte en naturaleza muerta.
ResponderEliminarMe inquieta como en Libra miente para contar la verdad.
¿Y ahora? ¿Cómo leer la escena del establo en un libro electrónico? Estamos a un paso detrás de los fotógrafos. Somos ese White Noise que cae en la pantalla. "Formamos parte del aura".
Brillante álbum, Juan Francisco.
¿Para cuándo el libro?!
A mi particularmente me gusto mucho más "Body art" que la última "Punto omega". Aunque las dos son excelentes. Y Mao II.
ResponderEliminar¿què tal "Libra"?
Tras este monumental homenaje a la literatura de DeLillo no me queda otro remedio que escribir una reseña (muy inferior a las suyas)sobre una de las mejores novelas de este novelista;Ruido de fondo.Y si me lo permite,quisiera enlazar en mi post su magnífico trabajo.
ResponderEliminarA modo más personal,acabo de releer su novela Providence y creo que no estoy equivocado cuando digo que és una de las mejores novelas escritas en los últimos años en este país,donde la mayoría de los escritores están marcados por un cierto academicismo un tanto rancio.Como DeLillo que dio entrada a los nuevos escritores americanos que tanto me gustan y que,ay,no tenemos aquí;Foster Wallace.George Saunders,Eastos Ellis,Rick Moody,Dave Eggers o Palhaniuk,entre otros.Usted me parece a un DeLillo contemporáneo a la espera de que vengan otros escritores que den aire fresco a nuestra literatura.Providence es una novela muy inteligente,llena de citas que he ido escribiéndo en un cuaderno,y,amigo mío,la disección que usted hace a la película Tiburón adentrandose en la psicología de Álex me parece genial.En fin,que podría estar escribiéndole eternamente sobre su novela.Por cierto,sus otros libros anteriores ya anticipaba la clase de escritor que es usted.
Que tenga unas felices fiestas.
Un fuerte abrazo.
Para enero, Jesús, ya está listo y, gracias a tu creativa implicación, ha quedado maravilloso, ya verás...
ResponderEliminarFerrán, Libra te gustará pero es menos placentero que otros delillos. No me canso de decir que Punto Omega tiene su punto...
Gracias a los dos por vuestros comentarios.
Muchísimas gracias, Francisco, por tu comentario y tu más que generosa relectura de mi novela. Me alegra contar con lectores de tu nivel de inteligencia e información. Una única apostilla crítica a tu comentario: por fortuna hay ahora nuevos novelistas españoles que son, en mi opinión, tan interesantes como los norteamericanos. No me obligues a dar nombres, no vaya a dejarme alguno olvidado, ya sabrás a quienés me refiero. Tengo la suerte de poder considerar amigos a la mayoría de ellos...
ResponderEliminarMil gracias una vez más por tu aprecio. Avísame cuando cuelgues ese post y haz con los míos lo que te plazca. Lo que aquí se cuelga, al revés de lo que creen algunos leguleyos fracasados, es de todos y de nadie.
Un abrazo,
JF
Mi querido amigo;desde luego que existen esos escritores.No se me escapan,y,respecto al post lo tengo publicado y recomiendo encarecidamente este espacio,tanto en internet como a todos mis amigos.Sin mas,el otro día en una librería de Barcelona bastante importante exigí que sus libros estuvieran allí y fueron anotados.Me complace decirle que ahora están allí.
ResponderEliminarUn abrazo.
Querido JF.
ResponderEliminarVengo recomendado por (permíteme) otro grande; Francisco Machuca, el comentarista que me precede. Tras publicar en su blog una reseña sobre la novela "Ruido de fondo", nos remite a sus lectores para que vengamos a conocer tu propuesta bloguera, desde hoy, para mí, indispensable.
Un saludo.
Raúl Ariza.
Bienvenido Raúl, muy buena recomendación, me alegra ese post que voy enseguida a curiosear. Vuelve por aquí cuando quieras.
ResponderEliminarUn abrazo,
JF
Francisco, mil gracias por todo, posts, libros, etc. Un regalo. Por cierto, no quiero que se me pase otra vez: tu lectura del papel de Tiburón en mi novela es la más acertada que he leído u oído. En efecto, las obras de la cultura de masas sirven para identificar (¿psicoanalizar narrativamente?) a los personajes en profundidad (vieja escuela) y en superficie (de Foucault pa´lante), como es el caso en PVD. Muy bien visto...
ResponderEliminarMe alegra que conozcas a esos escritores, me lo imaginaba, de todos modos, era por recordártelo.
Voy a leer tu post tout de suite.
Un fuerte abrazo,
JF
He vuelto por aquí a disfrutar de estos artículos y me alegra ver que esto se ha animado.
ResponderEliminarOlvidé decirlo, voté por Ruido de fondo.
Es mi novela favorita de mi autor preferido.
DeLillo me llevó a pintar de otra manera.
Ruido de fondo, según Wallace, es el toque a rebato que señala el giro en la narrativa posmoderna que da lugar en los 90 a la narrativa de la imagen.
Hay otro libro de DeLillo muy poco citado que contiene las obras de teatro Valparaíso y El cuarto blanco. Forma un triángulo con The Body Artist y Ruido de fondo.
Lo recomiendo encarecidamente a los seguidores de estos dos títulos.
Por último, me he llevado una grata sorpresa que te concierne, Juan Francisco. Un buen amigo me ha hecho dos regalos espléndidos: El Quijote, instrucciones de uso y I love you Sade. Yo ya había dado por imposible conseguirlos.
Abrazos.
Muy bueno, Jesús Andrés, lo de "la escena del granero", (como quien dice "la escena de la ducha") eso da la medida en que DeLillo ya forma parte del consciente colectivo de una generación. Aquí estamos, en segunda linea, detrás de los fotógrafos, ...pero mirando al círculo de espectadores, hemos invertido los papeles.
ResponderEliminar(sigue). Quizá una de las lecciones de DeLillo es que de las abduciones lo más interesante son los abducidos, desmenuzar la manera en que cada uno...
ResponderEliminarCreo que no hay ni una sola descripción del establo, -no me voy a levantar para comprobarlo, quiero trabajar con el recuerdo que la novela ha dejado después de dos lecturas y pico, la última hace más de dos años- , no sabemos si es grande o pequeño, verde o rojo, nuevo o destartalado, y sí una buena panorámica de los espectadores, con muchos detalles ampliados, el parking de autocares, los pequeños grupos, los solitarios con trípodes, el quiosco de souvenirs,...
De memoria también: "Personas fotografíando a personas haciendo fotografías del establo".
ResponderEliminarMe gustaría leer la escena del blog escrita por DeLillo. Inevitablemente estamos dentro.
Pues eso, que voy a darme una vuelta por vuestros blogs.
Abrazos.
...traigo
ResponderEliminarsangre
de
la
tarde
herida
en
la
mano
y
una
vela
de
mi
corazón
para
invitarte
y
darte
este
alma
que
viene
para
compartir
contigo
tu
bello
blog
con
un
ramillete
de
oro
y
claveles
dentro...
desde mis
HORAS ROTAS
Y AULA DE PAZ
COMPARTIENDO ILUSION
CON saludos de la luna al
reflejarse en el mar de la
poesía...
AFECTUOSAMENTE : JUAN FRANCISCO FERRÉ
OS DESEO UNAS FIESTAS ENTRAÑABLES 2010- Y FELIZ AÑO 2011 CON TODO MI CORAZON….
ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DE ACEBO CUMBRES BORRASCOSAS, ENEMIGO A LAS PUERTAS, CACHORRO, FANTASMA DE LA OPERA, BLADE RUUNER Y CHOCOLATE.
José
Ramón...
Hay un dossier Pynchon en la revista quimera de este mes. Supongo que ya lo sabías.
ResponderEliminar¿para cuando la critica de mi novela?
Sí, lo sabía desde hace tiempo, fui invitado a participar para escribir sobre Contraluz y por falta de tiempo decliné. La misma falta de tiempo que me impide satisfacer tus reiteradas demandas de lectura. Lo siento, mi vida actual es absorbente...
ResponderEliminarUn abrazo,
JF
De acuerdo, no pasa nada. Otro siglo será. Luego... borrala de tu ordenador.
ResponderEliminarPor cierto, has leído mi último breve post sobre Pynchon? (casualidades, lo juro)
Vuelvo a Conrad y Faulkner, que son mas sanos. Pero la proxima de Pynchon sera Contraluz... ¿por qué, cual me recomiendas de las que no he leído?
Fgt