(Como uno de los mayores encantos de Pynchon, y una de las cualidades que más nerviosa y atacada pone a cierta crítica, me refiero a los inquisidores y dómines dogmáticos tipo James Wood e imitadores, reverenciados por pereza y escasez de ideas propias en una situación literaria de bastante desorientación general, es su abuso programático de lo no serio, de lo cómico y trivial, la dimensión "descerebrada" e inmadura de su visión del mundo y los seres humanos, cuelgo aquí estas "colaboraciones especiales" de dos amigos, Ramón Buenaventura en el texto (discrepo de su crítica a su última novela, podrá no ser la mejor de Pynchon pero no es, desde luego, una novela aburrida sino divertidísima) y José Luis Amores (Bolmangani) en la ilustración, como homenajes lúdicos al gran novelista norteamericano. Enjoy!)
VICIO INNATO
Ramón Buenaventura
No, que no: Inherent Vice no es el mejor libro de Pynchon, sino seguramente el menos pynchoso y el más aburrido y disuasorio (no logré interesarme en lo que me contaba) (aunque también comprendo que lo haya escrito) (le apetecía, qué caramba) (quiénes somos sus lectores, tan caprichosos como él, para negarle el gusto). Pero una camarera del restaurante Belaying Pin que frecuenta el protagonista de la novela, Doc Sportello, siempre recomienda a sus clientes que antes del entrarle al plato estrella de la casa se trasieguen una o más unidades de un cóctel llamado Tequila Zombie «porque más le vale a usted estar bien cocido y bien hecho la puñeta cuando le pongan delante el plato» (traducción libérrima, que conste; pero mía, eso sí : no se acuse a nadie ).
La receta del Tequila Zombie, por si alguien quiere seguir a Pynchon también en los devaneos alcohólicos:
En coctelera: 2 buenos chorros de tequila, 1 de licor de albaricoque, 1 de ron especiado, 1 de vodka.
Agitar.
Añadir 2 chorros de zumo de pomelo y otros 2 de zumo de naranja.
Agitar de nuevo y servir sobre cubitos de hielo en vaso alto.
Bebérselo todo de un trago.
Vergüenza torera da ver a Mason (¿o era Dixon?) lidiando con ese arco iris sin lluvia. Y qué decir del astado, al que ya ha puesto dos banderillas. Lo bueno es que sabemos que terminará cortando orejas, rabo, vuelta al ruedo y salida a hombros por la puerta grande.
ResponderEliminarGracias, Juan. Un tequila a tu salud, de este zombie.
Pues a estas horas de la noche apetece eh?
ResponderEliminarMagnífica ilustración y excelente receta de la que me apropio para testar convenientemente.
ResponderEliminarA vuestra salud.
había que dejarlo pasar, o era más bien un cambio de mano y de hora: salud.
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