If everything in this dream of prerevolution was in fact doomed to end and the faithless money-driven world to reassert its control over all the lives it felt entitled to touch, fondle, and molest, it would be agents like these, dutiful and silent, out doing the shitwork, who´d make it happen.
Was it possible, that at every gathering –concert, peace rally, love-in, be-in, and freak-in, here, up north, back East, wherever- those dark crews had been busy all along, reclaiming the music, the resistance to power, the sexual desire from epic to everyday, all they could sweep up, for the ancient forces of greed and fear?
Thomas Pynchon, Inherent Vice.
Versión 2.0 del cuestionario que me envió en diciembre de 2008 la revista Calle 20 para su reportaje Punk 2.0 publicado en septiembre de 2009.
Preguntas: Jose Ángel González
Ilustración: Jesús Andrés
NO NOS MOVERÁN [DEL SILLÓN]
-1916, dadá; 1957, situacionismo; 1961, free jazz; 1977, punk; 1981, grunge… ¿Y ahora qué?
Thomas Pynchon, Inherent Vice.
Versión 2.0 del cuestionario que me envió en diciembre de 2008 la revista Calle 20 para su reportaje Punk 2.0 publicado en septiembre de 2009.
Preguntas: Jose Ángel González
Ilustración: Jesús Andrés
NO NOS MOVERÁN [DEL SILLÓN]
-1916, dadá; 1957, situacionismo; 1961, free jazz; 1977, punk; 1981, grunge… ¿Y ahora qué?
Ahora, la supervivencia creativa en el supermercado cultural más grande de la historia…
- ¿Hazlo tú mismo o deja que te lo haga otro?
- ¿Hazlo tú mismo o deja que te lo haga otro?
Prefiero hacerlo yo. Me gustan los trabajos manuales, con lo que la labor ajena es también recompensada como se merece cuando llega el momento de la cita, el plagio, y demás estrategias creativas…
- ¿Humanos ú homínidos?
Post-humanos.
- Crisis… ¿Cómo le resuena la palabra?
Mal, si hablamos de lo que hablamos. Bien si me acuerdo de que Sade llamaba así al orgasmo y a la eyaculación, algo de lo que se aprovechó Barthes para convertir la escritura en una forma de descarga libidinal. Por ahí andamos, con el cuerpo a cuestas…
- ¿Cuál será la próxima revuelta?
¿La de vacaciones? Como Zizek, yo también creo que si se rompen huevos se hará una tortilla, y no al revés…
-¿Qué tipo de adoquines volarán?
Ladrillos de la cárcel del deseo…
-¿Contra quién, contra qué?
Contra todos y contra nadie…
-¿Por qué no ‘ahora mismo’?
El presente fue abolido hace tiempo. Vivimos a tal velocidad que es imposible fijar un punto que no sea ya un tránsito hacia otro. La revolución en tiempo real es una imposibilidad y en tiempo diferido un fraude.
- ¿Miseria o miserables?
Nunca me gustó Víctor Hugo, así que Miseria. De la filosofía, de la ciencia, de las bellas artes, de la cultura, de la moral, de la política. La escasez como sistema en el sistema de la abundancia…
- La cultura, ¿miseria o miserable?
Miserable. No puede evitarlo. El malestar en la cultura, ¿recuerdas? La cultura se hace con todas las represiones colectivas y los residuos malolientes de otros ámbitos. Es un basurero prestigioso, pero basurero…
- Pensar… ¿cómo, qué, dónde, para qué?
Para sobrevivir, en todo momento y lugar, con palabras, imágenes y música, a ser posible…
- Actuar… ¿cómo, qué, dónde, para qué?
Con calma, para sobrevivir, para no mortificarse ni estancarse. Para no engendrar putrefacción…
- Su mayor miedo
La imposibilidad de vivir
- Su mayor felicidad
La escritura, el sexo, la lectura, el cine…
- Persona más odiada
Cualquier representante del poder.
- Persona más admirada
Cualquier enemigo del poder.
- Valor-idea más odiada
Orden, disciplina, control, seguridad, moral…
- Valor-idea más preciada
Libertad (siempre). Libertarios del mundo, uníos...
- Bien material-objeto más preciado
Mi biblioteca
- Su último llanto
Hace mucho.
- Su última emoción
Hace poco.
- ¿Qué debería contener un kit de supervivencia en estos tiempos?
Libros, películas…
-Por cierto, ‘estos tiempos’... ¿Cómo son, cómo los resumiría?
Apasionantes, odiosos, de cambio, de lucha, de adocenamiento, de hegemonía, de conflicto, de diversidad...[Otra descripción de este destiempo, mucho más completa: ¿Polanski en la cárcel a punto de extradición, Bush disfrutando a tope del tiempo libre en su rancho texano y Vargas Llosa arremetiendo contra el primero sin escandalizarse por el segundo? Lo demás es silencio institucional, no tiene otro nombre...]
-La “indecencia”, dice Žižek, es la invisible presencia de “millones de anónimos trabajadores sudando en fábricas del tercer mundo, desde los gulags chinos a las líneas de montaje de Indonesia o Brasil –en su invisibilidad, Occidente puede darse el lujo de balbucear acerca de la clase obrera en vías de desaparición”... Comente la idea.
No puedo estar más de acuerdo. Por eso la buena conciencia de izquierdas es tan repugnante como la hipocresía de la derecha. El gobierno Zapatero vendiendo armas a Israel mientras condena la matanza de Gaza. Imposibilidad de mantener la decencia en contacto con el poder…
- ¿Quiénes son los capos? ¿Quiénes son los malos?
Los que se abrazan al ejercicio del poder desde la vocación y la ambición…
- ¿Y los buenos?
Todos y ninguno en especial. No soy maniqueo.
- ¿Hedonistas o humanos vegetantes?
Hedonistas sin complejos…
- “Lo sé perfectamente bien, pero...” ¿Justificación para ser tonto?
El insomnio es el gran peligro de la inteligencia que funciona. Todo el mundo necesita un pequeño fármaco de buen rollo, ficciones necesarias para conciliar el sueño, tener amigos, relaciones, amor…
- “¡Las cosas cambian tan rapido!”. ¿Verdad u opio?
Verdad a medias. Algunas cosas cambian muy deprisa, sobre todo si no afectan a valores tenidos por sustanciales, otras, por desgracia, no han cambiado desde el paleolítico…
- ¿Se actúa Vd. a sí mismo o es Vd. mismo?
No entiendo bien. Cuando actúo no sé quién soy. De hecho no sé quién escribe estas líneas…
- ¿Qué es un ‘coolhunter’?, ¿un basurero?, ¿un mercachifle?, ¿un gurú?...
Alguien que, desesperado por la lentitud de los relojes, trata de adelantarse a su tiempo atrapando en el momento del surgimiento una moda o una tendencia futura. En el fondo, su actitud conduce a la desesperación, al descubrimiento de la futilidad de todo, el tiempo, las modas, el gusto…
- Lo más obsceno de la cultura contemporánea...
La incapacidad de la cultura mayoritaria para estar a la altura de los tiempos.
- Lo menos...
El potencial de la cultura minoritaria para mostrarse y hacerse oír…
- El almuerzo eterno e incandescente de bytes... ¿Le gusta?, ¿le asusta?
Es una costumbre instalada en mis neuronas y mi sensibilidad con la falta de sorpresa de cualquier hábito arraigado. Excitante y habitual, como la vida en pareja, con sus tedios y sus nostalgias de otras posibilidades. Quien no se ha sentado a un ordenador y no ha sentido por un momento la nostalgia de un mundo donde no existieran no es digno de vivir en esta época hipertecnologizada. Los extremos se conectan con banda ancha…
- La libertad de decisión... ¿Nos dejan elegir lo minúsculo para que no perturbemos el orden máximo?
Sin duda, la cultura se ha convertido en el refugio para la acción simbólica, ya que la real está encomendada por el poder y sus instituciones policiales a otros individuos más responsables. Pero la acción simbólica es importante, aunque tiende a parecer consoladora, puede cambiar muchas cosas. Valores, por ejemplo, gustos, tendencias, formas de vida, mentalidades…
- Lo prohibido... ¿De verdad todo nos está permitido?
Todo lo que no perturbe el funcionamiento diario del sistema. William Burroughs solía repetir un lema que a mí me parece muy pertinente en la situación actual, aunque quizá con otra interpretación de la que le daba el maestro: Nada es verdad. Todo está permitido.
- La realidad... ¿Por qué la obsesión por sus versiones alternativas?
- ¿Humanos ú homínidos?
Post-humanos.
- Crisis… ¿Cómo le resuena la palabra?
Mal, si hablamos de lo que hablamos. Bien si me acuerdo de que Sade llamaba así al orgasmo y a la eyaculación, algo de lo que se aprovechó Barthes para convertir la escritura en una forma de descarga libidinal. Por ahí andamos, con el cuerpo a cuestas…
- ¿Cuál será la próxima revuelta?
¿La de vacaciones? Como Zizek, yo también creo que si se rompen huevos se hará una tortilla, y no al revés…
-¿Qué tipo de adoquines volarán?
Ladrillos de la cárcel del deseo…
-¿Contra quién, contra qué?
Contra todos y contra nadie…
-¿Por qué no ‘ahora mismo’?
El presente fue abolido hace tiempo. Vivimos a tal velocidad que es imposible fijar un punto que no sea ya un tránsito hacia otro. La revolución en tiempo real es una imposibilidad y en tiempo diferido un fraude.
- ¿Miseria o miserables?
Nunca me gustó Víctor Hugo, así que Miseria. De la filosofía, de la ciencia, de las bellas artes, de la cultura, de la moral, de la política. La escasez como sistema en el sistema de la abundancia…
- La cultura, ¿miseria o miserable?
Miserable. No puede evitarlo. El malestar en la cultura, ¿recuerdas? La cultura se hace con todas las represiones colectivas y los residuos malolientes de otros ámbitos. Es un basurero prestigioso, pero basurero…
- Pensar… ¿cómo, qué, dónde, para qué?
Para sobrevivir, en todo momento y lugar, con palabras, imágenes y música, a ser posible…
- Actuar… ¿cómo, qué, dónde, para qué?
Con calma, para sobrevivir, para no mortificarse ni estancarse. Para no engendrar putrefacción…
- Su mayor miedo
La imposibilidad de vivir
- Su mayor felicidad
La escritura, el sexo, la lectura, el cine…
- Persona más odiada
Cualquier representante del poder.
- Persona más admirada
Cualquier enemigo del poder.
- Valor-idea más odiada
Orden, disciplina, control, seguridad, moral…
- Valor-idea más preciada
Libertad (siempre). Libertarios del mundo, uníos...
- Bien material-objeto más preciado
Mi biblioteca
- Su último llanto
Hace mucho.
- Su última emoción
Hace poco.
- ¿Qué debería contener un kit de supervivencia en estos tiempos?
Libros, películas…
-Por cierto, ‘estos tiempos’... ¿Cómo son, cómo los resumiría?
Apasionantes, odiosos, de cambio, de lucha, de adocenamiento, de hegemonía, de conflicto, de diversidad...[Otra descripción de este destiempo, mucho más completa: ¿Polanski en la cárcel a punto de extradición, Bush disfrutando a tope del tiempo libre en su rancho texano y Vargas Llosa arremetiendo contra el primero sin escandalizarse por el segundo? Lo demás es silencio institucional, no tiene otro nombre...]
-La “indecencia”, dice Žižek, es la invisible presencia de “millones de anónimos trabajadores sudando en fábricas del tercer mundo, desde los gulags chinos a las líneas de montaje de Indonesia o Brasil –en su invisibilidad, Occidente puede darse el lujo de balbucear acerca de la clase obrera en vías de desaparición”... Comente la idea.
No puedo estar más de acuerdo. Por eso la buena conciencia de izquierdas es tan repugnante como la hipocresía de la derecha. El gobierno Zapatero vendiendo armas a Israel mientras condena la matanza de Gaza. Imposibilidad de mantener la decencia en contacto con el poder…
- ¿Quiénes son los capos? ¿Quiénes son los malos?
Los que se abrazan al ejercicio del poder desde la vocación y la ambición…
- ¿Y los buenos?
Todos y ninguno en especial. No soy maniqueo.
- ¿Hedonistas o humanos vegetantes?
Hedonistas sin complejos…
- “Lo sé perfectamente bien, pero...” ¿Justificación para ser tonto?
El insomnio es el gran peligro de la inteligencia que funciona. Todo el mundo necesita un pequeño fármaco de buen rollo, ficciones necesarias para conciliar el sueño, tener amigos, relaciones, amor…
- “¡Las cosas cambian tan rapido!”. ¿Verdad u opio?
Verdad a medias. Algunas cosas cambian muy deprisa, sobre todo si no afectan a valores tenidos por sustanciales, otras, por desgracia, no han cambiado desde el paleolítico…
- ¿Se actúa Vd. a sí mismo o es Vd. mismo?
No entiendo bien. Cuando actúo no sé quién soy. De hecho no sé quién escribe estas líneas…
- ¿Qué es un ‘coolhunter’?, ¿un basurero?, ¿un mercachifle?, ¿un gurú?...
Alguien que, desesperado por la lentitud de los relojes, trata de adelantarse a su tiempo atrapando en el momento del surgimiento una moda o una tendencia futura. En el fondo, su actitud conduce a la desesperación, al descubrimiento de la futilidad de todo, el tiempo, las modas, el gusto…
- Lo más obsceno de la cultura contemporánea...
La incapacidad de la cultura mayoritaria para estar a la altura de los tiempos.
- Lo menos...
El potencial de la cultura minoritaria para mostrarse y hacerse oír…
- El almuerzo eterno e incandescente de bytes... ¿Le gusta?, ¿le asusta?
Es una costumbre instalada en mis neuronas y mi sensibilidad con la falta de sorpresa de cualquier hábito arraigado. Excitante y habitual, como la vida en pareja, con sus tedios y sus nostalgias de otras posibilidades. Quien no se ha sentado a un ordenador y no ha sentido por un momento la nostalgia de un mundo donde no existieran no es digno de vivir en esta época hipertecnologizada. Los extremos se conectan con banda ancha…
- La libertad de decisión... ¿Nos dejan elegir lo minúsculo para que no perturbemos el orden máximo?
Sin duda, la cultura se ha convertido en el refugio para la acción simbólica, ya que la real está encomendada por el poder y sus instituciones policiales a otros individuos más responsables. Pero la acción simbólica es importante, aunque tiende a parecer consoladora, puede cambiar muchas cosas. Valores, por ejemplo, gustos, tendencias, formas de vida, mentalidades…
- Lo prohibido... ¿De verdad todo nos está permitido?
Todo lo que no perturbe el funcionamiento diario del sistema. William Burroughs solía repetir un lema que a mí me parece muy pertinente en la situación actual, aunque quizá con otra interpretación de la que le daba el maestro: Nada es verdad. Todo está permitido.
- La realidad... ¿Por qué la obsesión por sus versiones alternativas?
Porque la realidad es una versión elaborada por el poder. Las contraversiones no son sino tentativas por corregir o modificar la versión instalada y que se da por incuestionable, cuando no lo es. La gran lección aquí la proporcionan las novelas de ciencia ficción de Philip K. Dick. La realidad es una construcción, producto de una intersección de intereses, obligaciones e imposiciones que no hay por qué aceptar. Ese es el combate contra la cultura que Nietzsche propugnaba…
- La pasión... ¿También, como el café, descafeinada?
En un mundo anodino como el nuestro, la pasión inteligente es el único indicio de no complicidad con el poder…
- Los placeres... ¿De verdad están a nuestro alcance?
Nada está a nuestro alcance. Necesitamos buscarlos, construirlos, del mismo modo que encontrar a las personas con las que vamos a compartirlos. No creo en los placeres solitarios, con la excepción del cine o la literatura, por supuesto…
- Otra vez Žižek: “Esto es lo que está emergiendo cada vez más como los "derechos humanos", centrales en la sociedad del capitalismo tardío: el derecho a no ser acosado, es decir, el derecho a mantenerse a una distancia segura de los otros”... Comente la sentencia.
Sí, es la histeria de origen americano por la que el mayor enemigo de cada quien es el otro o el mismo. Es una victoria del poder haber conseguido que todos los ciudadanos consideren a los otros ciudadanos como su enemigo potencial. Ya está todo resuelto, se acabaron las inmensas posibilidades abiertas por la era contracultural en lo que se refiere a relaciones y grupos. Cada uno apegado a su terminal, alejado del otro por una distancia tecnológica infinita, cediendo el espacio real a los operadores del sistema por miedo a los contagios y los problemas derivados de la interacción con el otro. Hay una película reciente nunca estrenada en España, Bug, de William Friedkin, que es la mejor extrapolación de esta mentalidad puritana y fascista, que se expande por el mundo como una epidemia viral…
- Los oráculos... ¿Quiénes?
Por conveniencia, la sociedad del espectáculo reparte títulos de tales a diestro y siniestro, es una de sus funciones más arraigadas, en una parodia de la antigua función de liderazgo moral o cívico. Como no creo en ésta, siempre pienso que un oráculo es un orate al que los demás han decidido no ver como tal. Con los escritores también suele pasar…
- El sentido personal del ridículo... ¿Existe? ¿Ha muerto?
En esta sociedad, los medios aspiran a que nadie lo tenga si está de este lado de la pantalla, como actores, y que lo tengan todos en grado extremo si están, como espectadores, en el otro lado. La representación no sólo es ridícula sino que se alimenta del ridículo generalizado…
- ¿Jugamos, segundo a segundo, a un juego de rol?
Todos los juegos, el juego. La sociedad humana no puede evitarlo ya que la personalidad es una ficción, las relaciones también lo son. Así ha sido siempre. Ahora los juegos multiplican sus posibilidades gracias a la tecnología y al anonimato de la masa urbana. En cierto modo, es liberador, pero también favorece los intereses del sistema. Una sociedad de jugadores no pone en riesgo el desarrollo del juego, desea mejorarlo y contribuye a institucionalizarlo, como en Matrix, con sus viciados rituales y héroes redentores…
- La sexualidad reducida a juego... ¿Es así? Si lo es, ¿es una buena cosa?
El erotismo me interesa más. El erotismo es un juego con nuestros deseos y es también una forma de no agotar éstos, de estimularlos y acrecentarlos, y no sólo de refinarlos…
- ¿Necesitamos un nuevo Brecht? ¿Es posible un nuevo Brecht?
Si llamas Brecht a un artista militante, comprometido con una causa sectaria, desde luego que no. Si llamas Brecht a esa función estética por la que una creación invita a su consumidor a tomar la debida distancia para percibir el contexto y el sentido de esa creación en ese contexto, sin por otra parte perderse el placer de participar con intensidad en la experiencia artística propuesta, esto es algo que el mejor arte contemporáneo y el mejor cine y la mejor literatura hacen desde hace décadas sin necesidad de ponerse etiquetas partidistas o comulgar con ruedas de molino…
- ¿Estamos viviendo el fin de la política?
El fin de la política, sin ponerme en exceso aristotélico, me parece una imposibilidad. El agotamiento de una cierta forma de hacer o concebir la política sin duda. Pero serán los hechos, con su violencia intempestiva, los que fuercen a los políticos a darse cuenta de esto y no el debate de ideas…
- Una vez más, Žižek: “La amenaza real de los nuevos medios de comunicación es que ellos nos privan de nuestra experiencia pasiva auténtica, y así nos preparan para la estúpida y frenética actividad para el trabajo interminable”. Comente el comentario.
Sin duda. Sostengo lo mismo. Todas las actividades tenidas por lúdicas son prolongaciones de nuestras actividades productivas o acrecientan en nuestra mente y nuestro cuerpo los factores que nos hacen productivos a ojos del capital. Lo que se denomina “ocio”, con obscenidad intolerable, no es otra cosa que la apropiación del tiempo libre del consumidor por los pasatiempos y entretenimientos que favorecen su incorporación y aceptación del sistema. Por volver a Brecht, el ocio y la diversión a ultranza fomentadas en nuestras sociedades incluso por gobiernos así llamados progresistas sólo buscan que la distancia del sujeto respecto de su momento de producción sea mínima, cuando no inexistente. Los videojuegos, por ejemplo, son la mejor instrucción para los ejecutivos financieros e inversores en bolsa del futuro. Una escuela de disciplina económica, ideada para favorecer la adaptación de nuestro cerebro a las condiciones mediatizadas de vida de una sociedad cada vez más explotadora…
- El ruido... ¿Hablemos cuanto sea posible y cuanto más alto mejor?
Con DeLillo, a mí siempre me interesó el “ruido de fondo”, la señal imperceptible, el código de comunicación que pasa desapercibido para la mayoría. Es la lección de Pynchon y de la cibernética: cuanto más un mensaje posee información significativa para su receptor, menos inteligible resulta en términos convencionales, y viceversa. La cultura mayoritaria está constituida a partes iguales de obviedades y redundancias que son festejadas en su calidad de tales. La novedad, lo innovador, lo diferente, chirrían en el oído gregario ahora tanto como hace cincuenta, setenta, cien o ciento cincuenta años…
- ¿Para qué hablamos?
Para no oír el monólogo interior que nos pide que nos callemos…
- ¿Hablamos para que nada cambie?
Colmar el vacío de inanidad, no se me ocurre mejor metáfora de la cultura contemporánea, como en una conversación entre dos personas que no tienen nada que decirse y a pesar de eso se han citado en un café y todas y cada una de sus palabras sólo evidencian el malentendido de la situación, la absurda necesidad de mantenerla una vez comenzada y las ganas de cada uno de los interlocutores de que acabe cuanto antes y puedan irse…
- El goce como deber. ¿Por qué tenemos que pasarlo bien?
Al contestar hablando del ocio ya creo haber contestado a esto. El ocio es el negocio por otros medios. Disfrutar, en el sentido más banal de la expresión, es la plusvalía moral que alimenta el sistema. Con el tiempo, el aburrimiento nos parecerá algo transgresor y hasta revolucionario…
- Algo que añadir...
El suplemento es la parte gratuita. En un sistema que tiende a explotar cada pequeño aspecto de nuestra vida, fomentar lo gratuito, en todos los sentidos, es una forma de subversión profunda de las infraestructuras del sistema…
- Los placeres... ¿De verdad están a nuestro alcance?
Nada está a nuestro alcance. Necesitamos buscarlos, construirlos, del mismo modo que encontrar a las personas con las que vamos a compartirlos. No creo en los placeres solitarios, con la excepción del cine o la literatura, por supuesto…
- Otra vez Žižek: “Esto es lo que está emergiendo cada vez más como los "derechos humanos", centrales en la sociedad del capitalismo tardío: el derecho a no ser acosado, es decir, el derecho a mantenerse a una distancia segura de los otros”... Comente la sentencia.
Sí, es la histeria de origen americano por la que el mayor enemigo de cada quien es el otro o el mismo. Es una victoria del poder haber conseguido que todos los ciudadanos consideren a los otros ciudadanos como su enemigo potencial. Ya está todo resuelto, se acabaron las inmensas posibilidades abiertas por la era contracultural en lo que se refiere a relaciones y grupos. Cada uno apegado a su terminal, alejado del otro por una distancia tecnológica infinita, cediendo el espacio real a los operadores del sistema por miedo a los contagios y los problemas derivados de la interacción con el otro. Hay una película reciente nunca estrenada en España, Bug, de William Friedkin, que es la mejor extrapolación de esta mentalidad puritana y fascista, que se expande por el mundo como una epidemia viral…
- Los oráculos... ¿Quiénes?
Por conveniencia, la sociedad del espectáculo reparte títulos de tales a diestro y siniestro, es una de sus funciones más arraigadas, en una parodia de la antigua función de liderazgo moral o cívico. Como no creo en ésta, siempre pienso que un oráculo es un orate al que los demás han decidido no ver como tal. Con los escritores también suele pasar…
- El sentido personal del ridículo... ¿Existe? ¿Ha muerto?
En esta sociedad, los medios aspiran a que nadie lo tenga si está de este lado de la pantalla, como actores, y que lo tengan todos en grado extremo si están, como espectadores, en el otro lado. La representación no sólo es ridícula sino que se alimenta del ridículo generalizado…
- ¿Jugamos, segundo a segundo, a un juego de rol?
Todos los juegos, el juego. La sociedad humana no puede evitarlo ya que la personalidad es una ficción, las relaciones también lo son. Así ha sido siempre. Ahora los juegos multiplican sus posibilidades gracias a la tecnología y al anonimato de la masa urbana. En cierto modo, es liberador, pero también favorece los intereses del sistema. Una sociedad de jugadores no pone en riesgo el desarrollo del juego, desea mejorarlo y contribuye a institucionalizarlo, como en Matrix, con sus viciados rituales y héroes redentores…
- La sexualidad reducida a juego... ¿Es así? Si lo es, ¿es una buena cosa?
El erotismo me interesa más. El erotismo es un juego con nuestros deseos y es también una forma de no agotar éstos, de estimularlos y acrecentarlos, y no sólo de refinarlos…
- ¿Necesitamos un nuevo Brecht? ¿Es posible un nuevo Brecht?
Si llamas Brecht a un artista militante, comprometido con una causa sectaria, desde luego que no. Si llamas Brecht a esa función estética por la que una creación invita a su consumidor a tomar la debida distancia para percibir el contexto y el sentido de esa creación en ese contexto, sin por otra parte perderse el placer de participar con intensidad en la experiencia artística propuesta, esto es algo que el mejor arte contemporáneo y el mejor cine y la mejor literatura hacen desde hace décadas sin necesidad de ponerse etiquetas partidistas o comulgar con ruedas de molino…
- ¿Estamos viviendo el fin de la política?
El fin de la política, sin ponerme en exceso aristotélico, me parece una imposibilidad. El agotamiento de una cierta forma de hacer o concebir la política sin duda. Pero serán los hechos, con su violencia intempestiva, los que fuercen a los políticos a darse cuenta de esto y no el debate de ideas…
- Una vez más, Žižek: “La amenaza real de los nuevos medios de comunicación es que ellos nos privan de nuestra experiencia pasiva auténtica, y así nos preparan para la estúpida y frenética actividad para el trabajo interminable”. Comente el comentario.
Sin duda. Sostengo lo mismo. Todas las actividades tenidas por lúdicas son prolongaciones de nuestras actividades productivas o acrecientan en nuestra mente y nuestro cuerpo los factores que nos hacen productivos a ojos del capital. Lo que se denomina “ocio”, con obscenidad intolerable, no es otra cosa que la apropiación del tiempo libre del consumidor por los pasatiempos y entretenimientos que favorecen su incorporación y aceptación del sistema. Por volver a Brecht, el ocio y la diversión a ultranza fomentadas en nuestras sociedades incluso por gobiernos así llamados progresistas sólo buscan que la distancia del sujeto respecto de su momento de producción sea mínima, cuando no inexistente. Los videojuegos, por ejemplo, son la mejor instrucción para los ejecutivos financieros e inversores en bolsa del futuro. Una escuela de disciplina económica, ideada para favorecer la adaptación de nuestro cerebro a las condiciones mediatizadas de vida de una sociedad cada vez más explotadora…
- El ruido... ¿Hablemos cuanto sea posible y cuanto más alto mejor?
Con DeLillo, a mí siempre me interesó el “ruido de fondo”, la señal imperceptible, el código de comunicación que pasa desapercibido para la mayoría. Es la lección de Pynchon y de la cibernética: cuanto más un mensaje posee información significativa para su receptor, menos inteligible resulta en términos convencionales, y viceversa. La cultura mayoritaria está constituida a partes iguales de obviedades y redundancias que son festejadas en su calidad de tales. La novedad, lo innovador, lo diferente, chirrían en el oído gregario ahora tanto como hace cincuenta, setenta, cien o ciento cincuenta años…
- ¿Para qué hablamos?
Para no oír el monólogo interior que nos pide que nos callemos…
- ¿Hablamos para que nada cambie?
Colmar el vacío de inanidad, no se me ocurre mejor metáfora de la cultura contemporánea, como en una conversación entre dos personas que no tienen nada que decirse y a pesar de eso se han citado en un café y todas y cada una de sus palabras sólo evidencian el malentendido de la situación, la absurda necesidad de mantenerla una vez comenzada y las ganas de cada uno de los interlocutores de que acabe cuanto antes y puedan irse…
- El goce como deber. ¿Por qué tenemos que pasarlo bien?
Al contestar hablando del ocio ya creo haber contestado a esto. El ocio es el negocio por otros medios. Disfrutar, en el sentido más banal de la expresión, es la plusvalía moral que alimenta el sistema. Con el tiempo, el aburrimiento nos parecerá algo transgresor y hasta revolucionario…
- Algo que añadir...
El suplemento es la parte gratuita. En un sistema que tiende a explotar cada pequeño aspecto de nuestra vida, fomentar lo gratuito, en todos los sentidos, es una forma de subversión profunda de las infraestructuras del sistema…
Me enternece, amigo Ferré, la convicción con que usas ese sintagma: "el poder". ¿Post, after, neo? Dejémoslo en pre, please.
ResponderEliminar(Yo, por lo pronto, sólo deseo no verme excesivamente incordiado por un *poder* muy concreto: el de los neopitagóricos.)
Hombre, Montano, he ahí toda la diferencia: usar ese sintagma con convicción, sin profilácticos, o con la blanda diatonía con que usted ni siquiera se atreve a esgrimirlo. Prepunk no funcionaría, ya que el único precoz es usted. Yo siempre post, que era el as que me guardaba en la manga. Postpunk, corolario de todo devenir post que se precie. Y me parece a mí que los neopitagóricos, excepto en Wall Street y la Reserva Federal, sólo existen en sus aleladas neuronas. Pregúntele a su admirado Vargas a qué viene tanta inquina inguinal contra Polanski, qué extraña forma de represión ha canalizado contra él...
ResponderEliminarSí, eso que dice usted de Polanski es coherente con aquello otro que nos proponía hace algún tiempo: que Gilles de Reis era un modelo alternativo de moral. Entenderá que, con tal clarividencia ética, uno prefiera refugiarse en los sótanos (morales) del Vaticano. Allí puede que te viole algún cura: pero sin sermón *artístico*.
ResponderEliminarYa sabía yo que el filisteísmo del maestro era contagioso. Jamás defendí a Gilles de Rais como un modelo alterno de moral sino como el complemento de toda moral vaticana, la perfecta consumación de su teología y ciencia divina, por así decir. El problema clínico que usted padece es que prefiere que lo viole un cura dándole un sermón de verdad, o una regañina infantiloide como las de su maestro, con tal de que no haya nada de artístico o de estético en su discurso. Y no olvide que fue su maestro el que dedicó un ensayito a glosar las delicias de Bataille y Gilles de Rais como ese erotismo os curo y subterráneo que jamás debía aflorar a la superficie, gobernada sin problemas por los sádicos habituales. Por lo que veo esta es también su predilección filistea: los Polanski en la cárcel o abozalados por pecadillos mientras los grandes sádicos campean a sus anchas aclamados por las muchedumbres y por esos intelectuales y artistas que siempre se alinean, por pereza o conformismo, del lado del poder (aka orden establecido)...
ResponderEliminarLea o relea las agudas reflexiones de Cioran sobre Napoleon, parece ignorar usted a uno de sus supuestos maestros, y entenderá sin problemas lo que le planteo...
ResponderEliminarHombre, yo preferiría que no me violase nadie, a poder ser: ni un cura ni un oficiante de la religión del arte. En cuanto a Vargas Llosa: por fortuna, haya sido mayor o menor su calidad novelística del momento (alta antes, baja ahora), él siempre ha defendido la libertad absoluta de la imaginación, pero sin que ésta se meta a hacer la payasa (o la asesina) en la realidad. Aunque entiendo que a usted, adorador de aquellos espúreos telquelianos maoístas, le desagrade tal división.
ResponderEliminarDice ud.: "la cultura se ha convertido en el refugio para la acción simbólica"
ResponderEliminarNo estoy en modo alguno de acuerdo. hoy en día la cultura es un concepto que solo esconde su más brutal sumisión a la reacción. Tenemos que olvidarnos de la cultura, dejarla a un lado y hacer política y arte, o Política y Arte.
Parece mentira, Montano, que usted incurra en groserías éticas de este calibre. Creer que los crímenes artísticos sólo pueden conducir a su realización es propio de las buenas conciencias de la corrección política y los biempensantes, no me lo esperaba ni de usted ni de su maestro. Polanski, al revés de lo que creen los americanos más filisteos, con el juez infame a la cabeza, no sodomizó a esa menor cumpliendo con su credo estético, sino arrastrado por un deseo tan confuso como humano. El puritanismo inquisitorial con que el maestro de antaño (concuerdo en esto)juzga esta cuestión es, precisamente, más digno de maoístas que de creyentes en la libertad, con todas las salvedades que se quiera. Y esto es lo paradójico en su defensa, atribuir al otro las defiiencias del propio punto de vista. Error dialéctico que sólo podría enderezar practicando la genuflexión en alguno de esos altares gregarios que su espíritu cultiva con predilección...
ResponderEliminarPero ya en serio, a ver si nos enteramos de lo que los americanos quieren: no reparar el daño hecho a una niña sino imponer el imperio de la ley. Castigar a Polanski no por el daño infligido a la menor con su presunta violación sino por la burla flagrante infligida a la ley y el sacrosanto sistema judicial de este país dándose a la fuga. Ni más ni menos. Lo juzgarán y castigarán, levemente o no, sólo por esta transgresión formal. Al tiempo. El escándalo, entre tanto, vuelve a ser aprovechado por los de siempre en su beneficio...
La cultura ha sido siempre un lugar de conflicto simbólico. En este sentido, no ha cambiado nada, excepto quizá que hay más sitio para lo alternativo en la medida en que el sistema ha sabido integrarlo con provecho en su funcionamiento. Fuera de la cultura, por desgracia, no hay nada. O, más bien, no creo que exista ese afuera de la cultura que señalas, Santiago. Y no podemos, por tanto, olvidarnos de ella como si nada. La política y el arte son subconjuntos de lo que considero cultura...
ResponderEliminarBueno, Polanski actuó movido por su deseo, y supongo que también arropado por el blindaje de su arte y de su estatus (ahí tiene, por cierto, en el comportamiento de Polanski una manifestación cruda de "el poder"). En cualquier caso, Polanski está ahora callando y apechugando. Es usted, y son los firmantes del manifiesto infame, los predicadores ahora de la tal religión artística.
ResponderEliminarEn cuanto a lo del formalismo legal: me parece muy bien. Yo soy socrático en eso: hay que preservar a toda costa la ley, para que no se hunda la ciudad (al menos, en sus presupuestos conceptuales).
Dicho lo cual, añado: yo, como antiguo seguidor de romanticismos, simbolismos, decadentismos, malditismos y vanguardismos (e incluso de punkysmos), soy un atento espectador, y quizá admirador, de las transgresiones de los respectivos. Ahora bien: considero que han de pagar por ello. El transgresor, que apechugue. Aplaudo, por ejemplo, al desertor: pero si se le atrapa, ha de ser encarcelado (y tal vez fusilado). De lo que ya estoy hasta las pelotas es de las transgresiones gratis, e incluso subvencionadas.
Por no alargar en exceso y no liar, me remito a esta entrevista: http://blogs.publico.es/fueradelugar/81/la-cultura-se-ha-convertido-en-una-fabrica-de-entretenimiento
ResponderEliminarUno de los grandísimos problemas de la sociedad española (y en general de todos las sociedades donde ahora gobierna la izquierda) es precisamente ese: que subvencionan la "rebelión" y la "disidencia". Así, claro, aniquilan la disidencia de verdad.
ResponderEliminarAsí Miguel bosé puede suplicar e implorar la subvención de la cultura "progresista".
Algo más sobre esa anestesia de los movimientos críticos la puede encontrar aquí: http://blogs.publico.es/fueradelugar/33/el-progresismo-gobierna-america-latina-anestesiando-a-los-movimientos-de-base
Discutir con usted, amigo Montano, suele conducir a la aporía por su tendencia a pervertir los argumentos.
ResponderEliminarInvocar a Sócrates para legitimar la actuación de la ley es como hablar del diablo para defender la existencia de Dios. La ciudad es siempre tan arbitraria que condena a ingerir la cicuta al individuo singular que, en algún momento, tropieza y comete la torpeza fatal que todo individuo suele estar destinado a cometer tarde o temprano, en su vulnerabilidad y fragilidad infinitas, mientras que el que se alza como representante públiuco del poder ése sí que se blinda y acoraza en la total impunidad. Una ley que condena a Polanski por un crimen privado y respalda la pena de muerte y la impunidad del canalla que emplea el poder para declarar guerras infames y acarrear muertes innecesarias no es una ley que merezca mi respeto, ni siquiera formal.
No se equivoque, dura lex sed lex suele ser el argumento del fascismo más crudo. La ley que yo respetaría a ultranza no creo que pueda existir, no sería humana, y esto bastaría para recusarla...
En cuanto a Polanski vueklve a errar: su así llamado crimen lo hermana con los miles de criminales anónimos y comunes que en todas las ciudades del mundo, a diario, cometen actos similares. No es el acto de un esteta criminal, ése es el error de su maestro al juzgarlo un crimen privilegiado. Nada de eso. Su poder, como usted lo llama, no es otro que el que cualquiera tendría en cualquier circunstancia sobre un inferior por origen, edad o condición. Nada más.
Y, por supuesto, el precio de la libertad de palabra o de obra, no lo dude, puede ser la vida, desde luego, como en el caso de Sócrates. No hay, en mi opinión, transgresión subvencionada, está claro, ahora bien eso no legitima la docilidad y conformismo de que hacen gala tantos de sus artistas más admirados...
Ay, amigo Ferré: yo le atiendo a usted más de lo que se cree. Pero observo que usted no me atiende a mí. ¡Con lo refrescantes dinamizadoras que mis aporías le serían a su escolasticismo telqueliano...! (¡Lo digo sin acritud! :-)
ResponderEliminarLo más obsceno de la cultura contemporánea...
ResponderEliminarLa incapacidad de la cultura mayoritaria para estar a la altura de los tiempos.
- Lo menos...
El potencial de la cultura minoritaria para mostrarse y hacerse oír…"
Sí. Bueno, menos Crepúsculo. Creo que Crepúsculo está a nuestra altura. Creo que cuando vea Luna Nueva la aplaudiré. Después del single de Death Cab For Cutie me espero todo tipo de piruetas maravillosas para esta franquicia.
Estimado Juan Francisco: donde dice "Preguntas: José Miguel González" debe decir Preguntas: Jose Ángel González.
ResponderEliminarMe llamo Jose, no José y me encanta mi segundo nombre.
Un abrazo:
Jose Ángel González
Corregido, ningún problema. Fíjate que me limité a copiar y pegar el archivo que me mandaste, así que el error venía de origen, como suele decirse. Solventado queda...
ResponderEliminarMi opinión, Santiago, es la contraria. En realidad, la cultura subvencionada no es ni rebelde ni disidente ni subversiva, ni puede serlo, sino conformista y dócil, y que, precisamente, ése es el problema, que vivir subvencionado entraña la renuncia a cualquier actitud crítica exigente con tal de no perder el acceso a la pasta estatal. Pero lo mismo pasa con la financiación privada, no nos engañemos, ni caigamos en la falacia neoliberal de creer mejores a los bancos o las fundaciones, por buena que parezca su intención cultural...
ResponderEliminarMontano, usted sabe mejor que nadie que sus aporías neoconservadoras no es que me puedan beneficiar ocasionalmente sino que soy el que mejor se las detecta y desarticula...
No soy fan de Crepúsculo, tampoco detractor, pero no será lo que dices Alvy debido a que Crepúsculo en el fondo es un producto minoritario que se ha hecho mayoritario de ese modo excepcional o milagroso en que lo adolescente accede de manera brusca a plena luz...
ResponderEliminarSe equivoca, amigo Ferré. Mis aporías eran la última oportunidad histórica que le quedaba a su *modus scholasticus* (de usted) para desescolastizarse un poco. Pero prefiere usted seguir los surcos de los antiguos bueyes telquelianos. Le deseo lo mejor: pero yo voy, en plan Bernhard, en la dirección contraria. Es decir: hacia el oxígeno :-)
ResponderEliminarPues qué curioso, estoy con Montano en lo del manifiesto infame y en alguna otra cuestión.
ResponderEliminarNo creo que haya crímenes privados. El concepto "crimen" es un constructo social que pretende regular interacciones humanas consideradas "lesivas" hacia derechos o intereses precisamente ajenos. Sancionar el abuso de cualquier índole nos permite vivir tranquilitos en casa. Lo lamento por Polanski, cuyo trabajo siempre me ha interesado, pero estamos hablando (en el mejor de los casos) de manipulación y/o de abuso extremo de poder. Esto es/fue/sigue siendo lesivo se mire por donde se mire.
No entro en mayores consideraciones, pero si me presionan o me atracan o me agreden o me violan o me humillan en el ámbito privado, espero protección del ámbito público. Una persona de 13 o 14 años no ha completado siquiera la adquisición del llamado "pensamiento formal". El "mercado" libre de la carne es una cuestión adulta. Si no, la llamada "organización social" deja de ser la selva para convertirse en el infierno. Un infierno privado, eso sí. Es sólo mi apresurada opinión, sin importarme que hablemos de Polanski o de Gutiérrez. La menor ya no es menor, pero lo fue. Entiendo a quien se encapricha (o hasta se enamora) de un menor, pero el paso a la acción abusiva es, debe ser, un crimen social. Eso creo.
Un abrazo.
Aunque no es mi caso, ya que no tengo nada de telqueliano ni de escolástico, al revés de sus maestros, llegado el caso tenga por seguro que preferiría mil veces seguir el surco del buey telqueliano que el de la acémila neocon o neocarca que tanto le encandila (llamar a eso oxígeno, con metáfora ecologista de bajo vuelo, es hacerle un favor a Greenpeace, no lo olvide). Y eso de dárselas de berhardiano ya cansa un poco, hombre, que cuando yo ya me lo sabía de memoria al austriaco usted aún andaba bregando con el enésimo discípulo de Catón. A ver si al menos, como conservador en ejercicio, respeta usted las jerarquías cognitivas...
ResponderEliminarNo niego el crimen de Polanski, Raquel, sólo confirmo la arbitrariedad de la ley que condena al pequeño criminal y exime al gran criminal, amparado en los protocolos del poder, sí, lo siento, el poder real no el de un pobre diablo cogido por el rabo...
La preeminencia temporal en su lectura de Bernhard se la concedo; otra cosa es el aprovechamiento que de ella haya sacado.
ResponderEliminarPero en fin, le doy ya por perdido. Es imposible abrir brechas en su hormigonado heterodóxico.
*Bueno, Polanski actuó movido por su deseo, y supongo que también arropado por el blindaje de su arte y de su estatus (ahí tiene, por cierto, en el comportamiento de Polanski una manifestación cruda de "el poder")*
ResponderEliminarYa lo ha dicho Montano. ¿No es poder real el que ejerce un pederasta? Tampoco merece mi respeto una ley que "respalda la pena de muerte y la impunidad del canalla que emplea el poder para declarar guerras infames y acarrear muertes innecesarias"; pero demonios, JF, ¿pecadillo la pederastia?, ¿Polanski un pobre diablo arrastrado por un deseo confuso?, ¿torpeza fatal que se comete tarde o temprano desde la vulnerabilidad y la fragilidad? Un pobre diablo es un parado de larga duración, un yonqui, un ludópata, o un inmigrante sin permiso de residencia ni trabajo. No, no veo a Polanski hermanado con los criminales anónimos y comunes del mundo. Cuando un pederasta pisa la trena, suele necesitar protección extra porque los "comunes", si conocen su delito, le aplican el tratamiento más duro del código carcelario (por este motivo suelen estar en módulos distintos).
No discuto la arbitrariedad de la ley, pero, en mi opinión, no es más ético un asesinato que mil, ni es menos ético secundar la pena de muerte que abusar sexualmente de un menor.
En fin, no sé. El poder real tiene mil caras y muy diversas formas de ejercerlo sobre y contra la integridad de las personas. Y, también lo siento, quien no pueda refrenar sus humanos y confusos deseos hasta ese extremo, necesita reclusión y/o tratamiento, incluídos muchos mandatarios, jerarcas y gobernantes que atentan cotidianamente contra la integridad de media humanidad.
Cuente, cuente usted, amigo Ferré, algo de esa ley no humana, incítenos, sí, a la rebelión que de seguro acarreará, aunque luego, tal vez, nos quedemos conspirativamente huérfanos, com ya es costumbre. Necesitamos líderes en quien creer ciegamente, usted puede serlo, no desaproveche la oportunidad que le depara el destino. Anímese, cuéntenos, sus líneas maestras al menos. No nos deje, como suele decirse, con la miel en la comisura de los labios.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo, Raquel. Estoy de acuerdo contigo, Montano, Estoy de acuerdo contigo Ferré. Estoy de acuerdo con todos, con todos, de verdad, tenéis razón todos, no me cabe la menor duda.
Desde luego, la única lección que usted aprendió de Bernhard es a proyectar en él, con total arbitrariedad, las obviedades conformistas que constituyen su pensamiento. Y a utilizarlo en contra de los que hemos aprendido otras lecciones mucho más sustanciales: el discurso de B, al revés de lo que usted cree, es una escuela de inconformismo moral y no de filisteísmo gregario.
ResponderEliminarEl crimen de Polanski ha prescrito, punto uno. Punto dos, los americanos sólo quiern vengarse de quien se burló de su ley. Y punto tres, hace mucho que la víctima lo perdonó. ¿Es necesario mucho más para ver la arbitrariedad de la ley en este como en otros casos? No caigamos en discursos bienintencionados. Releamos Lolita, esa tragedia del deseo, esperando a que la razón y el sentido común, no la sensiblería de uno y otro lado, pongan las cosas en su sitio...
Y no, Paco, no puedo compartir por ahora esa secreta ley, algún día quizá, ya veremos...
Me he permitido responder yo también al cuestionario en mi blog. Así a ojo, la única diferencia que veo es que a mí sí me gusta Víctor Hugo (¡y eso que no lo he leído! :-)
ResponderEliminarhttp://joseantoniomontano.blogspot.com/2009/10/montano-ciberpunk.html
Polanski está sujeto a un procedimiento de extradición. Normalmente, en este tipo de procesos, el estado al que se le pide la extradición sólo la concederá si el delito aparece como tal en sus leyes penales y si no se han extinguido las responsabilidades penales. Pero es cada estado el que decide esto. Por otro lado, que haya prescrito o no el crimen es indiferente. Polanski ya había sido condenado y sólo faltaba por saber a qué pena concreta tendría que enfrentarse. Una cosa es la prescripción del delito y otra la prescripción de la pena. Lo de que se trata de una venganza es una manera de verlo, claro. Hay otras maneras de verlo. Pero, mientras lo vemos de una forma u otra, yo prefiero que se cumpla ley vigente. Tiene sus ventajas. Por ejemplo, que Polanski ya sabía que hacer lo que hizo era delito. Y ya sabía qué suponía admitir el crimen, porque tenía unos estupendos abogados. Finalmente, la importancia del perdón de la víctima es una de las cosas más criticables del sistema norteamericano. En este caso da igual, porque, insisto, ya había sido condenado. Pero sí importa cuando se trata de acusar. En Europa siempre nos hemos dado palmadas en la espalda por el hecho de que la justicia penal no esté en manos de particulares, y exista siempre una acusación pública. Y la razón es sencilla: se supone que el derecho penal protege a todo el mundo y no sólo a la víctima. Y se trata de evitar que los ricos puedan comprar su impunidad.
ResponderEliminarUn saludo
En ningún momento he mencionado el neoliberalismo. Pensaba más bien en revistas como Lateral o Archipiélago, Granta (edición inglesa), editoriales como Acuarela.
ResponderEliminarEn fin, algo muy distinto a los "culturetas" de hoy en día en nuestro país, que cuando les va bien el negocio se quedan todo el dinero y cuando las cosas van mal dadas, piden subvenciones y que se les mime (como el sr. Bosé en la entrega de no sé qué importantes premios).
Montano, en efecto, te gusta Víctor Hugo sobre todo porque no lo has leído (aunque a mí, para devolverte el sarcasmo, me encantan Les travailleurs de la mer, novela del mar que no debe nada a la gran tradición anglosajona)...
ResponderEliminarMe permito decirte que tu entrevista la podrían haber hecho Gaby, Fofó, Miliki, Fofito and Company y no habría sabido ver la diferencia. A mí siempre, puestos a elegir astracanadas, me gustaron por encima de todos los hermanos Marx. Tu opinión sobre el poema de Fernández Porta es injusta. Y el hecho de que impidas todo comentario dice más que toda tu palabrería demagógica. La tribu te aplaudirá hasta con las orejas...
Sí, Santiago, la especie que tú señalas es la del parásito, el artista parásito, y tienes razón, en España abunda, por razones inexplicables. Comparto tu disgusto con esta situación. Los medios independientes tienen muchos problemas para sobrevivir en un contexto como el actual.
Agradezco tus precisiones jurídicas, que me parecen muy pertinentes, pero yo he tratado de llamar la atención sobre la singularidad del caso: Polanski, además de un artista admirable en horas bajas, es un hombre que conoció en la infancia el gueto judío de Varsovia, el exilio de la Polonia sovietizada, la maldición del éxito y el crimen espantoso de los Manson, entre otras circunstancias. Insisto en el concepto de venganza, ya que es muy difícil creer que a un director que no fuera extranjero como Polanski le hubiera podido pasar algo similar. Pudo ser un montaje, pero también la venganza contra un extranjero que hacía películas raras. Polanski se equivocó dos veces, sin duda, cometiendo estupro y huyendo para no enfrentarse a una pena que podría no haber sido tan grave, nunca se sabe. Pero el sistema americano se cebó en él por extranjero y artista, como suele hacer. En mi artículo sobre el caso de La dalia negra aclaro este punto filisteo que tiene la sociedad americana. Cualquier artista, y más si hace equilibrios en la red, es aquí sospechoso de toda suerte de villanías y perversiones. Si las hace como si no las hace. Imagínate si las comete, aunque sean veniales, como el pobre Hugh Grant, que también huyó con el rabo entre las piernas, o Depardieu...
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