If everything in this dream of prerevolution was in fact doomed to end and the faithless money-driven world to reassert its control over all the lives it felt entitled to touch, fondle, and molest, it would be agents like these, dutiful and silent, out doing the shitwork, who´d make it happen.
Was it possible, that at every gathering –concert, peace rally, love-in, be-in, and freak-in, here, up north, back East, wherever- those dark crews had been busy all along, reclaiming the music, the resistance to power, the sexual desire from epic to everyday, all they could sweep up, for the ancient forces of greed and fear?
Thomas Pynchon, Inherent Vice.
Versión 2.0 del cuestionario que me envió en diciembre de 2008 la revista Calle 20 para su reportaje Punk 2.0 publicado en septiembre de 2009.
Preguntas: Jose Ángel González
Ilustración: Jesús Andrés
NO NOS MOVERÁN [DEL SILLÓN]
-1916, dadá; 1957, situacionismo; 1961, free jazz; 1977, punk; 1981, grunge… ¿Y ahora qué?
Thomas Pynchon, Inherent Vice.
Versión 2.0 del cuestionario que me envió en diciembre de 2008 la revista Calle 20 para su reportaje Punk 2.0 publicado en septiembre de 2009.
Preguntas: Jose Ángel González
Ilustración: Jesús Andrés
NO NOS MOVERÁN [DEL SILLÓN]
-1916, dadá; 1957, situacionismo; 1961, free jazz; 1977, punk; 1981, grunge… ¿Y ahora qué?
Ahora, la supervivencia creativa en el supermercado cultural más grande de la historia…
- ¿Hazlo tú mismo o deja que te lo haga otro?
- ¿Hazlo tú mismo o deja que te lo haga otro?
Prefiero hacerlo yo. Me gustan los trabajos manuales, con lo que la labor ajena es también recompensada como se merece cuando llega el momento de la cita, el plagio, y demás estrategias creativas…
- ¿Humanos ú homínidos?
Post-humanos.
- Crisis… ¿Cómo le resuena la palabra?
Mal, si hablamos de lo que hablamos. Bien si me acuerdo de que Sade llamaba así al orgasmo y a la eyaculación, algo de lo que se aprovechó Barthes para convertir la escritura en una forma de descarga libidinal. Por ahí andamos, con el cuerpo a cuestas…
- ¿Cuál será la próxima revuelta?
¿La de vacaciones? Como Zizek, yo también creo que si se rompen huevos se hará una tortilla, y no al revés…
-¿Qué tipo de adoquines volarán?
Ladrillos de la cárcel del deseo…
-¿Contra quién, contra qué?
Contra todos y contra nadie…
-¿Por qué no ‘ahora mismo’?
El presente fue abolido hace tiempo. Vivimos a tal velocidad que es imposible fijar un punto que no sea ya un tránsito hacia otro. La revolución en tiempo real es una imposibilidad y en tiempo diferido un fraude.
- ¿Miseria o miserables?
Nunca me gustó Víctor Hugo, así que Miseria. De la filosofía, de la ciencia, de las bellas artes, de la cultura, de la moral, de la política. La escasez como sistema en el sistema de la abundancia…
- La cultura, ¿miseria o miserable?
Miserable. No puede evitarlo. El malestar en la cultura, ¿recuerdas? La cultura se hace con todas las represiones colectivas y los residuos malolientes de otros ámbitos. Es un basurero prestigioso, pero basurero…
- Pensar… ¿cómo, qué, dónde, para qué?
Para sobrevivir, en todo momento y lugar, con palabras, imágenes y música, a ser posible…
- Actuar… ¿cómo, qué, dónde, para qué?
Con calma, para sobrevivir, para no mortificarse ni estancarse. Para no engendrar putrefacción…
- Su mayor miedo
La imposibilidad de vivir
- Su mayor felicidad
La escritura, el sexo, la lectura, el cine…
- Persona más odiada
Cualquier representante del poder.
- Persona más admirada
Cualquier enemigo del poder.
- Valor-idea más odiada
Orden, disciplina, control, seguridad, moral…
- Valor-idea más preciada
Libertad (siempre). Libertarios del mundo, uníos...
- Bien material-objeto más preciado
Mi biblioteca
- Su último llanto
Hace mucho.
- Su última emoción
Hace poco.
- ¿Qué debería contener un kit de supervivencia en estos tiempos?
Libros, películas…
-Por cierto, ‘estos tiempos’... ¿Cómo son, cómo los resumiría?
Apasionantes, odiosos, de cambio, de lucha, de adocenamiento, de hegemonía, de conflicto, de diversidad...[Otra descripción de este destiempo, mucho más completa: ¿Polanski en la cárcel a punto de extradición, Bush disfrutando a tope del tiempo libre en su rancho texano y Vargas Llosa arremetiendo contra el primero sin escandalizarse por el segundo? Lo demás es silencio institucional, no tiene otro nombre...]
-La “indecencia”, dice Žižek, es la invisible presencia de “millones de anónimos trabajadores sudando en fábricas del tercer mundo, desde los gulags chinos a las líneas de montaje de Indonesia o Brasil –en su invisibilidad, Occidente puede darse el lujo de balbucear acerca de la clase obrera en vías de desaparición”... Comente la idea.
No puedo estar más de acuerdo. Por eso la buena conciencia de izquierdas es tan repugnante como la hipocresía de la derecha. El gobierno Zapatero vendiendo armas a Israel mientras condena la matanza de Gaza. Imposibilidad de mantener la decencia en contacto con el poder…
- ¿Quiénes son los capos? ¿Quiénes son los malos?
Los que se abrazan al ejercicio del poder desde la vocación y la ambición…
- ¿Y los buenos?
Todos y ninguno en especial. No soy maniqueo.
- ¿Hedonistas o humanos vegetantes?
Hedonistas sin complejos…
- “Lo sé perfectamente bien, pero...” ¿Justificación para ser tonto?
El insomnio es el gran peligro de la inteligencia que funciona. Todo el mundo necesita un pequeño fármaco de buen rollo, ficciones necesarias para conciliar el sueño, tener amigos, relaciones, amor…
- “¡Las cosas cambian tan rapido!”. ¿Verdad u opio?
Verdad a medias. Algunas cosas cambian muy deprisa, sobre todo si no afectan a valores tenidos por sustanciales, otras, por desgracia, no han cambiado desde el paleolítico…
- ¿Se actúa Vd. a sí mismo o es Vd. mismo?
No entiendo bien. Cuando actúo no sé quién soy. De hecho no sé quién escribe estas líneas…
- ¿Qué es un ‘coolhunter’?, ¿un basurero?, ¿un mercachifle?, ¿un gurú?...
Alguien que, desesperado por la lentitud de los relojes, trata de adelantarse a su tiempo atrapando en el momento del surgimiento una moda o una tendencia futura. En el fondo, su actitud conduce a la desesperación, al descubrimiento de la futilidad de todo, el tiempo, las modas, el gusto…
- Lo más obsceno de la cultura contemporánea...
La incapacidad de la cultura mayoritaria para estar a la altura de los tiempos.
- Lo menos...
El potencial de la cultura minoritaria para mostrarse y hacerse oír…
- El almuerzo eterno e incandescente de bytes... ¿Le gusta?, ¿le asusta?
Es una costumbre instalada en mis neuronas y mi sensibilidad con la falta de sorpresa de cualquier hábito arraigado. Excitante y habitual, como la vida en pareja, con sus tedios y sus nostalgias de otras posibilidades. Quien no se ha sentado a un ordenador y no ha sentido por un momento la nostalgia de un mundo donde no existieran no es digno de vivir en esta época hipertecnologizada. Los extremos se conectan con banda ancha…
- La libertad de decisión... ¿Nos dejan elegir lo minúsculo para que no perturbemos el orden máximo?
Sin duda, la cultura se ha convertido en el refugio para la acción simbólica, ya que la real está encomendada por el poder y sus instituciones policiales a otros individuos más responsables. Pero la acción simbólica es importante, aunque tiende a parecer consoladora, puede cambiar muchas cosas. Valores, por ejemplo, gustos, tendencias, formas de vida, mentalidades…
- Lo prohibido... ¿De verdad todo nos está permitido?
Todo lo que no perturbe el funcionamiento diario del sistema. William Burroughs solía repetir un lema que a mí me parece muy pertinente en la situación actual, aunque quizá con otra interpretación de la que le daba el maestro: Nada es verdad. Todo está permitido.
- La realidad... ¿Por qué la obsesión por sus versiones alternativas?
- ¿Humanos ú homínidos?
Post-humanos.
- Crisis… ¿Cómo le resuena la palabra?
Mal, si hablamos de lo que hablamos. Bien si me acuerdo de que Sade llamaba así al orgasmo y a la eyaculación, algo de lo que se aprovechó Barthes para convertir la escritura en una forma de descarga libidinal. Por ahí andamos, con el cuerpo a cuestas…
- ¿Cuál será la próxima revuelta?
¿La de vacaciones? Como Zizek, yo también creo que si se rompen huevos se hará una tortilla, y no al revés…
-¿Qué tipo de adoquines volarán?
Ladrillos de la cárcel del deseo…
-¿Contra quién, contra qué?
Contra todos y contra nadie…
-¿Por qué no ‘ahora mismo’?
El presente fue abolido hace tiempo. Vivimos a tal velocidad que es imposible fijar un punto que no sea ya un tránsito hacia otro. La revolución en tiempo real es una imposibilidad y en tiempo diferido un fraude.
- ¿Miseria o miserables?
Nunca me gustó Víctor Hugo, así que Miseria. De la filosofía, de la ciencia, de las bellas artes, de la cultura, de la moral, de la política. La escasez como sistema en el sistema de la abundancia…
- La cultura, ¿miseria o miserable?
Miserable. No puede evitarlo. El malestar en la cultura, ¿recuerdas? La cultura se hace con todas las represiones colectivas y los residuos malolientes de otros ámbitos. Es un basurero prestigioso, pero basurero…
- Pensar… ¿cómo, qué, dónde, para qué?
Para sobrevivir, en todo momento y lugar, con palabras, imágenes y música, a ser posible…
- Actuar… ¿cómo, qué, dónde, para qué?
Con calma, para sobrevivir, para no mortificarse ni estancarse. Para no engendrar putrefacción…
- Su mayor miedo
La imposibilidad de vivir
- Su mayor felicidad
La escritura, el sexo, la lectura, el cine…
- Persona más odiada
Cualquier representante del poder.
- Persona más admirada
Cualquier enemigo del poder.
- Valor-idea más odiada
Orden, disciplina, control, seguridad, moral…
- Valor-idea más preciada
Libertad (siempre). Libertarios del mundo, uníos...
- Bien material-objeto más preciado
Mi biblioteca
- Su último llanto
Hace mucho.
- Su última emoción
Hace poco.
- ¿Qué debería contener un kit de supervivencia en estos tiempos?
Libros, películas…
-Por cierto, ‘estos tiempos’... ¿Cómo son, cómo los resumiría?
Apasionantes, odiosos, de cambio, de lucha, de adocenamiento, de hegemonía, de conflicto, de diversidad...[Otra descripción de este destiempo, mucho más completa: ¿Polanski en la cárcel a punto de extradición, Bush disfrutando a tope del tiempo libre en su rancho texano y Vargas Llosa arremetiendo contra el primero sin escandalizarse por el segundo? Lo demás es silencio institucional, no tiene otro nombre...]
-La “indecencia”, dice Žižek, es la invisible presencia de “millones de anónimos trabajadores sudando en fábricas del tercer mundo, desde los gulags chinos a las líneas de montaje de Indonesia o Brasil –en su invisibilidad, Occidente puede darse el lujo de balbucear acerca de la clase obrera en vías de desaparición”... Comente la idea.
No puedo estar más de acuerdo. Por eso la buena conciencia de izquierdas es tan repugnante como la hipocresía de la derecha. El gobierno Zapatero vendiendo armas a Israel mientras condena la matanza de Gaza. Imposibilidad de mantener la decencia en contacto con el poder…
- ¿Quiénes son los capos? ¿Quiénes son los malos?
Los que se abrazan al ejercicio del poder desde la vocación y la ambición…
- ¿Y los buenos?
Todos y ninguno en especial. No soy maniqueo.
- ¿Hedonistas o humanos vegetantes?
Hedonistas sin complejos…
- “Lo sé perfectamente bien, pero...” ¿Justificación para ser tonto?
El insomnio es el gran peligro de la inteligencia que funciona. Todo el mundo necesita un pequeño fármaco de buen rollo, ficciones necesarias para conciliar el sueño, tener amigos, relaciones, amor…
- “¡Las cosas cambian tan rapido!”. ¿Verdad u opio?
Verdad a medias. Algunas cosas cambian muy deprisa, sobre todo si no afectan a valores tenidos por sustanciales, otras, por desgracia, no han cambiado desde el paleolítico…
- ¿Se actúa Vd. a sí mismo o es Vd. mismo?
No entiendo bien. Cuando actúo no sé quién soy. De hecho no sé quién escribe estas líneas…
- ¿Qué es un ‘coolhunter’?, ¿un basurero?, ¿un mercachifle?, ¿un gurú?...
Alguien que, desesperado por la lentitud de los relojes, trata de adelantarse a su tiempo atrapando en el momento del surgimiento una moda o una tendencia futura. En el fondo, su actitud conduce a la desesperación, al descubrimiento de la futilidad de todo, el tiempo, las modas, el gusto…
- Lo más obsceno de la cultura contemporánea...
La incapacidad de la cultura mayoritaria para estar a la altura de los tiempos.
- Lo menos...
El potencial de la cultura minoritaria para mostrarse y hacerse oír…
- El almuerzo eterno e incandescente de bytes... ¿Le gusta?, ¿le asusta?
Es una costumbre instalada en mis neuronas y mi sensibilidad con la falta de sorpresa de cualquier hábito arraigado. Excitante y habitual, como la vida en pareja, con sus tedios y sus nostalgias de otras posibilidades. Quien no se ha sentado a un ordenador y no ha sentido por un momento la nostalgia de un mundo donde no existieran no es digno de vivir en esta época hipertecnologizada. Los extremos se conectan con banda ancha…
- La libertad de decisión... ¿Nos dejan elegir lo minúsculo para que no perturbemos el orden máximo?
Sin duda, la cultura se ha convertido en el refugio para la acción simbólica, ya que la real está encomendada por el poder y sus instituciones policiales a otros individuos más responsables. Pero la acción simbólica es importante, aunque tiende a parecer consoladora, puede cambiar muchas cosas. Valores, por ejemplo, gustos, tendencias, formas de vida, mentalidades…
- Lo prohibido... ¿De verdad todo nos está permitido?
Todo lo que no perturbe el funcionamiento diario del sistema. William Burroughs solía repetir un lema que a mí me parece muy pertinente en la situación actual, aunque quizá con otra interpretación de la que le daba el maestro: Nada es verdad. Todo está permitido.
- La realidad... ¿Por qué la obsesión por sus versiones alternativas?
Porque la realidad es una versión elaborada por el poder. Las contraversiones no son sino tentativas por corregir o modificar la versión instalada y que se da por incuestionable, cuando no lo es. La gran lección aquí la proporcionan las novelas de ciencia ficción de Philip K. Dick. La realidad es una construcción, producto de una intersección de intereses, obligaciones e imposiciones que no hay por qué aceptar. Ese es el combate contra la cultura que Nietzsche propugnaba…
- La pasión... ¿También, como el café, descafeinada?
En un mundo anodino como el nuestro, la pasión inteligente es el único indicio de no complicidad con el poder…
- Los placeres... ¿De verdad están a nuestro alcance?
Nada está a nuestro alcance. Necesitamos buscarlos, construirlos, del mismo modo que encontrar a las personas con las que vamos a compartirlos. No creo en los placeres solitarios, con la excepción del cine o la literatura, por supuesto…
- Otra vez Žižek: “Esto es lo que está emergiendo cada vez más como los "derechos humanos", centrales en la sociedad del capitalismo tardío: el derecho a no ser acosado, es decir, el derecho a mantenerse a una distancia segura de los otros”... Comente la sentencia.
Sí, es la histeria de origen americano por la que el mayor enemigo de cada quien es el otro o el mismo. Es una victoria del poder haber conseguido que todos los ciudadanos consideren a los otros ciudadanos como su enemigo potencial. Ya está todo resuelto, se acabaron las inmensas posibilidades abiertas por la era contracultural en lo que se refiere a relaciones y grupos. Cada uno apegado a su terminal, alejado del otro por una distancia tecnológica infinita, cediendo el espacio real a los operadores del sistema por miedo a los contagios y los problemas derivados de la interacción con el otro. Hay una película reciente nunca estrenada en España, Bug, de William Friedkin, que es la mejor extrapolación de esta mentalidad puritana y fascista, que se expande por el mundo como una epidemia viral…
- Los oráculos... ¿Quiénes?
Por conveniencia, la sociedad del espectáculo reparte títulos de tales a diestro y siniestro, es una de sus funciones más arraigadas, en una parodia de la antigua función de liderazgo moral o cívico. Como no creo en ésta, siempre pienso que un oráculo es un orate al que los demás han decidido no ver como tal. Con los escritores también suele pasar…
- El sentido personal del ridículo... ¿Existe? ¿Ha muerto?
En esta sociedad, los medios aspiran a que nadie lo tenga si está de este lado de la pantalla, como actores, y que lo tengan todos en grado extremo si están, como espectadores, en el otro lado. La representación no sólo es ridícula sino que se alimenta del ridículo generalizado…
- ¿Jugamos, segundo a segundo, a un juego de rol?
Todos los juegos, el juego. La sociedad humana no puede evitarlo ya que la personalidad es una ficción, las relaciones también lo son. Así ha sido siempre. Ahora los juegos multiplican sus posibilidades gracias a la tecnología y al anonimato de la masa urbana. En cierto modo, es liberador, pero también favorece los intereses del sistema. Una sociedad de jugadores no pone en riesgo el desarrollo del juego, desea mejorarlo y contribuye a institucionalizarlo, como en Matrix, con sus viciados rituales y héroes redentores…
- La sexualidad reducida a juego... ¿Es así? Si lo es, ¿es una buena cosa?
El erotismo me interesa más. El erotismo es un juego con nuestros deseos y es también una forma de no agotar éstos, de estimularlos y acrecentarlos, y no sólo de refinarlos…
- ¿Necesitamos un nuevo Brecht? ¿Es posible un nuevo Brecht?
Si llamas Brecht a un artista militante, comprometido con una causa sectaria, desde luego que no. Si llamas Brecht a esa función estética por la que una creación invita a su consumidor a tomar la debida distancia para percibir el contexto y el sentido de esa creación en ese contexto, sin por otra parte perderse el placer de participar con intensidad en la experiencia artística propuesta, esto es algo que el mejor arte contemporáneo y el mejor cine y la mejor literatura hacen desde hace décadas sin necesidad de ponerse etiquetas partidistas o comulgar con ruedas de molino…
- ¿Estamos viviendo el fin de la política?
El fin de la política, sin ponerme en exceso aristotélico, me parece una imposibilidad. El agotamiento de una cierta forma de hacer o concebir la política sin duda. Pero serán los hechos, con su violencia intempestiva, los que fuercen a los políticos a darse cuenta de esto y no el debate de ideas…
- Una vez más, Žižek: “La amenaza real de los nuevos medios de comunicación es que ellos nos privan de nuestra experiencia pasiva auténtica, y así nos preparan para la estúpida y frenética actividad para el trabajo interminable”. Comente el comentario.
Sin duda. Sostengo lo mismo. Todas las actividades tenidas por lúdicas son prolongaciones de nuestras actividades productivas o acrecientan en nuestra mente y nuestro cuerpo los factores que nos hacen productivos a ojos del capital. Lo que se denomina “ocio”, con obscenidad intolerable, no es otra cosa que la apropiación del tiempo libre del consumidor por los pasatiempos y entretenimientos que favorecen su incorporación y aceptación del sistema. Por volver a Brecht, el ocio y la diversión a ultranza fomentadas en nuestras sociedades incluso por gobiernos así llamados progresistas sólo buscan que la distancia del sujeto respecto de su momento de producción sea mínima, cuando no inexistente. Los videojuegos, por ejemplo, son la mejor instrucción para los ejecutivos financieros e inversores en bolsa del futuro. Una escuela de disciplina económica, ideada para favorecer la adaptación de nuestro cerebro a las condiciones mediatizadas de vida de una sociedad cada vez más explotadora…
- El ruido... ¿Hablemos cuanto sea posible y cuanto más alto mejor?
Con DeLillo, a mí siempre me interesó el “ruido de fondo”, la señal imperceptible, el código de comunicación que pasa desapercibido para la mayoría. Es la lección de Pynchon y de la cibernética: cuanto más un mensaje posee información significativa para su receptor, menos inteligible resulta en términos convencionales, y viceversa. La cultura mayoritaria está constituida a partes iguales de obviedades y redundancias que son festejadas en su calidad de tales. La novedad, lo innovador, lo diferente, chirrían en el oído gregario ahora tanto como hace cincuenta, setenta, cien o ciento cincuenta años…
- ¿Para qué hablamos?
Para no oír el monólogo interior que nos pide que nos callemos…
- ¿Hablamos para que nada cambie?
Colmar el vacío de inanidad, no se me ocurre mejor metáfora de la cultura contemporánea, como en una conversación entre dos personas que no tienen nada que decirse y a pesar de eso se han citado en un café y todas y cada una de sus palabras sólo evidencian el malentendido de la situación, la absurda necesidad de mantenerla una vez comenzada y las ganas de cada uno de los interlocutores de que acabe cuanto antes y puedan irse…
- El goce como deber. ¿Por qué tenemos que pasarlo bien?
Al contestar hablando del ocio ya creo haber contestado a esto. El ocio es el negocio por otros medios. Disfrutar, en el sentido más banal de la expresión, es la plusvalía moral que alimenta el sistema. Con el tiempo, el aburrimiento nos parecerá algo transgresor y hasta revolucionario…
- Algo que añadir...
El suplemento es la parte gratuita. En un sistema que tiende a explotar cada pequeño aspecto de nuestra vida, fomentar lo gratuito, en todos los sentidos, es una forma de subversión profunda de las infraestructuras del sistema…
- Los placeres... ¿De verdad están a nuestro alcance?
Nada está a nuestro alcance. Necesitamos buscarlos, construirlos, del mismo modo que encontrar a las personas con las que vamos a compartirlos. No creo en los placeres solitarios, con la excepción del cine o la literatura, por supuesto…
- Otra vez Žižek: “Esto es lo que está emergiendo cada vez más como los "derechos humanos", centrales en la sociedad del capitalismo tardío: el derecho a no ser acosado, es decir, el derecho a mantenerse a una distancia segura de los otros”... Comente la sentencia.
Sí, es la histeria de origen americano por la que el mayor enemigo de cada quien es el otro o el mismo. Es una victoria del poder haber conseguido que todos los ciudadanos consideren a los otros ciudadanos como su enemigo potencial. Ya está todo resuelto, se acabaron las inmensas posibilidades abiertas por la era contracultural en lo que se refiere a relaciones y grupos. Cada uno apegado a su terminal, alejado del otro por una distancia tecnológica infinita, cediendo el espacio real a los operadores del sistema por miedo a los contagios y los problemas derivados de la interacción con el otro. Hay una película reciente nunca estrenada en España, Bug, de William Friedkin, que es la mejor extrapolación de esta mentalidad puritana y fascista, que se expande por el mundo como una epidemia viral…
- Los oráculos... ¿Quiénes?
Por conveniencia, la sociedad del espectáculo reparte títulos de tales a diestro y siniestro, es una de sus funciones más arraigadas, en una parodia de la antigua función de liderazgo moral o cívico. Como no creo en ésta, siempre pienso que un oráculo es un orate al que los demás han decidido no ver como tal. Con los escritores también suele pasar…
- El sentido personal del ridículo... ¿Existe? ¿Ha muerto?
En esta sociedad, los medios aspiran a que nadie lo tenga si está de este lado de la pantalla, como actores, y que lo tengan todos en grado extremo si están, como espectadores, en el otro lado. La representación no sólo es ridícula sino que se alimenta del ridículo generalizado…
- ¿Jugamos, segundo a segundo, a un juego de rol?
Todos los juegos, el juego. La sociedad humana no puede evitarlo ya que la personalidad es una ficción, las relaciones también lo son. Así ha sido siempre. Ahora los juegos multiplican sus posibilidades gracias a la tecnología y al anonimato de la masa urbana. En cierto modo, es liberador, pero también favorece los intereses del sistema. Una sociedad de jugadores no pone en riesgo el desarrollo del juego, desea mejorarlo y contribuye a institucionalizarlo, como en Matrix, con sus viciados rituales y héroes redentores…
- La sexualidad reducida a juego... ¿Es así? Si lo es, ¿es una buena cosa?
El erotismo me interesa más. El erotismo es un juego con nuestros deseos y es también una forma de no agotar éstos, de estimularlos y acrecentarlos, y no sólo de refinarlos…
- ¿Necesitamos un nuevo Brecht? ¿Es posible un nuevo Brecht?
Si llamas Brecht a un artista militante, comprometido con una causa sectaria, desde luego que no. Si llamas Brecht a esa función estética por la que una creación invita a su consumidor a tomar la debida distancia para percibir el contexto y el sentido de esa creación en ese contexto, sin por otra parte perderse el placer de participar con intensidad en la experiencia artística propuesta, esto es algo que el mejor arte contemporáneo y el mejor cine y la mejor literatura hacen desde hace décadas sin necesidad de ponerse etiquetas partidistas o comulgar con ruedas de molino…
- ¿Estamos viviendo el fin de la política?
El fin de la política, sin ponerme en exceso aristotélico, me parece una imposibilidad. El agotamiento de una cierta forma de hacer o concebir la política sin duda. Pero serán los hechos, con su violencia intempestiva, los que fuercen a los políticos a darse cuenta de esto y no el debate de ideas…
- Una vez más, Žižek: “La amenaza real de los nuevos medios de comunicación es que ellos nos privan de nuestra experiencia pasiva auténtica, y así nos preparan para la estúpida y frenética actividad para el trabajo interminable”. Comente el comentario.
Sin duda. Sostengo lo mismo. Todas las actividades tenidas por lúdicas son prolongaciones de nuestras actividades productivas o acrecientan en nuestra mente y nuestro cuerpo los factores que nos hacen productivos a ojos del capital. Lo que se denomina “ocio”, con obscenidad intolerable, no es otra cosa que la apropiación del tiempo libre del consumidor por los pasatiempos y entretenimientos que favorecen su incorporación y aceptación del sistema. Por volver a Brecht, el ocio y la diversión a ultranza fomentadas en nuestras sociedades incluso por gobiernos así llamados progresistas sólo buscan que la distancia del sujeto respecto de su momento de producción sea mínima, cuando no inexistente. Los videojuegos, por ejemplo, son la mejor instrucción para los ejecutivos financieros e inversores en bolsa del futuro. Una escuela de disciplina económica, ideada para favorecer la adaptación de nuestro cerebro a las condiciones mediatizadas de vida de una sociedad cada vez más explotadora…
- El ruido... ¿Hablemos cuanto sea posible y cuanto más alto mejor?
Con DeLillo, a mí siempre me interesó el “ruido de fondo”, la señal imperceptible, el código de comunicación que pasa desapercibido para la mayoría. Es la lección de Pynchon y de la cibernética: cuanto más un mensaje posee información significativa para su receptor, menos inteligible resulta en términos convencionales, y viceversa. La cultura mayoritaria está constituida a partes iguales de obviedades y redundancias que son festejadas en su calidad de tales. La novedad, lo innovador, lo diferente, chirrían en el oído gregario ahora tanto como hace cincuenta, setenta, cien o ciento cincuenta años…
- ¿Para qué hablamos?
Para no oír el monólogo interior que nos pide que nos callemos…
- ¿Hablamos para que nada cambie?
Colmar el vacío de inanidad, no se me ocurre mejor metáfora de la cultura contemporánea, como en una conversación entre dos personas que no tienen nada que decirse y a pesar de eso se han citado en un café y todas y cada una de sus palabras sólo evidencian el malentendido de la situación, la absurda necesidad de mantenerla una vez comenzada y las ganas de cada uno de los interlocutores de que acabe cuanto antes y puedan irse…
- El goce como deber. ¿Por qué tenemos que pasarlo bien?
Al contestar hablando del ocio ya creo haber contestado a esto. El ocio es el negocio por otros medios. Disfrutar, en el sentido más banal de la expresión, es la plusvalía moral que alimenta el sistema. Con el tiempo, el aburrimiento nos parecerá algo transgresor y hasta revolucionario…
- Algo que añadir...
El suplemento es la parte gratuita. En un sistema que tiende a explotar cada pequeño aspecto de nuestra vida, fomentar lo gratuito, en todos los sentidos, es una forma de subversión profunda de las infraestructuras del sistema…