[Publicado en medios de Vocento el martes 26 de enero]
Así lo hizo
Ashley Babbitt, líder radical abatida por el disparo de un agente. Sirvió a su
país como militar durante catorce años y al licenciarse montó un negocio con su
marido. Para mantenerlo a flote, según Maher, obtuvo un préstamo bancario a un
interés abusivo. Esto ocurrió en California, estado demócrata. La indignación la
condujo a morir defendiendo la falsa justicia del tramposo Trump. Otra vida
sacrificada en nombre de la quimera americana y el sueño democrático que
produce monstruos económicos. Clint Eastwood, imagino, no tardará en dirigir una
película sobre ella.
En América,
como les gusta llamarse, prosiguen haciendo historia y escribiéndola con mayúsculas.
Reconozco que sentí envidia y cierto resentimiento el otro día viendo en
directo la toma de posesión de Biden. Qué quieren que les diga. Puestos a tener una
imagen de marca nacional prefiero Lady Gaga a Isabel Pantoja. Prefiero una diva
glamurosa vestida de Schiaparelli a una folclórica revestida con harapos de
melodrama lorquiano y miserias de Mediaset.
Aquí
seguimos enraizados en lo más nuestro, como dicen los cronistas cortesanos. El
politiqueo bajuno y la incompetencia sistémica. La gestión de la covid se
comenta sola. La padecemos a todas horas. Pero el chalaneo partidista sobre las
elecciones catalanas y el capital electoral del ministro Illa rellenaría varias
tesis doctorales de esas que a Sánchez le gusta escribir de vez en cuando para
distraerse. Aunque a Sánchez, en esta coyuntura crítica, le tiran más los
discursos fantasiosos pronunciados en tono grandilocuente y las falacias
propagandísticas.
Algunos aguafiestas hablan del Gran Reseteo propuesto por el Foro Económico Mundial como del Apocalipsis. La desesperación alcanza tal nivel que ya hay quien reclama en redes sociales con ironía, vista la ineficiencia dominante, una invasión alienígena. La intervención milagrosa de los extraterrestres en la salvación del planeta. La verdad no tiene color político. Necesitamos con urgencia un reseteo mental. Como cultura y como país.
Si es cierto se llaman America Te cuento con Trump o con Biden se vive igual El pais se maneja solo.Esta lleno de gente
ResponderEliminarVienen de todas lados del mundo a vivir aquí Se vive bien con cualquier presidente. Yo soy argentina ciudadana norteamericana
Me han gustado tus textos hasta pronto muchacho
y antes de escribir tendrias que vivier aqui Es imposible por lo que dicen los diarios o las mentes con broncas hacia este maravilloso pais America que opinen besitos
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