Nadie es
perfecto, escribe mi confidente en el blog. Mira a López Madrid, prosigue “Garganta
Profunda”, lo tenía todo a su favor y ha arruinado su vida metiéndose en los negocios
más turbios con una incompetencia indigna de un becario. La historia de ese tío
que se creía intocable, incluyendo su enredo con la dermatóloga fatal, merece
una película o una novela, tú mismo podrías escribirla si tuvieras menos
ínfulas literarias. A “Garganta Profunda” le sobra ironía.
Lo bueno
de tener un blog es que conoces gente que en situaciones reales no se
expresaría con tanta libertad. Cosechas insultos, calumnias, infamias, pero
también algún mensaje instructivo, y terminas simpatizando con sus anónimos
autores. De ese modo, “Garganta Profunda” pasó de comentarista ofensivo a informante
incisivo. Se considera un experto en lo que denomina ebullición mediática.
Uno de
sus primeros avisos se refería a los monarcas. No te metas con ellos, es
prematuro, apostilla. Lo de Rajoy como testigo privilegiado del “caso Gürtel”
me lo advirtió a tiempo. Si quieres triunfar como columnista, lo suyo es elogiar
a Rajoy. Mantén el tema en suspenso, me aconseja, hasta que pase lo que tiene
que pasar. Esto es solo el principio. La trama picaresca de Ignacio González y
sus gánsteres matritenses, en cambio, déjasela a Inda. ¿Y Rato? De momento,
mejor guardar silencio. Hay una élite resentida que desprecia a este país por
razones históricas y solo piensa en saquearlo.
Trump cumple
cien días como presidente, me dice, y su impopularidad es rampante. Pero eso no
interesa a nadie, respondo. No creas, la cosa tiene su punto. Trump bombardea
Siria y Afganistán para distraer la atención pública y reírse de los rusos, juega
al escondite con el portaaviones más potente de su armada, enconando a los
comunistas coreanos, mientras la dulce Melania consigue probar en los
tribunales que no fue prostituta antes de casarse con su marido. No olvides que
Trump asume la presidencia americana para hacer negocios lucrativos, como
Ivanka con los jerarcas chinos, usando grandes plataformas de poder e
influencia como la Casa Blanca. La guerra es la economía por otros medios. Si
no fallan las estrategias comerciales, se conformará con simulacros explosivos que
ofrezcan un espectáculo global y revitalicen la industria del armamento.
Tu amigo
Houellebecq está equivocado, sentencia “Garganta Profunda”, el lepenismo nunca triunfará
en Francia. Las cuentas electorales no salen. ¿No te alivia? Como el ISIS, la
amenaza del fascismo es el fantasma terrorista que necesitan alentar las
democracias para sentirse fuertes. Si vence, pierde todo su poder.
Cometo el
error de preguntarle quién es y me responde sin rodeos: soy un robot. Nadie es
perfecto, le digo bromeando. Desde entonces, no tengo noticias de mi confidente.
Lo echaré de menos. Sin su inteligencia me veo incapaz de afrontar las semanas informativas
que se avecinan.
"Garganta Profunda" es Linda Lovelace. Y... todo lo demás, parafernalia de estetas reprimidos. Por cierto... que mal "da" siempre el porno en literatura. No hay quien lo digiera. El único que se lo pasa bien con él, es el escritor. Y a veces. Solo a veces.
ResponderEliminarUn abrazo, ilustre ¡qué hace ya un montón de tiempo que no te decía nada!
Amigo Gracq: la intersección del porno y la política es consustancial a ambas actividades públicas. Una persona avisada como usted no puede usted olvidar la ironía de la historia cifrada en este caso: el confidente de los periodistas que destaparon el Watergate se hizo llamar así (o lo llamaron así, con deje de lengua indígena, por cierto) en homenaje al clítoris que Linda Lovelace, gran felatriz de ficción, tenía en erección al fondo de la glotis en la famosa película de Damiano...
ResponderEliminarYo de esteta lo que usted quiera, y con orgullo, pero de reprimido lo justo, es decir, lo que permiten las energías, nunca veneré la dilapidación inútil de la fuerza...
Muchos abrazos mojigatos!
¡Joder qué susto! A primera vista en lugar de "dilapidación inútil a la fuerza" había leído "depilación"... Pensé: ¿Qué cojones habrá querido decir Ferré con eso...? Luego caí. "Ya está, lenguaje cifrado. El tío se ha líado con una dominatrix y esta ha empezado darle "cera", nunca mejor dicho.
ResponderEliminarEn cuanto a lo de Woodward y Bernstein, pretendían ir de "malotes" bautizándole así a su confidente. Y ya. Eran los ingenuos comienzos de la postmodernidad (eso que a usted tanto le gusta) político- tecnológica. Esos Felts trajeron estos Snowdens.
Amigo Gracq: si mira bien mis fotos verá que nací ya bastante depilado por los dioses y no requiero de las laboriosas faenas de una dominatrix (ay!). A mí, en general, me gusta más depilar y dar cera que ser depilado, ya me entiende…
ResponderEliminarEn cuanto a los bobos supremos del Washington Post no le acepto la mayor: de postmodernos nada de nada, ni por asomo, clasicorros de puro ceporros, eso fueron, Dicky Nixon, con ese apellido nictálope de marca de lubricante industrial, ese sí que era un pomo-pomo de pura cepa, un trilero de aúpa. No se le ocurra volver por estos pagos gratuitos sin saberse de memoria “La hoguera púbica (sic)” de Robert Coover…