miércoles, 16 de enero de 2013

2012: CINE PRISMÁTICO


Consultar aquí mi lista de películas de 2012 (Dirty Dozen)


NOEL CEBALLOS

1.         Diamond Flash (Carlos Vermut).
2.         Cosmópolis (David Cronenberg).
3.         Fausto (Alexander Sukorov).
4.         Holy Motors (Leos Carax).
5.         Young Adult (Jason Reitman).
6.         Extraterrestre (Nacho Vigalondo).
7.         Redención (Tyrannosaur) (Paddy Considine).
8.        Moonrise Kingdom (Wes Anderson).
9.         Las malas hierbas (Alain Resnais).
10.       El alucinante mundo de Norman (Chris Butler y Sam Fell).

Mi año cinematográfico ha sido rico en experiencias insólitas. Quizá la mejor fuera la posibilidad de ver mi película favorita de 2012, Diamond Flash, en unos de mis locales favoritos de Madrid, el Picnic, donde además trascurre parte de la acción. Además, el efecto de extrañamiento se vio potenciado por la fiebre que tenía aquel día. El debut de Carlos Vermut en el largometraje no se ha estrenado en salas comerciales, como tampoco lo han hecho dos propuestas subterráneas que parecen un soplo de aire fresco dentro de nuestro cine: Mi loco Erasmus, de Carlo Padial; y Cabás, de Pablo Hernando. La primera la vi proyectada en un corral de comedias del siglo XVII, la segunda en el iPad. No creo que deba añadir nada sobre cómo están cambiando las tradicionales vías de recepción en esta época de crisis y mutaciones aceleradas. En mi lista también incluyo dos películas (Cosmópolis y Holy Motors) que podríamos definir superficialmente como Cine de Limusinas, pero que creo que realmente hablan sobre una fragmentación de nuestra personalidad y, sobre todo, de nuestra experiencia de Lo Real que no podría resultar más contemporánea. También celebro la existencia de trasvases de lenguaje tan sublimes como el Fausto de Sukurov o muestras de ebullición creativa tan insobornables como las de Anderson o Resnais, pero dediquemos estas últimas líneas a mencionar lo que se ha quedado fuera: un videoclip que podría pasar por magistral cortometraje (Time to Dance, de The Shoes, dirigido por Daniel Wolfe), la restauración de los monstruos clásicos de la Universal en formato Blu-ray, un mainstream más en forma que nunca (a juzgar por juguetes tan sofisticados Los Vengadores, Skyfall o ¡Rompe Ralph!) o, por supuesto, esos momentos de oro puro dentro de películas imperfectas: el número musical de Anne Hatthaway en Los Miserables, el aborto interespecies en Prometheus, la colección de pistas sobre el futuro del medio que esconden las entrevistas de Side by Side (El impacto del cine digital)... En suma, una cosecha de imágenes harto estimulante, un año para recordar.

DAVID LEO GARCÍA

La lista que ofrezco tiene la tara de la parcialidad: no solo por el hecho de que la mayor parte de lo filmado se quede en sus países de origen, sino por las inclinaciones personales, que exigen ver unas películas y no otras (y que retardarán la visión de otras mejores películas de 2012). Así, no incluyo ninguna película estadounidense (ni siquiera del tan cacareado "cine independiente", cuya denominación va perdiendo sentido, y del que han sido aclamados productos tan inocuos como Martha Marcy May Marlene o Like Crazy, así como la sobrevalorada Moonrise Kingdom). Sí menciono una canadiense.

Europa sigue, para mí, dominando el panorama, y muy especialmente Francia, país del que incluyo tres títulos (y a la espera de las obras de Resnais o Brisseau, seguro sorprendentes). También quiero destacar la presencia de una película polaca (y la ausencia de otra, meritoria, como The Mill and the Cross), nacionalidad que lleva cinco décadas elaborando cine de primer orden sin recibir toda la atención que merece.

Si hay un aspecto que reúnen, sorprendentemente, muchas de estas obras, es el de su reflexión sobre el simulacro: en unos casos la vindicación de la ficción como defensa de la realidad, en la cinta que corona el podio, o la alienación por parte del mundo virtual (en la quinta); en otros, el ataque a un marco capitalista que coloniza no solo las posesiones sino la misma identidad y que se ofrece como única verdad posible (la segunda, la cuarta y la sexta); hasta llegar a aquellos que, de forma más bien lúdica, proponen la inventiva como manera de supervivencia (es el caso de la tercera, la octava y la décima).

En definitiva: algunos aseguraban que en 2012 se acabaría el mundo, pero el mismo 2012 no terminará jamás de acabarse gracias a unas cuantas películas.

1. Holy motors (Leos Carax)
2. Shame (Steve McQueen)
3. Alps (Giorgos Lanthimos)
4. Cosmópolis (David Cronenberg)
5. La sala de los suicidas (Jan Komasa)
6. Black Mirror 3: The Entire History of You (Brian Welsh)
7. Guilty of romance (Sion Sono)
8. En la casa (François Ozon)
9. L'Apollonide (Bertrand Bonello)
10. In another country (Hong Sang-soo)

MERCÈ IBARZ

2012 ha sido mi año de entrada en las series, suelo ser reacia al mainstream y así logro a veces que la corriente me sorprenda sin consignas. Algo serial había seguido, cómo no, pero esto es distinto. El visionado se convierte en una droga… a la que me he enganchado con placer doble: ver mujeres y hombres con frecuencia interesantes, y un renovado deseo de leer novelas tras tantas horas de pantalla de tele. Lo primero me es cada vez más imprescindible, lo segundo más aún. No estoy a la última: he visto las primeras temporadas de Mad Men, algo de The Wire y de Breaking Bad.

Vi en sala unas pelis que me produjeron desazón digamos que masculinista: Cosmopolis, Shame, una desazón por suerte matizada por la fría mirada de Cronenberg y la astuta melancolía de McQueen. La imaginación de Holy Motors de Carax me ha divertido. Son buenos films, sin duda. Los vacíos que proyectan llegan a interesarme, no me importaría ser hombre un buen rato para observar cómo me siento al verlos.

Vi tal vez para compensar Hope Springs, de Frankel, por el gusto de ver los cuerpos fondones de Meryl Streep y Tommy Lee Jones.

Vi una peli muy poco vista, Orson West, del joven Fran Ruvira, una historia de frontera entre Murcia y Alicante, en uno de esos lugares donde Welles perdió una de sus muchas zapatillas perdidas intentando hacer una peli. Gran potencia visual, también musical y sonora, un relato felizmente imperfecto.

Y regresé a las series.

VICENTE MOLINA FOIX

1 Las malas hierbas
2 Holy Motors
3 Elena
4 El artista y la modelo
5 Fausto
6 En la casa
7 Blancanieves
8 Casa de tolerancia
9 The Turin Horse
10 Skyfall


FRANÇOIS MONTI

* Ya no podemos quejarnos (demasiado) de los distribuidores españoles. En 2012, han sido muy buenos. A ver si así siguen.
* Este año, principalmente por pereza, yo tampoco voy a hacer dos listas y discriminar entre pelis distribuidas aquí o no.
* Las 10 primeras posiciones son mas o menos pensadas. Las 10 ultimas, no tanto.
* Ya puesto, también voy a hacer una lista de las peores pelis del año. Ghost Rider : Spirit of Vengeance (Nicholas Cage confirma su posición como mejor actor de las peores pelis), John Carter y The Descendants. Esa ultima, supongo que la encontraremos en algunas listas de buenas pelis del año. Sin embargo, es pésima. Pésima. Pero por lo menos, se beben un Mai Tai. No sé porque la gente asocia Hawái y Mai Tai.
* Para el puesto 20, no sabia si poner Twixt de Coppola o la de Stone. Al final, opté para Savages porque, de haber sido Twixt dirigida por Stone, no hubiera alcanzado la lista de mejores pelis de Cahiers y, de haber sido dirigida Savages por Coppola, estaría en la lista. El razonamiento tiende al absurdo, lo reconozco.
* Qué pasó con los superhéroes : de Avengers a Spider-Man (muy a pesar de Emma Stone), sin olvidarse del esperadísimo Batman, fuimos de decepciones en decepciones.
* Sokurov, Carax, Herzog. Consensual, quizás. Pero entonces es la primera vez que el consenso premia el riesgo.

1) Faust (Sokurov)
2) Holy Motors (Carax)
3) Into the Abyss (Herzog)
4) Tabu (Gomes)
5) Shame (McQueen)
6) The Yellow Sea (Na)
7) Once upon a time in Anatolia (Ceylan)
8) Killer Joe (Friedkin)
9) Whores’ Glory (Glawogger)
10) The Deep Blue Sea (Davies)
11) Snowtown (Kurzel)
12) Looper (Johnson)
13) Himizu (Sono)
14) Take Shelter (Nichols)
15) Prometheus (Scott)
16) The Day He Arrives (Hong)
17) Skyfall (Mendes)
18) The Cabin in the Woods (Goddard)
19) Gangs of Wasseypur (Kashyap)
20) Savages (Stone)

PABLO MUÑOZ

No he visto demasiadas películas actuales este último año, por eso esta es una lista inevitablemente limitada. Sin embargo, espero estar a la altura.

Cosmópolis (Cronenberg)
Looper (Johnson)
Grupo 7 (Rodríguez)
Holy Motors! (Carax)
Blancanieves (Berger)
A roma con amor (Allen)

Indudablemente, es una lista limitada. No resulta complicado detectar los problemas de la misma, pero sin embargo escojo estas películas por razones concretas. Cronenberg consigue hacer una película enteramente imperfecta, menor a su fuente literaria, pero desconcertante, verdaderamente desconcertante. Cárax replantea la razón de ser del cine mismo: su tedio y su belleza ocasional me parecen dignos de ser celebrados. Allen filma la clase de comedia descuidada, aparente, que muchas cosas dice sobre su entonces con una ligereza bien aprendida por los años. Looper de Rian Johnson es original, y a la vez de una belleza sorprendente, extraña. Grupo 7 de Rodríguez plantea releer el pasado en una clave distinta sin renunciar a ser un film de género. Y por último, la Blancanieves de Berger busca tentativas en Buñuel y Vigo y no teme al poderío expresivo. Estas me parecen, creo, las películas más memorables del pasado año.

JOSÉ RAMÓN ORTIZ

Fue difícil hacer una lista definitiva de las películas que más disfruté en 2012, porque hubo muchas. Sin temor a exagerar, creo que ha sido el mejor año cinematográfico en un lustro y aunque me haya perdido de demasiado cine no norteamericano, lo que pude apreciar en sala desde mi lado del mundo refrendó mi apetito por el cine de Hollywood. Mientras reflexionaba sobre qué películas enlistar aquí, me di cuenta de que estoy totalmente inmerso en el disfrute del espectáculo y que lo que más aprecio en cuestión de cine, tiene que ver con la reflexión sobre la interacción del individuo con la sociedad actual tal como es, pero elaborada desde la poética del sideshow: señalar y disfrutar de las formas y consecuencias ajenas, en la cómoda barrera de saber que se asiste a un artificio monstruoso.
Concluido 2012, pienso que el cine norteamericano (aunque no solo, claro), ofreció mucho de lo que planteo. Hubo momentos agridulces y esperanzas rotas, horrores como Prometheus (Ridley Scott) o el reestreno de Titanic (James Cameron, 1997), me señalaron los caminos agotados de la industria; repetidos también por dos de los directores más lamentables en la actualidad: Woody Allen (To Rome With Love) y Tim Burton (Dark Shadows). En estos cuatro ejemplos, sin embargo, hay una buena noticia: la decadencia de la fórmula agotada es un síntoma de todo lo que está por venir, si gente de talentos en continua renovación y estéticas diversas siguen apuntalando el cine de hoy. Joss Whedon, por no ir más lejos, lo hizo dos veces: no solo como guionista al concebir una verdadera revolución en el slasher, con The Cabin in the Woods (Drew Goddard), comparable solo con la innovación al género que significó el trabajo temprano de Sam Raimi, sino sobre todo con la recuperación de la auténtica espectacularidad moralina del superheroismo en The Avengers. No quiero confundir el logro titánico de Whedon de volver apetecible a un grupo de supermanes (mitologema hasta hace poco menospreciado por los que insisten en que todo superhéroe debe ser Batman—véase, sobre todo, la transformación que ha sufrido paulatinamente Iron Man según se anuncia en el tráiler de su próxima entrega), con, precisamente, el magnífico cierre de la trilogía de Nolan. A pesar de que el contenido ideológico y el estudio de las causas de la violencia fue a menos en cada entrega de la saga del Caballero nocturno,  su “ascensión” este verano fue una valiente y necesaria variación del mito del héroe campbelleano (en cine: lucasiano), con la que el director dio un carpetazo a su reflexión sobre las diversas naturalezas del fascismo. Lo que más me sorprende, es que una cinta menor de superhéroes trabajara todos esos temas de Whedon y Nolan, de forma más efectiva aunque menos efectista: la sensacional Chronicle (Josh Trank).
Con cintas como estas, el cine ha logrado en poco tiempo transformar el registro del realismo, haciéndolo cada vez menos imitación de la realidad, y proponiéndolo más como imitación de los otros modelos y lenguajes artísticos que alguna vez capturaron la realidad. Por eso, una película que pasó tan sin pena ni gloria como Haywire (Steven Soderbergh), me entusiasma tanto como otras obras maestras mayor fortaleza y exquisitez narrativa—por ejemplo, Shame (Steve McQueen) o The Master (Paul Thomas Anderson). Porque en la de Soderbergh se discuten los elementos formativos de una narrativa de violencia que reflexiona sobre la pulcritud de las escenas de acción como verdaderas piezas coreográficas. La emoción no existe en la posibilidad del crimen, sino en la de su representación escénica. Quizá esto me entusiasma porque soy mexicano y mi país vive y persiste en la obsesión por definirse en la estética de su violencia de todos los días. O quizá no. De eso no se trata la adaptación al cine de Savages, si no, de nuevo, de relativizar la complejidad de la realidad sin alterarla, solo mostrándola desde su propio reflejo mostrenco y carnavalesco.
Finalmente, la ya muy habitual recuperación exagerada del cine de género y de bajo coste, produjo un puñado de cintas memorables para los que consideramos que el ridículo ético de estética pantagruélica es el único arte posible. Sin haber visto aun Django Unchained, que adivino impresionante, la sombra de Tarantino se extendió por todo lo largo y ancho de 2012 con películas como The Man With The Iron Fists o Sushi Girl; aunque quizá las películas de género desmarcadas de esa influencia, como Looper o Eddie, fueron más interesantes.

Van aquí, sin ningún orden de preferencia, las 16 cintas que elijo.

1.         Shame (Steve McQueen, 2011)
2.         Haywire (Steven Soderbergh, 2011)
3.         Killer Joe (William Friedkin, 2011)
4.         The Cabin in the Woods (Drew Goddard, 2011)
5.         The Avengers (Joss Whedon)
6.         The Dark Knight Rises (Christopher Nolan)
7.         Sushi Girl (Kern Saxton)
8.        Chronicle (Josh Trank)
9.         Ted (Seth MacFarlane)
10.       Savages (Oliver Stone)
11.       Looper (Rian Johnson)
12.       The Man with The Iron Fists (RZA)
13.       Sleepwalk with Me (Mike Birbiglia)
14.       The Master (Paul Thomas Anderson)
15.       Eddie: The Sleepwalking Cannibal (Boris Rodriguez)

Mención de fanático: El Santos VS la Tetona Mendoza (Alejandro Lozano & Andrés Couturier)


Volver a mi revisión del año (Dirty Dozen).

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