William Gaddis (1922-1998) es, sin ninguna duda, el novelista norteamericano más influyente e importante de la segunda mitad del siglo XX. Sus cinco novelas abordan la influencia del capitalismo y el dinero en la sociedad moderna desde una perspectiva satírica no exenta de humor negro y un deslumbrante lirismo. Son narraciones oblicuas, elípticas, excesivas, plagadas de personajes grotescos y de diálogos y monólogos delirantes. Se trata de novelas, en suma, que no aspiran a la verdad, esa fábula consoladora, sino a alegorizar el sinsentido del mundo sin moralizar demasiado. Como novelista, Gaddis se sitúa más allá del bien y del mal, y sus libros buscan, como se dice aquí, “erosionar valores absolutos planteando preguntas sin ofrecer ninguna respuesta”.
Gótico carpintero (Carpenter´s Gothic; Sexto Piso, Madrid, 2012) es su tercera novela, publicada en 1985, y la única inédita en español. Es una novela al mismo tiempo filosófica, lírica y cómica, lo que produce un extraño efecto de lectura, como el artificioso estilo arquitectónico, citado en el título, en que está construida la casa donde ocurre toda la acción, como en una set-piece cinematográfica. La trama se organiza de modo obsesivo y recurrente en torno a esa casa y al carnavalesco cuarteto de personajes que la habitan o la visitan: Elisabeth Booth, pelirroja heredera de un magnate corrupto y suicida, aspirante a novelista y dotada de una perversa atracción de clase por los individuos inferiores como su marido Paul Booth, antiguo empleado de su padre y representante de un predicador fundamentalista; Billy Vorakers, hermano budista de Liz; y McCandless, el dueño de la casa alquilada por los Booth, un misterioso ex agente de la CIA que parecería salido de una pesadilla cómica de Hawthorne o Melville si no fuera un producto genuino de la factoría Gaddis.
Es admirable cómo puede contarse una historia tan compleja usando solo diálogos entrecortados y acotaciones mínimas y descripciones fulgurantes de la naturaleza, las acciones o las cosas. Una técnica que tiene mucho de la fuerza plástica de las imágenes cinematográficas y la elocuencia de los diálogos teatrales, pero es novela. El arte de la novela en su plenitud. William Gaddis fue uno de sus geniales practicantes en el siglo XX. El escritor que la literatura norteamericana necesitaba para superar la influencia de Faulkner.