Fuck the power!
Julian Assange, Gran Maestre de la Logia del Wikilingus
(Traducción castiza (ver vídeo de Bisbal) : “¡Aquí te pillo, aquí te mato!”.)
#1. No he visto aún la película (y estoy seguro de que no me va a gustar, aunque pueda reírme con algunos chistes). Sólo conozco las noticias de su increíble éxito, el tráiler musical, algunas declaraciones de un signo y de otro. Me parece un golpe de estado popular en toda regla. La imposición espectacular de un ello (sí, han oído bien: “ello”) excluido durante décadas. El ELLO (sí) español. Carpetovetónico, celtibérico, populachero, barriobajero, cerril. Redivivo y revivido con fuerza, como en las celebraciones del Mundial, donde se palpaba entre el griterío la toxicidad del ambiente. No importan demasiado las etiquetas con que se intenta descalificarlo. En una situación de máximo descrédito político (de los políticos y los partidos políticos), de devastación económica, de depresión social y tristeza colectiva, es una explosión carnavalesca de populismo y vulgaridad. De jubilosa vitalidad plebeya. Un insulto en las narices a todo lo (tenido por) sublime, elevado o exquisito. Una patada en la entrepierna del sistema. Si fuera político, tomaría nota. Si fuera cineasta, tomaría nota. Si fuera escritor, tomaría nota (lo soy, la tomo). Si fuera [rellénese el orificio con el oficio o vocación que se quiera] tomaría nota… Salvo que no sepa escribir, o no tenga un cuaderno a mano, tomaría nota siempre, por lo que pueda pasar.
#2. La cosa pública no puede consistir sólo en un pastelón truculento y suculento que se reparten los sátrapas locales o regionales y los sátrapas nacionales e internacionales, de izquierda y de derecha, de viejas ideologías reconvertidas por imperativos de la historia en grandes simulaciones electorales y lucrativo negocio bajo cuerda. El sistema no puede ser sólo un simulacro de feria, sobre todo si su atractivo deja de funcionar. Torrente #4 es la prueba definitiva de que algo ha dejado de funcionar en la España® de las autonomías. O nunca lo ha hecho. De que en los últimos años se nos han caído, como suele decirse, "los palos del sombrajo" (cf. Nuevo Diccionario de Autoridades S. A.). Una narrativa que, por razones fáciles de explicar, funcionaba aún en 2005, por eso Torrente #3 no triunfó en taquilla, no había demanda de tal desafuero, de tal desatino, de semejante aquelarre, y ha dejado de hacerlo con todas las consecuencias, positivas y negativas, en 2011. Q.E.D.
#3. En el capítulo “La fiesta del asno” de La fiesta del asno (no es propaganda, lo juro) la totalidad de los ciudadanos de un villorrio vasco votan el día de las elecciones a un asno muerto dos días antes durante un siniestro acto de campaña. El candidato abertzale Gorka K., para hacer propaganda de la causa e impresionar la conciencia cristiana de sus habitantes, lo montó sin piedad por las calles hasta desfondarlo. El relincho del asno al expirar se le metió al pueblo en el alma. El día de las elecciones su voto fue unánime. Ninguna formación política recibió sus votos. El animal muerto los recibió todos. Una metáfora difícil de digerir. Ahora está pasando lo mismo, mutatis mutandis, en la realidad de las pantallas, con el último avatar de la tetralogía torrentiana. Por algo será. El derrelicto, el desahuciado, el asocial, el inadaptado, el cínico, el canalla, el perro, el abyecto, el impresentable, es, de todas todas, el preferido del pueblo. El antihéroe folk más popular e idolatrado por la tribu. Un Ubú made in Spain coronado como monarca grotesco en la plaza pública por una masa enfervorecida con sus gestos de rufián patibulario y sus excesos bufonescos. Como antes lo fue el Lazarillo, sí, y, con él, la legión de pícaros y pícaras que, afrontando grandes crisis de valores (económicos y también de los otros), siguieron su (pernicioso) ejemplo. Entre la picaresca y el esperpento, con la sombra de la caballería en el horizonte como un superyó fallido, ése es nuestro sino también en el siglo XXI, ¿podía ser de otro modo? Nuestro apego provinciano a la realidad, nuestro maldito apego a la realidad, nos juega estas malas pasadas…
#4. No me digan ahora los críticos vocingleros de siempre, voces de amos anónimos y otros no tanto, que la película es chusca, vulgar, soez, ordinaria, canallesca, obscena, abyecta, fascista, etc. Torrente #4 es un insulto grosero, una broma de mal gusto, un patadón cobarde en la entrepierna de los valores y creencias de la clase media, ¿y qué? Es un golpe de estado estético (y cultural y moral y de clases, sí, de lucha de clases, ¿se acuerdan?) contra toda forma de corrección, sin duda, y de gusto establecido. Un asalto a mano armada en la cámara acorazada (y vetusta) de la cultura española contemporánea. Torrente vomita ráfagas de detritus, se caga y se mea sin contemplaciones encima de todas las cursilerías biempensantes que esos críticos escandalizados (y muchos espectadores afines) suelen bendecir cada fin de semana porque ratifican su estimulante punto de vista sobre las cosas, el olor de las cosas y el estado (pútrido) de conservación de las cosas. De todas las sublimes imposturas ante las que se arrodillan a rezar en nombre de los viejos valores trasnochados que rigen sus vidas y opiniones (y las de los que las alimentan con la dieta cultural más sana y equilibrada). La imagen de la podredumbre es clara. Un revolcón digital. En 3D para los más masocas de la tribu. Si se miran en el espejo y no se gustan, no culpen al espejo. Si se sienten violados, no llamen a la policía, como en aquella pésima película de Bigas Luna basada en la novela de no me acuerdo quién. Que cada cual saque sus conclusiones, pero que no me vengan con que todo esto es una operación comercial muy bien montada. Un éxito publicitario. Ojalá fuera así. Ojalá fuera sólo e$o...
#5. Mr. T, como un energúmeno libidinal digno de Robert Crumb o de Alfred Jarry, pero más bestia y rastrero, sodomiza todo aquello que la sociedad española contemporánea dice considerar valioso y salvable: la corrección política, la tibieza ideológica, la elegancia social y verbal, la impostura formal, el amaneramiento mundano, la cultureta del finde, el (apolillado) señorío merengón y el (falso) progrerío culé (y es que Mr. T es colchonero, no se olvide, como todos los perdedores de la meseta), el talante, sí, también el talante recibe su merecido, qué se le va a hacer, nadie es perfecto, y la literatura dominical, la hipocresía moral, el cinismo de los poderosos, la decencia pobre, la demagogia educativa, la corrupción institucionalizada, etc. Y, por si fuera poco, desnuda sin vergüenza la cutrez imposible y las miserias del famoseo mediático español, el merdelloneo deluxe, que queda con las nalgas expuestas al aire serrano. [Véase el impagable vídeo de nuevo.] De verdad, ¿hay quien dé más? ¡Sálvame, sálvame!, se oye gritar a algunos timoratos en la sala, sin reparar en la ironía conceptual de la demanda. Te salva lo que te condena, hermano, como recuerda el filósofo mostrenco con displicencia...
#6. Un primer plano de Mr. T lo dice todo, aunque haya que adivinar su intención real en el bizqueo polimorfo de la mirada y el estrujón genital simultáneo. He aquí un ejemplo del bucle psiquiátrico en que vive atrapado desde la infancia el primitivo cerebro de este homúnculo de Atapuerca: Dígame, amigo Torrente, cada vez que oye cantar a Katy Perry le entran ganas de: 1/ ¿estrangularla?; 2/ ¿follársela a cuatro patas?; 3/ ¿casarse con ella?; 4/ ¿llamar a su madre para preguntarle qué hacer con la chica aunque lleve muerta muchos años (su madre)?; 5/ ¿ninguna de las cuatro anteriores?; 6/ ¿masturbarse tantas veces como sea necesario?; 7/ ¿leer a Žižek en voz alta?; 8/ ¿atarla a la cama y amordazarla con una media?; 9/ ¿hacerse gay militante?; y 10/ ¿todo a la vez?... La respuesta correcta, si es que existe una sola y no faltan opciones a escoger, esconde una gran-gran verdad sobre la cultura de masas. Sobre la cultura. Sobre las masas. Sobre, ejem, ya saben, Katy Perry...
#7. Entre tanto, en una galaxia muy-muy lejana, en un barrio privilegiado de mansiones señoriales, acabo de ver a una call-girl del siglo XXI (todo en su provocativo atuendo es de diseño astronáutico, cotiza en bolsa y cobra un alto interés por cada consulta profesional) entrando con ostentosa insolencia en un caserón del siglo XIX. ¿No es ésta una imagen lo bastante elocuente de la situación?...
#8. De lo que no se puede hablar, más vale callarlo.
#9. La revolución es inminente.
No me gusta ese tipo de humor,de verdad,de ese tipo a lo Martes y trece,Los morancos,el chiquito de la calzada,lo cruz y raya.Tampoco me gusta los chistes.Es cuando se está en una reunión y ya nadie se atreve a decir que se acabó la fiesta y se empieza a contar chistes,miles de chistes del Lepe.Pero me fascina el humor.El humor es una invención humana,estuvo aquí y está a punto de desaparecer.No son palabras mías sino de Octavio Paz hablando de Cervantes,quizá,el que inventó el humor moderno en donde todo se cuestiona.El humor en el cine español es para mí Rafael Azcona,Berlanga,el humor intelegente.Nuestros mejores humoristas estan hoy en la viñetas de los periódicos.El humor está en la mítica revista La codorniz y Hermano Lobo;Chumi Chumez,Forges,etc.
ResponderEliminarUn abrazo.
Está genial el comentario. Aunque ver (o vislumbrar) lo que hay de UBÚ en Torrente vuelve a poner las cosas en su sitio cultureta, en la cultura elitista y por lo tanto ayudar a que los burlados puedan colocarse con la mejor conciencia de nuevo del lado del éxito, de lo que da pasta.
ResponderEliminarSí, sin duda, Liu, ni más ni menos que las capillas bretonianas cuando encumbraron a Jarry y su ogro macbethiano. Todos los hombres (y las mujeres, no se olvide) de la cultura somos adictos al masoquismo, y a los dobles sentidos, aún más a éstos, creo yo, a las risotadas del espíritu (nada que ver, desde luego, Francisco, con ramplonerías pequeñoburguesas y perfectamente inofensivas como las de Tuesday 13th)...
ResponderEliminarLo que no sé puede negar es que Torrente es un ídolo para una mayoría de cerebros patrios. Y este tipo de “cine”, un fiel barómetro de lo que es este país en el más rabioso hoy. Es un paso (o cien pasos) más allá del landismo que tanto degustaron otras generaciones. Porque por lo visto siempre hay que hacer un plus ultra de todo y en todo.
ResponderEliminarLo meramente intelectual sigue siendo sinónimo de tosta, tocho y marciano; no nos engañemos. Y Segura, lo tiene fácil. Sí la piel de toro fue el adalid del surrealismo, del hedonismo y del dolce far niente importado, - un país “diferente” e “interesante” a los ojos extranjeros- también es un filón para la cutrez. Y en esa charca “torrencial” se suman todos; multicolores, multidoctos y polinecios.Y la gravedad del problema radica en que no desentona. Solo hay que ver el 90% de la programación de las cadenas televisivas o de las emisoras de radio o periódicos. Visionar “coloquios” político-sociales o programas de opinión deportiva. Todo es una sucesión de aberraciones mentales, groserías y risotadas fáciles arropadas en la estulticia. El presunto talento, la innovación, el humor real, se transforma y gira en el insulto y la vejación continuada de una sociedad negra que resucita (si alguna vez murió) y crece entre el botellón panmongolico y el perdedor rebelde que ni siquiera ha hecho nada para perder, ni tiene ideario para poder rebelarse.
Bajo el palio de un ascendente nacional-catolicismo fermentado, un sistema económico degenerado y unos mandatarios contumazmente cleptómanos, (esto aquí como en otros lares) no podemos esperar otra cosa. El arquetipo Torrente es el paladín y lo que divierte; en el fondo es eso, el reciente tótem a quien adorar y parecerse. Es la flaca y zafia transgresión del vulgo despojado de la dignidad. El novedoso “ingenio” y el ocio en el cual vivimos.
Quizás no deberíamos estar tan sorprendidos.
Saludos.
La revolución es inminente. Más o menos estoy de acuerdo. Lo que no sé es si eso será bueno o malo.
ResponderEliminarConde: amén a todo lo que dices, yo no lo diría mejor...
ResponderEliminarBorde: tampoco lo tengo claro, inminente no implica deseable, es una proposición cargada de ironía temporal, si lo prefieres...
NO iría a ver Torrente (en todas sus modalidades) ni aunque me pagaran por ello. Me parece el mal gusto personificado, aún peor, la pobreza del arte, si es que es arte.Pero es español, eso sí, ya sabemos cómo se las gasta el español de clase barriobajera.
ResponderEliminarSimpático es que hasta el último tramo de tu comentario había querido decirte otra cosa: sí, esto no es un montaje. La revolución es inminente, toca a la puerta. ¿Habrá que dejarla pasar?
ResponderEliminarSí, Malvisto, mi texto tiene sus abismos y también sus trucos y trampas, era inevitable tu reacción, ahora matizada. Yo creo que no hay nada que hacer, no llama a la puerta, la está echando abajo, directamente...
ResponderEliminarAmigo artaraz, lejos de mí hacerle propaganda a Mr. T, creo que alegorizo y al hacerlo hablo de otra cosa, es de eso de lo que hay que hablar, ¿no cree? Es importante, para no caer en la banalidad del discurso cultureta que no se entera de lo que pasa a su alrededor. Si me quitan la alfombra de debajo de los pies no quiero ser el último en enterarme (iba a escribir: enterrarme)...
Y, sin embargo, y sin embargo, me están denunciando todo el tiempo a Google, desde Burlada-Navarra, que ya os tengo pillados, o desde cualquier otro sitio, los islamismas o cualquier otro demente radical, sí, lo hacen, y Google Mountain View viene dos días a ver si en este blog se publica algo digno de censura (y alucinan por un tubo, nunca mejor dicho, porque no ven nada censurable y por eso este blog puede seguir su andadura sin problemas a pesar de la necia insistencia de sus enemigos). Qué vergüenza que hayamos construido todos un mundo y unos medios en los que, por culpa de los cretinos y los resentidos de siempre, la censura más ridícula vuelva a campar por sus fueros. Qué asco y qué risa al mismo tiempo, qué mundo nos ha tocado, lo dicho...
Hola amigo, he puesto un enlace a este blog. Aquí:(abajo del todo)
ResponderEliminarA cambio deseo publicar aquellos articulos que me sean afines. Gracias por existir.
http://ulpilex.es/Vitruvius/
Genial, aquí en Obamaland son las 8 am. Como siempre quiso decir Harold Francis Callahan, ese trágico torrente de la bahía de San Francisco, "you just went ahead and made my day"
ResponderEliminarTorrente-Segura sería un candidato ideal para una nueva versión de "la historia de los hombres infames" de Foucault: usar todo el potencial creativo de eso que se llamaba séptimo arte para expresar todos los estereotipos posibles sobre la cultura popular pseudo-urbana nacional lo hace digno de compartir escenario con Pierre Riviére y Herculine Barbin.
Tengo que confesar que como soy de pueblo prefiero el universo de los "los morancos" o alguno de los locos que el quintero sacaba a pasear por los platos de televisión de ese canal autonómico antes propiedad de don Manuel Chaves y ahora de un tal José Antonio Griñán: Juan Luis "el sabio de Tarifa", Manolito ‘el pozi"
Antonio Ledesma.
Hola Juan Francisco! llegué a vos, en esta ocasión, porque estaba googleando mountain view, porque alguien está casi todos los días leyendo mucho en mi blog y no sé quién es, y justo encontré tu comentario. Vos decís que están revisando por denuncias? Quienes son?
ResponderEliminarOjalá me puedas responder. Un abrazo