“[MEFISTÓFELES:] Dicen batirse por la libertad, y, bien considerado, es una lucha de esclavos contra esclavos”.
GOETHE, Fausto (2ª Parte)
En este tiempo aberrante en que nos hemos conocido sólo se reverencia, por desgracia, a los impostores formales, como el dinero o la arquitectura. Nadie se acuerda del alma, ese viejo dispositivo de conocimiento y reconocimiento, y todos sus accesorios culturales y morales labrados a lo largo de siglos por distintas civilizaciones. Que yo, de entre todas las criaturas de este bajo mundo, tenga que proclamar esta verdad esencial. Parece mentira. Así va el mundo, hacia su destrucción manifiesta, que no será, pobres poetas, pésimos inventores, un Apocalipsis espectacular, una gran fiesta con fuegos artificiales místicos y revelaciones trascendentales en un cielo digitalizado, sino una caída completa en la banalidad, un ocaso de la grandeza, un hundimiento total de la vida en su sentido moral y un eclipse de la inteligencia en las simas de la trivialidad más absoluta y absorbente, como un programa de televisión eterno, ¿se imagina el cuadro?...
PVD, p. 69.
No había mucho que explicar, en realidad. Bastaba, como hizo Ryan sin esfuerzo, con levantar la piedra del sepulcro contiguo, de traza inmemorial, desplazar dos losas atravesadas y una gruesa lápida para descubrir una negra abertura y, con ella, el camino hacia la verdad. Descender al fondo de la tumba, escalón tras escalón, soportando el hedor nauseabundo que procedía de las entrañas de la cripta, era una forma de pensar en el fraude que la verdad constituía para todos los que todavía creían en ella como si preexistiera, en algún nivel superior, a los actos de poder que la imponían sobre el mundo.
PVD, p. 423.
La vida es una ficción extraña. Y como tal podría bastarnos, es cierto, si otras peligrosas ficciones no estuvieran parasitándola desde el principio con su insidioso atractivo. Las ficciones innatas y las mitologías de la especie, como decía Jack en su inimitable estilo, son los instrumentos usados por la gran máquina para acrecentar su poder sobre la mente humana. Éste era, en el fondo, el sentido de todos los videojuegos, y, por supuesto, el designio del cine desde su invención, crear una mitología artificial que actuara como alma de la tecnología…
PVD, pp. 501-502.
Imagino el cuadro, lo imagino...
ResponderEliminarSaludos!
Sinceramente, espero que esté usted equivocado señor Ferré. Aunque todos los signos apuntan a esa caída completa en la banalidad. Terrible, terrible.
ResponderEliminarJesús: ese cuadro es tuyo, no cabe duda, no tardes en hacerlo...
ResponderEliminarCasa de atrás: no son mis palabras, no es mi profecía, lo que no quiere decir que no pueda compartirlas, como hace usted...
Por hilarlo de alguna forma diré que tiene que ver con el alma de la tecnología (qué no lo tiene hoy), y pregunto: ¿Qué es "Mimesis y simulacro"? ¿Ficción, ensayos? ¿Un incunable electrónico?
ResponderEliminar¿Para cuándo "Providence 2: The Return of the Real"?
--CW
Por fin alguien que hila el sentido de este post, uno de los más controvertidos de la historia de este blog. Gracias!...
ResponderEliminarEn cuanto a tus otras preguntas: Mimesis y simulacro es un libro de ensayos algo más académico en algunas partes sobre la evolución del concepto de Mimesis o representación artística de la realidad. Por perversidad comienza con el Marqués de Sade y concluye con David Foster Wallace, pero por en medio circulan obras del realismo canónico del diecinueve, teorías narrativas como las de Ortega, Don Delillo, etc. La pretensión es mostrar que toda mimesis es ya un simulacro, y que la posmodernidad no hizo sino subrayar algo que estaba ahí desde el principio, como Platón supo muy bien y se negó a reconocer...
Muy bueno el título para PVD 2. Me lo apunto...