[Como todos los años
desde sus inicios, por estas fechas el blog se transforma en foro de discusión
cinéfila entre mis gustos, expuestos en primer lugar, y, justo después, los de
un puñado de amigos cinéfagos,
con opiniones a menudo divergentes: Manuel Arias Maldonado, José Ángel
Barrueco, Noel Ceballos, Txema Martín, Vicente Molina Foix, José Ramón Ortiz, Pepo Pérez
(en riguroso orden alfabético).]
JUAN FRANCISCO FERRÉAsí
es. 2021 fue el año del Doctor Strangelove en mi vida. El año en que me compré
una gran televisión inteligente (más que yo, al menos) que me proporciona en
todo momento la droga audiovisual que necesito para sentirme bien en un mundo
que no va bien. Así fue, de la noche a la mañana, como dejé de preocuparme por
nada y me liberé del prejuicio de estar suscrito a grandes plataformas como
Netflix y similares.
Los
peores síntomas cinematográficos del año
de la peste (bis) los resumo en varios apuntes rápidos, sin muchas ganas de
reflexionar sobre ellos (no tengo tiempo de hacerlo, por otra parte, si quiero
estar al día de todos los excitantes contenidos que me ofrecen mis nuevas amigas digitales):
*El cine más creativo y
valiente choca con la indiferencia del público minoritario. El cine original lo
tiene cada vez más difícil en salas, a falta de un público exigente, y su
tránsito a las plataformas suele pagarse en formateo estético y renuncia
artística.
*Las nuevas generaciones
del milenio, haciendo ostentación de un conformismo alarmante (qué gran fracaso
educativo), se entregan en masa al último subproducto de la factoría Marvel (Spiderman: No Way Home), mientras
desdeñan, con arrogancia digna de mejor causa, cualquier obra arriesgada que
las saque de sus coordenadas triviales.
*Los adultos, en
cambio, resignados a su destino doméstico, se consuelan con la dieta televisiva
y cinematográfica de las grandes plataformas y la oferta mediocre de algunos
canales generalistas.
*El fracaso en taquilla
de Titane evidencia la falta de
curiosidad intelectual y la impostura ética de las minorías culturales de este
país. Sin estética acorde, no hay ética que se sostenga, excepto bajo la
máscara de la ideología más ramplona.
*Entre tanto, al otro
lado del espejo, en la China de Xi Jinping, el fervor patriótico conduce a las
masas a bendecir en taquilla con cifras multimillonarias a un engendro de
propaganda nacionalista de la envergadura de La batalla en el lago Changjin.
Mi
decena (+ 1) de películas de 2021 se compone de obras únicas, excepcionales por
muchos motivos, que proyectan sobre la pantalla un mapa cognitivo del mundo
contemporáneo. En la lista subsidiaria, la de las películas descartadas,
enumero aquellas que me interesaron, intrigaron o divirtieron sin convencerme
del todo de su necesidad. Parafraseando al gran Georges Bataille: ¿Cómo perder el tiempo con películas a las que el autor no se ha visto obligado?...
TITANE (Julia Ducournau)
Dirigida
por una mujer (importa mucho el sexo en este caso) que no necesita arrogarse su
condición de tal para crear la película más audaz y provocativa del año y de la
década, auguro. Desde los tiempos de Inseparables
y Crash, de David Cronenberg, no se veía
nada tan atrevido en una pantalla. Impresionante, revulsiva, excéntrica. Carne,
metal y mitología fundidas en una aleación concebida contra los tópicos contemporáneos
del género y el transgénero. El guiño final a 2001 de Kubrick, con el nuevo padre abrazando al nuevo hijo híbrido
ante el cadáver de la madre, funciona como una metáfora del futuro. Más allá, o
acá, de lo poshumano.
DRIVE MY CAR/LA RULETA
DE LA FORTUNA Y LA FANTASÍA (Ryūsuke Hamaguchi)
Agudo
análisis del Japón hipermoderno realizado conjugando la dirección y el trabajo
de los actores y actrices con un montaje prodigioso y un hipnótico manejo del
tiempo narrativo. Hamaguchi filma el mundo contemporáneo con sutileza y
refinamiento musicales y desnuda el alma de sus personajes (masculinos y
femeninos) con la sobria maestría de un Bergman, un Rohmer, un Antonioni o un
Cassavetes, su reconocido maestro.
EL CONTADOR DE CARTAS (Paul Schrader)
En
el vigésimo aniversario del 11-S, Schrader escenifica, a través de un verdugo reconvertido
por azar en víctima, la expiación de todos los crímenes impunes cometidos en
Irak y en otras partes del mundo en nombre de líderes abyectos. Se acabó el
duelo de los tibios y los fariseos.
BENEDETTA (Paul Verhoeven)
Su
propuesta es, como Titane, insolente
y descarada, una afrenta total al ideario de la derecha (por su irreverencia) y
la izquierda (por su incorrección). Tan blasfema como El concilio de amor de Oskar Panizza y tan ofensiva para cualquier
credo dogmático (reaccionario o progresista) como la Viridiana del gran Luis Buñuel.
OTRA RONDA (Thomas Vinterberg)
La
película nórdica del año no podía ser otra cosa que la celebración etílica de
la libertad, la vitalidad y la insumisión. La secuencia final (este número musical de alegría dionisíaca)
es el himno vitalista de la Europa pospandémica.
NO MIRES ARRIBA (Adam McKay)
Una
sátira impertinente y corrosiva de la estupidez contemporánea. No se salva
nadie. Dista de ser una obra maestra cinematográfica, ni lo pretende, pero su
humor negro es muy saludable y tonificante en estos depresivos tiempos. Si un
cometa descontrolado (una amenaza extraterrestre, al fin y al cabo) organiza
semejante confusión, imaginemos por un momento lo que habrá pasado con el coronavirus de
nuestra desgracia…
SOLO LAS BESTIAS (Dominik Moll)
Un
extraño policíaco, construido como un fascinante caleidoscopio narrativo, que diseña un
complejo paisaje europeo y global, internet mediante, en clave de violencia, desigualdad,
explotación, orfandad y deseos inconfesables.
NUEVO ORDEN (Michel Franco)
Viendo
la convulsa situación latinoamericana, una película polémica, controvertida, cruda,
ambigua y violenta es más pertinente que tanto cine políticamente correcto,
bienintencionado, tercermundista o simplemente demagógico.
MANDÍBULAS (Quentin Dupieux)
La
comedia surrealista del año ni siquiera es una comedia. La vida es tan absurda
que todo, hasta lo más incongruente y disparatado, tiende a la domesticación,
la aceptación y la normalidad. Una cómica alegoría de nuestro tiempo
desquiciado.
ANNETTE (Leos Carax)
A
pesar de la banalidad del libreto, la inventiva visual y el talento de Carax para
la mise-en-scène vencen todas las
objeciones y lo salvan de caer en los errores y la cursilería de Los amantes del Pont-Neuf.
+ THE MATRIX
RESURRECTIONS
(Lana Wachowski)
El
bucle del bucle del bucle (del escepticismo) de la era digital.
*Notables descartes (sin orden de
preferencia): The Empty Man, Surge, Quo Vadis, Aida?, El escuadrón
suicida, First Cow, Una joven prometedora, El poder del perro, El ejército de
los muertos, She Dies Tomorrow, The Assistant, The Nest, La Gomera, Las chicas
de Manson, Zola, La mujer del espía, Dune, Sin tiempo para morir, Fue la mano
de Dios, Zeroes and Ones.
*Grandes descubrimientos
del año:
-Tetsuya
Nakashima, cine avant-pop elevado a
la más alta potencia estética, tan brutal como sublime: Kamikaze Girls, Conociendo a Matsuko, Confessions, El mundo de Kanako,
It Comes.
-Ryūsuke
Hamaguchi: Asako I & II, Happy Hour.
*Series o miniseries del año (sin orden de
preferencia): Small Axe, Servant (1 &
2), Misa de medianoche, Dickinson (1 & 2), La bruja escarlata y Visión,
Gambito de Dama, Dexter (New Blood), El juego del calamar, Brave New World, Fundación,
Yellowjackets.
MANUEL ARIAS MALDONADO
Señalo
a continuación, sin orden de preferencia, aquellas que a mi juicio son las 10
películas más destacadas del año 2021, entendiendo por tales aquellas que he
visto en algún cine español o extranjero (o plataforma de estreno) a lo largo
del año. Hay algunas, como First Cow, que incluí en la lista del año
pasado; la adición más reciente es The Card Counter, que se estrenó al
límite el 31 de diciembre; y aun otra, como Solo las bestias, llegó a
las salas españolas este año pese a ser una producción de 2019. Apenas veo
series televisivas y por eso no incluyo ninguna.
THE
CARD COUNTER: 45 años después de Taxi Driver, la fórmula magistral de
Paul Schrader sigue funcionando en este drama que se adentra en la vida y la
psique de un jugador profesional de póker que vive bajo la sombra de su
participación en las torturas de Abu Ghraib; si no me equivoco, es la tercera
vez que Schrader termina un film parafraseando la escena final de Pickpocket.
LA
MUJER DEL ESPÍA: Sofisticado melodrama bélico de Kiyoshi Kurosawa que encierra
una misteriosa reflexión sobre la naturaleza del propio cine y la veracidad de
las imágenes, además de ponderar los brutales excesos del imperialismo nipón de
la primera mitad del siglo.
BERGMAN'S
ISLAND: Mal recibida en el festival de Cannes, la última película de Mia
Hansen-Love es una lúdica y a la vez compleja reflexión sobre la angustia de la
influencia, en la persona de una directora de cine que está casada con un director
de cine y pasa una temporada junto a él en la bergmaniana isla de Faro; su
planteamiento y conclusiones caen del lado antirromántico de manera saludable.
WEST
SIDE STORY: La arriesgada propuesta de Spielberg, llevando a la pantalla la
obra de Broadway a la sombra del mito creado por el film de 1961, resulta
exitosa gracias a una dinámica puesta en escena cuya desacomplejada exuberancia
hace olvidar las limitaciones de su bienintencionado mensaje político.
EL
PODER DEL PERRO: Jane Campion ha hecho un tenso western de cámara donde las
emociones de los personajes, plagados de conflictos íntimos en un entorno
aislado, no se manifiestan a través de disparos sino de miradas y donde la
naturaleza del relato se revela al comienzo pero solo se desvela al final.
SOLO
LAS BESTIAS: Intenso polar rural, firmado por Dominik Moll, que juega
hábilmente con los distintos planos narrativos y temporales, construyendo una
fábula desasosegante acerca de la facilidad con que los seres humanos creemos
las mentiras que prometen redimir una existencia tediosa o vacía.
SPENCER:
Infravalorada fábula de Pablo Larraín sobre el malestar de Diana Spencer en su
rol de consorte heredera del príncipe Carlos, propulsada por una excelente
interpretación de Kristen Stewart y una formidable banda sonora de Jonny
Greenwood. Su magnífico final parece digno de Disney, pero es una amarga
escenificación del autoengaño.
PREPARATIVOS
PARA ESTAR JUNTOS UN PERIODO DE TIEMPO DESCONOCIDO: La directora húngara Lili
Horvat salta merecidamente al circuito internacional del cine de autor con este
intenso drama sobre una mujer obsesionada con un amante que dice no reconocerla;
un estudio de la obsesión que evoca el cine de Zulawski y triunfa gracias a la
creación de un personaje inquietante cuyos motivos y fiabilidad ignoramos hasta
el final.
ANNETTE:
En la entretenida controversia sobre el mérito artístico del inesperado musical
con que ha regresado Leos Carax, me sitúo del lado de los entusiastas, vale
decir, de quienes aplauden la imaginativa puesta en escena y el brillante score
de esta fábula posmoderna sobre los efectos devastadores de la celebridad.
LA
RULETA DE LA FORTUNA Y LA FANTASÍA: Primera de las películas de Ryusuke
Hamaguchi que estaban pendientes de estreno en nuestro país, esta indagación
sobre los recovecos de la identidad, la sexualidad y el azar se divide —algo
hoy desacostumbrado— en tres relatos separados entre sí, quen tan pronto
recuerdan a Eric Rohmer como al prolífico surcoreano Hong Sang-soo.
Son menciones
honorables COMPARTIMENTO Nº 6, singularísima train movie del finlandés
Juho Kuosmanen; THE VELVET UNDERGROUND, donde Todd Haynes logra fundirse con su
objeto de evocación, devolviéndonos
durante dos horas a un momento irrepetible de la cultura popular; QUERIDOS
CAMARADAS, drama político del veterano Andrei Konchalovsky sobre el gran
espejismo soviético; y LA MUJER QUE ESCAPÓ, elíptico relato de Hong Sang-soo
sobre aquello que de misterioso tienen las relaciones humanas y las vidas de
los demás. Por razones distintas, no me convencieron TITANE ni MEMORIA, pero
reconozco a la primera su capacidad para producir algunas imágenes memorables y
a la segunda su intensa densidad poética.
Finalmente, destaco
dos películas españolas por encima del resto: las audaces Quién lo impide (Jonás Trueba) y Destello bravío (Ainhoa Rodríguez); no he podido ver Espíritu
sagrado.
JOSÉ ÁNGEL BARRUECO
Una
vez más, unos cuantos volvemos
a elegir nuestras películas y series predilectas, una tarea que a mí se me
antoja ardua porque considero mis gustos muy abiertos. Siempre digo que, de
todo filme, yo extraigo provecho o beneficio, incluso de los bodrios. Quizá por
estas cuestiones mis listas admiten desde el blockbuster hasta el producto de
vanguardia, pasando por el típico largometraje de Oscar y por aquel que suele
aburrir al espectador de a pie. Suelo confeccionar este repertorio de favoritos
olvidándome de los prejuicios (un mal muy propio de críticos y cinéfilos). Como
es habitual, y supongo que nos sucede a todos, aún hay títulos que no me ha
dado tiempo a ver. Espero remediarlo en 2022.
Mis
películas de 2021:
1-Nomadland
(Chloé Zao)
2-The
Card Counter (Paul Schrader)
3-Titane
(Julia Ducournau)
4-È
stata la mano di Dio (Paolo Sorrentino)
5-Cry
Macho (Clint Eastwood)
6-El
buen patrón (Fernando León de Aranoa)
7-Willy’s
Wonderland (Kevin Lewis)
8-The
Power of the Dog (Jane Campion)
9-The
Last Duel (Ridley Scott)
10-Promising
Young Woman (Emerald Fennell)
11-Cruella
(Craig Gillespie)
12-Annette
(Leos Carax)
13-Pig
(Michael Sarnoski)
14-The
Map of Tiny Perfect Things (Ian Samuels)
15-Pieces
of a Woman (Kornél Mundruczó)
16-Dune
(Denis Villeneuve)
17-Palm
Springs (Max Barbakow)
18-No
Time to Die (Cary Joji Fukunaga)
19-Calm
with Horses (Nick Rowland)
20-The
Nest (Sean Durkin)
21-Little
Fish (Chad Hartigan)
22-Stillwater
(Tom McCarthy)
23-The
Empty Man (David Prior)
24-Lamb
(Valdimar Jóhannsson)
25-Don’t
Look Up (Adam McKay)
**
Mis
documentales de 2021:
In Search of Darkness Part II
**
Mis
series de 2021:
1-Gangs
of London
2-Small
Axe
3-The
Squid Game
4-The
Kominsky Method (Temp. 3)
5-Love,
Death + Robots (Temp. 2)
NOEL CEBALLOS
Un
año más, muchísimas gracias por invitarme a participar en esta lista. Te mando,
ahora sí, mi Top 15 del año (películas estrenadas en salas comerciales
españolas o plataformas durante 2021) + algunas menciones especiales.
- La
crónica francesa, de Wes Anderson
- Benedetta,
de Paul Verhoeven
- Jinetes
de la justicia, de Anders Thomas Jensen
- Más
allá de los dos minutos infinitos, de Junta Yamaguchi
- West
Side Story, de Steven Spielberg
- Espíritu
sagrado, de Chema García Ibarra
- Desata
la furia, de Guy Ritchie
- Petite
maman, de Céline Sciamma
- The
Velvet Underground, de Todd Haynes
- Maligno,
de James Wan
- Summer
of Soul, de Questlove
- Un
mal viaje, de Kitao Sakurai
- El
Escuadrón Suicida, de James Gunn
- Annette,
de Leos Carax
- Matrix
Resurrections, de Lana Wachowski
Mejor
novelización: Érase
una vez en Hollywood, de Quentin Tarantino. Una visión complementaria a su
obra maestra de 2019 que confirma la capacidad de fascinación que esos
personajes y ese microcosmos ejercen en mí.
Mejor
serie: I
Think You Should Leave, temporada 2. En Netflix.
Evento
más memorable: Los
ciclos de reposiciones que la distribuidora española Avalon dedicó a Wong
Kar-wai y David Lynch mantuvieron viva la llama del cine como experiencia
colectiva en un momento muy difícil.
Sesión
más extrema del año: Titane,
de Julia Ducournau, provocó en mí una reacción física que me obligó a abandonar
la sala. Aún no he podido terminar de verla.
TXEMA
MARTÍN1.
Una película de policías, de Alonso Ruizpalacios
2.
Titane, de Julia Ducournau
3.
Annette, de Leos Cárax
4.
Benedetta, de Paul Verhoeven
5. The Velvet
Underground, de Todd Hayness
6.
La crónica francesa, de Wes Anderson
7. The Father,
de Florian Zeller
8.
El contador de cartas, de Paul Schrader
9.
Spencer, de Pablo Larráin
10.
Madres paralelas, de Pedro Almodóvar
11.
Una joven prometedora, de Emerald Fennell
12.
Jinetes de la justicia, de Anders Thomas Jensen
13.
Nuevo orden, de Michel Franco
14. In Fabric,
de Peter Strickland
15. The Nest, de
Sean Durkin
16.
Otra ronda, de Thomas Vinterberg
17.
No mires arriba, de Adam McKay
18.
Shiva Baby, de Emma Seligman
19. Hierve, de
Philip Barantini
20.
Lost Boys, de Sadri Cetinkaya y Joonas Neuvonen
VICENTE MOLINA FOIX
1.
Spencer, de Pablo Larraín. No sé por qué nadie lo ha dicho, pero es evidente
que Spencer, que no tiene nada de novela rosa, es un remake aventajadísimo de
El resplandor de Kubrick, en el que el hotel Overlook se convierte en un
palacio real, y el crimen parece formar parte del sistema monárquico.
2.
El diablo entre las piernas, de Arturo Ripstein, o el gran maestro mexicano en
el máximo esplendor de lo grotesco y el teatro de la crueldad bien hablada. O
bien escrita: los diálogos de Paz Alicia Garciadiego vuelven a ser magistrales.
3.
La hija, de Manuel Martín Cuenca, o la apoteosis del fuera de campo fetal.
Descarnados paisajes, angustia encarnizada.
4.
Tre piani (Tres pisos) de Nanni Moretti.
Muchos añoran al comediantee Moretti, que tampoco en esta última película suya
comparece. Su vena dramática es tan propia, tan conmovedora, que vale la pena
sacrificar las risas en aras de una serena emoción.
5.
Madres paralelas, de Pedro Almodóvar. La unión de la vida privada y la
violación de la historia de un país en un ensamblaje tan brillante como
austero.
6.
La ruleta de la fortuna y la fantasía, de Ryûsuke Hamaguchi. El film de
sketches como revalorización japonesa de una vanguardia europea de los años
1970.
7.
El buen patrón, de Fernando León de Aranoa. Farsa político-laboral de gran
calado, con un reparto coral de altura y un inolvidable Javier Bardem de
maestro de ceremonias.
8.
El poder del perro, de Jane Campion. Ni los caballos de García Lorca fueron tan
queer como los de este western melancólico.
9.
Small Axe, capítulos 3, 4 y 5, de Steve McQueen. Una odisea negra con música.
10.
First Cow, de Kelly Reichardt: la llegada tardía a las pantallas españolas de
una cineasta de culto.
JOSERRA ORTIZ
2021
fue el segundo año de la pandemia mundial causada por la Covid19 y sus
mutaciones. A pesar de las vacunas, la “nueva normalidad” nos ha hecho
sobrevivir en mucha soledad y encierro. En todo el año, solo fui tres veces al
cine, solo para aburrirme tremendamente en dos ocasiones seguidas (Spider
Man: No Way Home, y The Matrix Resurretictions): la interminable
cuarentena se llevó mi apreciación de la nostalgia. En casa adapté una
habitación vacía solo para ver televisión en las varias plataformas a las que
ahora estoy suscrito. Vi muy buen cine y muy buenas series, especiales de stand
up y shows unitarios. Este año fue difícil limitarme a solo veinte títulos,
pero no quería hacer una lista muy larga. Aquí la anoto, advirtiendo que,
aunque los disfrute mucho, se quedaron como finalistas los siguientes: The
Beatles Get Back (mucho más largo de lo necesario); Dune (más
aburrida de lo que esperaba, aunque mejor que la primera adaptación); Hellbound
(ya todo lo coreano es lo mismo); Invincible y The Boys (podrían
aprovechar que su audiencia es adulta para ser tan brutales como los comics
originales); Kevin Can F**k Himself (muchos altibajos narrativos); Succession
(cada vez parece más telenovela); y Barb & Star Go to Vista del Mar
(le tenía mucha fe, pero como dirían en inglés, They try too hard y no es para
nada divertida)
- Bergman Island
(Mia Hansen-Love). Una película sobre el arte, la influencia y la
existencia desde el cine. Es una reflexión profunda sobre el arte y la
existencia a partir de este. Excelentemente filmada, con una fotografía
impecable. En parte, un tributo al séptimo arte y su naturaleza humana.
- Bo Burnham: Inside
(Bo Burnham).
Uno de los mejores especiales de comedia que he visto en años (junto con
Comedy for Drummers, de Fred Armisen); inteligente, voraz, intuitivo,
introspectivo, y todo hecho por el propio Burnham sumido en la depresión
pandémica. No sé si ya pasó de moda esto del stand up, pero
definitivamente aquí tenemos a uno de los mejores exponentes del siglo.
- Don’t Look Up (Adam
McKay).
Divertidísima comedia negra y, tal vez, el último comentario al fanatismo
ignorante norteamericano que se exacerbó con la era Trump.
- El baile de los 41
(David Pablos).
Pocas películas mexicanas se hacen con la meticulosidad y tino afinado
como esta recreación histórica de una anécdota sobre la comunidad
homosexual de clase alta durante el porfiriato, que hoy ya no es un
chiste, sino un drama acorde con la conciencia del siglo XXI.
- I Think You Should
Leave with Tim Robinson (Zach Kanin & Tim Robinson). Comedia de
sketches absurdos que no buscan el comentario social, pero en su hilarante
y exagerada realidad apuntan en el ridículo las peores conductas
contemporáneas. Lo mejor en comedia que he visto en años.
- Judas and the
Black Messiah (Shaka King). Muy cuidadosa revisión no solo de un
momento y un par de personajes específicos del movimiento de las Panteras
Negras, pero sobre todo un inteligente y urgente discurso sobre la
violencia estructural del racismo y sus actores, no importa el lado en que
se encuentren.
- Mad God (Phl
Tippet).
Tal vez la película más difícil de describir de esta lista, es una cinta
que tardó 30 años en hacerse y está completamente realizada por efectos
especiales anteriores a la época del CGI. Una ópera cyberpunk que
desciende a los infiernos y a lo peor de la naturaleza humana, donde el
espectador es tratado como tal y logra sumergirse completamente en el
aparato narrativo al que es expuesto.
- Mandibules
(Quentin Dupieux). Muy divertida y en los linderos entre lo absurdo y
lo surreal, esta cinta sobre dos amigos que encuentran una mosca gigante
con la que piensan hacerse ricos, es una de las mejores comedias que he
visto en mucho tiempo, y me pareció refrescante sobre todo en esta época
en que el cine de comedia es casi siempre idiota. Aquí no es el caso, un
humor inteligente y nada pretencioso.
- Midnight Mass
(Mike Flanagan).
Es lenta, y como a casi todos los seriados de Netflix, le sobran algunas
horas, pero Flanagan demuestra otra vez que él es a la pantalla lo que
Stephen King (a quien a adaptado en dos ocasiones) es a los libros. Además
de una reflexión sobre el fanatismo católico y las dificultades de la
adicción, esta serie explora la naturaleza exacta de nuestros deseos y los
peligros de las segundas oportunidades.
- No Sudden Move
(Steven Soderbergh). El autor, Soderbergh, puede a veces caer en lo
pretencioso, pero eso no pasa aquí. Es una película sencilla, de época
(muy bien ambientada), estructurada como las comedias de equívocos de tal
manera que temas como la violencia, el poder, la corrupción y la mentira
se explotan y exploran hasta sus últimas consecuencias, gracias a un
reparto intachable de grandes actores y actrices.
- Passing (Rebbeca
Hall).
Un relato sencillo y acorde a estos tiempos de tensiones racistas, no solo
en Estados Unidos, sino en el mundo. Muy buena fotografía, excelente
manejo del ritmo y una muy bien lograda paleta de subtemas existenciales,
morales y raciales que no distraen de la trama principal y su predecible e
instantáneo final.
- Promising Young
Woman (Emeral Fenell). Carey Mulligan es una de las mejores actrices del
siglo, definitivamente, y logra que esta película, que podría pasar como
una cinta sobre violenta de venganza de la era Me Too, se convierta en una
genial apología del odio, alejándose de lo políticamente correcto. Me
encantó la dirección de escena, la luminosidad y el humor, hasta el
involuntario, que emana de esta que es una de las películas más
interesantes que he visto en años.
- Scenes from a
Marriage (Hagai Levi). Probablemente la mejor actuación y dirección de la
televisión en 2021. Es una miniserie poderosa, que trata sobre temas muy
humanos y miedos y decisiones trascendentales que muchos hemos
experimentamos tarde o temprano.
- Ted Lasso (Brendan
Hunt, Joe Kelly & Bill Lawrence). La mejor comedia situacional del
momento; en su segunda temporada hay menos atención al futbol (soccer)
como catalizador de las acciones, y permite un mejor desarrollo del
personaje central interpretado por uno de los mejores exalumnos recientes
de SNL, Jason Sudeikis.
- The Suicide Squad
(James Gunn).
A diferencia de Marvel que mantiene una calidad constante en sus
palículas, a pesar de lo simplonas que resultan la mayoría de las veces,
DC tiene más películas malas que buenas. Pero sus buenas adaptaciones,
como esta segunda oportunidad para El ecuadrón suicida (como lo fue el año
pasado con Aves de presa), muestran lo que se puede lograr cuando se
recuerda que los comics no son ni alta literatura, ni obras de arte, sino
productos de la cultura popular construidos desde la irreverencia, el
color y al absurdo.
- The Card Counter
(Paul Schrader).
Una mezcla de thriller, romance y reflexión moral sobre la conducta humana
y, en parte, la adicción. Es además un relato que referencia los trabajos
anteriores de Schrader (aunque no hay que conocerlos para seguir la
trama).
- The Power of the
Dog (Jane Campion). Mi película favorita en mucho tiempo. Es lenta, no
pasa gran cosa, no hay una aventura magnífica: es lenta, el arco narrativo
es muy sencillo, pero es brillante. Geniales actuaciones, ninguna tiene
desperdicio, y la tonalidad constante de la cinta atrapa verdaderamente.
La fotografía y la edición son preciosistas, y fuera de la maravillosa
interpretación de Benedict Cumberbatch vale mucho la pena clavarse en el
trabajo de Kristen Dunst y la trayectoria autodestructiva de su personaje.
Una obra de arte.
- The Velvet
Underground (Todd Haynes). Una gran película que es una delicia
para los fans de la banda, y una excelente iniciación para quien no los
escucha. Como documento, es importante para no olvidar lo mucho que le
dieron a la música y la cultura popular, y como pieza cinematográfica, un
recordatorio de lo que debe ser el cine como aparato que anule la
nostalgia y reviva el esplendor de lo que ya no existe.
- tick, tick… BOOM! (Lin-Manuel
Miranda).
Casi no disfruto de los musicales, pero tenía muchas ganas de ver esta
adaptación del famoso monólogo musical de Jonathan Larson, por el cariño
histórico que le tengo a su famosísima Rent. Además, hay que
aceptar que Lin-Manuel Miranda es uno de los creativos más visionarios de
esta industria actualmente. Puede ser un tributo al gran renovador del
musical que fue Larson, pero sobre todo disfruté la cinta como una obra
intimista que choca, muy punk, contra lo que usualmente nos ofrece el
teatro musical (tan solo este año, la chocante In the Heights, por
mencionar solo un ejemplo).
- Wandavision (Jac
Schaeffer).
Sinceramente, creo que es el mejor producto audiovisual de superhéroes que
se ha hecho desde la adaptación de Watchmen. Una parte de la serie
deconstruye el pacto ficcional que tenemos con este género, otra hace un
análisis de la representación de la vida familiar en la historia de la
televisión, pero la que más me gusta es la parte creativa que nulifica el
discurso patriótico, nacionalista y blanquinegro de los veinte años que
lleva Marvel en las pantallas. Una serie muy inteligente y que logró
gustar a todos sin problemas.
PEPO PÉREZ
Películas 2021
West Side Story, dir. Steven
Spielberg
The Green Knight, dir. David Lowery
Benedetta, dir. Paul
Verhoeven
Petit maman, dir. Céline Sciamma
Destello bravío, dir. Ainhoa
Rodríguez
El contador de cartas, dir. Paul
Schrader
Las cosas que decimos, las cosas que hacemos, dir. Emmanuel Mouret
The Velvet Underground, Todd Haynes
Red Rocket, dir. Sean Baker
La mujer que escapó, dir. Hong
Sangsoo
El poder del perro, dir. Jane Campion
Las leyes de la frontera,
dir. Daniel Monzón
Fue la mano de Dios, Paolo
Sorrentino
Summer of Soul, dir. Questlove
Jinetes de la justicia, dir. Anders
Thomas Jensen
El último duelo, dir. Ridley Scott
No mires arriba, dir. Adam McKay
Series / miniseries 2021
Sucession, Jesse Armstrong
WandaVision, Jac
Schaeffer
The Beatles: Get Back, Peter
Jackson & Michael Lindsay-Hogg
Line of Duty, Jed Mercurio
Supongamos que Nueva York es una ciudad,
Martin Scorsese & Fran Lebowitz
Exterminad a todos los salvajes,
Raoul Peck
Gomorra (T5), Roberto
Saviano et al.